PROMESA

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viernes, 17 de julio de 2015

CÓMO GUARDAR EL SHABBAT

¿Cuál es la forma correcta de guardar el Shabbat? Como podemos ver en las Escrituras, los escribas y fariseos trataron de legislar de forma minuciosa todo lo que consideraron correcto o prohibido para hacer en sábado. Al hacerlo, convirtieron el  Shabbat o sábado en una enorme CARGA; algo que nunca fue la intención de Dios (ver 1 Juan 5:3). Él nos dio el sábado y luego en algunos pasajes de su Palabra lo magnificó por medio de detalles específicos, pero principalmente para ampliar su significado espiritual.

¿Cuál es la instrucción de Dios? En el mismo cuarto mandamiento Dios nos dice: "Seis días trabajarás y harás toda tu obra" (Éxodo 20:9). Muchos se sorprenderían al enterarse de que esto es parte de los mandamientos. Dios ordenó que durante los primeros seis días de la semana realizáramos nuestro trabajo y negocios. Su propósito es que seamos eficientes y productivos, que ganemos el pan de cada día. "La pereza hace caer en profundo sueño y la persona negligente padecerá hambre" (Proverbios 19:15). ¡Es tan culpable de transgredir la ley de Dios la persona que evade sus deberes durante los primeros seis días de la semana como el que trabaja en el séptimo!
Esto nos lleva al siguiente mandato: "Pero el séptimo día es de reposo para el Eterno, tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni el extranjero que está dentro de tus puertas" (Éxodo 20:10). De manera que no debemos realizar ninguna clase de trabajo durante el sábado, relacionado con nuestra ocupación, negocios personales, labores en el hogar, etc. Ni ninguna actividad fatigosa. Tampoco deben realizar estas labores las personas que estén bajo nuestra autoridad. Por supuesto que preparar algún alimento ligero y lavar luego el plato no es una transgresión; recordemos los relatos cuando Jesús comía con sus amigos en el día sábado. Y jamás condenó la práctica de la hospitalidad en día sábado (ver Lucas 14:1-6).
Dejar de trabajar no es el único requisito para cumplir con elsábado. Dios dejó también instrucciones positivas. En Deuteronomio 5:12 leemos: "GUARDARÁS el sábado para SANTIFICARLO". Debemos buscar entonces en la Palabra de Dios cómo cumplir esta orden. Levítico 23 enumera: "Las fiestas solemnes del Eterno [no de los judíos], las cuales proclamaréis como santas convocaciones" (v. 2). Dios dice: "Estas son mis solemnidades" (v. 2, Biblia de Jerusalén). La primera fiesta que se menciona a continuación es el sábado semanal: "Seis días se trabajará, pero el séptimo día será de descanso, santa convocación; ningún trabajo haréis. Es el día de descanso dedicado al Eterno dondequiera que habitéis" (v. 3). Luego Dios nos da las siguientes siete fiestas en las cuales están incluidos los siete sábados anuales.Estas fiestas también se guían por el mandamiento del sábado semanal.
Los sábados de Dios, tanto anuales como semanales, deben observarse con una "santa convocación", y de hecho, en ellos Dios ordena realizar los servicios de adoración. Cuando tenemos comunión con otras personas que tienen el Espíritu de Dios, también tenemos comunión con Dios (ver 1 Juan 1:3, 7). El Nuevo Testamento dice que debemos "estimularnos al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; tanto más, cuando veis que aquel día [el sábado milenial] se acerca" (Hebreos 10:24-25). La instrucción es clara en cuanto a que debemos congregarnos en los días que Dios ha señalado para ese propósito.
Para entender mejor la forma cómo Dios desea que observemos el sábado, veamos lo que dice en Isaías 58: "Si retraes del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso del Eterno, y lo veneras, no andando en tus propios caminos ni buscando tu voluntad ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en el Eterno. Yo te haré subir sobre las alturas de la Tierra" (vs. 13-14).
Cuando dice que no debemos hacer nuestra voluntad en el día santo de Dios, significa que no debemos dedicarlo a nuestros propios entretenimientos. Eso no quita que podamos disfrutar de algunas cosas placenteras, porque debemos llamar al sábado DELICIA. El asunto es que, cualquier cosa que hagamos, Dios debe tener parte en ella. Por ejemplo, salir a caminar en familia por algún sendero en un ambiente de campo es una maravillosa oportunidad de entrar en contacto con el Creador y la belleza de su obra.
Cuando llega el séptimo día, debemos dejar nuestros "propios caminos" [las cosas que normalmente hacemos], dejar de hacer nuestra propia "voluntad" y dejar de hablar nuestras "propias palabras" [todas aquellas cosas que hablamos sin ninguna relación con Dios]. A menudo esto último es BASTANTE DIFÍCIL de seguir "porque de la abundancia del corazón habla la boca" (Mateo 12:34). Para guardar efectivamente el sábado en su espíritu, debemos tener nuestra MENTE en Dios y en aquellas cosas que le agrada que hagamos en su tiempo santo. Entonces, como Dios lo promete, seremos realmente bendecidos.
Además de congregarnos , debemos tener en cuenta la afirmación de Cristo: "Está permitido hacer el bien en sábado" (Mateo 12:12). Esto significa que podemos utilizar parte del sábado para llamar por teléfono o escribir cartas a los enfermos o a nuestros hermanos solitarios. También podemos visitar a los enfermos o a quienes se encuentran en diversas necesidades. O invitarlos a nuestra casa en la noche del viernes para disfrutar una cena (ver Mateo 25:34-36; Santiago 1:27).
No deberíamos pensar en el sábado como el día en que no se puede hacer esto o aquello. Sino dedicar en este día especial SUFICIENTE TIEMPO para estudiar detenidamente la Biblia y meditar profundamente en ella. Es un día en que podemos reflexionar en los grandes temas de la vida: ¿Para qué nacimos? ¿Cuál es el PROPÓSITO de la vida? ¿En qué FORMA podemos alcanzar ese propósito? ¿Qué podemos hacer para llegar a ese objetivo? Además, el sábado es el día perfecto para ORAR con más fervor, sin prisas y con la mente más tranquila a nuestro Padre en los Cielos; para tener más "comunión" con nuestro Creador, para adorarlo y conocerlo íntimamente. ¡Esta es en consecuencia, la manera de SANTIFICAR el sábado de Dios!
De los diez mandamientos, el cuarto, que se refiere al sábado, es y siempre ha sido el verdadero mandamiento de "prueba" (ver Éxodo 16:4). Mucha gente puede estar de acuerdo con los otros nueve: No adorar a otros dioses, honrar a los padres, no matar, no cometer adulterio, no robar, no mentir, etc. Pero con el cuarto mandamiento la situación es distinta. Guardarlo significa vivir visiblemente de manera diferente a la de la sociedad que nos rodea; quizás hasta el punto de ser considerados raros o extraños. Por esto Jesús dijo: "Si alguno viene a mí y no aborrece a su padre, madre, mujer, hijos, hermanos, hermanas y hasta su propia vida, no puede ser mi discípulo. El que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo" (Lucas 14:26-27).
¿Ama usted "más la gloria de los hombres que la gloria de Dios"? (Juan 12:43). 
O, ¿tiene la FE y el VALOR suficientes para obedecer los mandamientos de Dios; aun a riesgo de perder su trabajo, sus amigos y quizás a algunos de sus familiares?

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