PROMESA

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domingo, 12 de julio de 2015

¿Y EL DOMINGO?

La palabra "domingo" ni siquiera aparece en la Biblia. Lo que  aparece es "el primer día de la semana"; ocho veces en total y siempre en el Nuevo Testamento. Cinco de esas referencias (Mateo 28:1; Marcos 16:2, 9; Lucas 24:1 y Juan 20:1) hablan del momento en que María Magdalena y otras personas llegaron a la tumba después de la resurrección de Cristo. Como vamos a mostrar más adelante , Jesús resucitó el sábado al atardecer, no el domingo por la mañana. ¡De manera que los versículos citados no se refieren a la observancia del día de la resurrección de Cristo!
En Juan 20:19 leemos: "Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, llegó Jesús y, puesto en medio, les dijo: ¡Paz a vosotros!" Aquí no se trataba de una reunión religiosa sino que estaban reunidos "por miedo de los judíos". Con temor de sufrir el mismo destino que su Señor crucificado. No se habían reunido para celebrar la resurrección, ¡pues no creían que Cristo había resucitado! (Marcos 16:14; Lucas 24:27-41).
El libro de los Hechos narra el desarrollo doctrinal y las prácticas en los primeros días de la Iglesia. En ese libro, solamente una vez en el capítulo 20 se menciona "el primer día de la semana": "El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan [para comer], Pablo que tenía que salir al día siguiente, les enseñaba, y alargó el discurso hasta la medianoche" (v. 7). Esta fue una ocasión normal de despedida, con una comida, no se trataba de un servicio de adoración. Desde el punto de vista bíblico, los días comienzan y terminan en el ocaso; de manera que esta reunión se efectuó después de terminar el sábado. Al amanecer del domingo, Pablo inició una ardua caminata de 32 kilómetros (vs. 11-14). ¡Esto, decididamente, no fue descansar en el "día del Señor"!
En 1ª Corintios 16:2 el apóstol Pablo solicitó: "Cada primer día de la semana, cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas". Esto en ninguna forma respalda la adoración dominical. Observemos que esta práctica debería evitarse cuando Pablo llegara a Corinto. Y notemos además que en ninguna parte del versículo se ordena una santa convocación semanal con motivo de la colecta. Tampoco se trataba de recoger dinero, sino alimentos para ayudar a los pobres de Jerusalén que estaban padeciendo sequías y hambre (ver Romanos 15:25-28). Antes de que Pablo llegara, a cada persona se le solicitaba poner "aparte algo", una donación, posiblemente guardada en su propia casa. Pablo sabía que la contribución sería voluminosa, de manera que necesitaría de varias personas para llevarla hasta Jerusalén (1ª Corintios 16:3-4). Esto demuestra que no se trataba de un donativo monetario.
Apocalipsis 1:10 es un versículo que suele citarse para decir que el domingo es el "día del Señor": "Estando yo en el Espíritu en el día del Señor oí detrás de mí una gran voz, como de trompeta". Esto no se refiere al culto religioso ni se refiere al domingo. El Apocalipsis es una profecía (v. 3) sobre cosas que ocurrirán en el tiempo del fin. El "día del Señor" es el mismo "día del Eterno", un período futuro que se menciona más de 30 veces en las profecías bíblicas. Se trata del tiempo en que Dios va a intervenir con poder sobrenatural en los asuntos humanos, castigando a las naciones y enviando a Jesucristo a la Tierra para traer la paz mundial. Lo que Juan está diciendo es que el Espíritu de Dios lo trasladó en una visión a aquel tiempo.
Supongamos por un momento que Juan estuviera hablando de un día de la semana. Según la Biblia, ¿cuál sería ese día? Jesucristo dijo: "El Hijo del hombre es Señor aun del sábado" (Marcos 2:28). Antes de venir en carne, Cristo [el Verbo] llamó al sábado "mi día santo… delicia, santo, glorioso del Eterno" (Isaías 58:13) Y en el cuarto mandamiento dijo: "El séptimo día es de reposo para el Eterno, tu Dios" (Éxodo 20:10). Es obvio entonces, que el día sábado no es nuestro día; ¡es el día del Señor! No existe ninguna base bíblica para considerar el domingo como el día de observancia semanal.

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