PROMESA

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domingo, 17 de septiembre de 2017

RENOVANDO NUESTRA MENTE

Desde un tiempo a esta parte hay una corriente moviéndose en la esfera cristiana, una que desde simple vista luce poderosa y muy cierta, pero que luego de llevarla a la luz de la Escritura no tiene asidero.
¿Puede parecer, pero no serlo?  sí, vemos muchos ejemplos en la Biblia de esto.
La frase es la siguiente, y seguro ustedes, así como yo la hemos repetido muchas veces.
Cambia tu forma de pensar y cambiara tu forma de vivir.
Como dije anteriormente a simple vista es correcto, pero ya llegaremos a ese asunto.
En Efesios 4:22-24 leemos lo siguiente
En cuanto a su pasada manera de vivir, despójense de su vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos; renuévense en el espíritu de su mente, ¿Y revístanse de la nueva naturaleza, creada en conformidad con Dios en la justicia y santidad de la verdad?
Maravillosa palabra la cual nos habla del nuevo ser que somos es Cristo, nos llama a despojarnos, renovarnos, y revestirnos de esta nueva naturaleza divina creada con forme y semejante a Yahvé.
Ahora podemos ver y entender la dimensión de esta palabra.
Estábamos muertos en nuestros delitos y pecados, no había en nosotros un ápice de vida y de pronto este divino cirujano nos extrae de esa vieja naturaleza corrupta, y nos injerta en el cuerpo de santidad, vida y justicia de Cristo. 
Seguramente, como en cualquier trasplante los primeros tiempos son los más difíciles, ya que no solo es un nuevo cuerpo, algo totalmente diferente al lugar en que antes estaba, sino que, además, la nueva sangre, limpia y pura debe reemplazar la antigua, los anticuerpos y nutrientes todo lo nuevo debe asimilarse, es necesario encontrar su lugar dentro de este cuerpo.
No solo eso, sino que anteriormente había una mente o cerebro que daba las órdenes según su parecer de como funcionar, este nuevo cuerpo tiene además una nueva mente, y no cualquier mente, sino la mente de Cristo. 
 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son una locura; y tampoco las puede entender, porque tienen que discernirse espiritualmente en cambio, el hombre espiritual juzga todas las cosas, pero él no está sujeto al juicio de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿O quién podrá instruirlo? Pero nosotros tenemos la mente de Cristo.1° de Corintios 2:14-16 
Para entender, el Padre nos saca de esa vieja manera de vivir, nos llama como a Lázaro de la muerte, y nos coloca como nueva criatura en el cuerpo de Cristo, allí comenzamos un nuevo camino dentro del propósito divino, habrán pastores, líderes y siervos que le guiaran y le mostraran a través de la Escritura como es nuestra nueva vida, por eso Pablo nos aconseja no dejar de congregarnos, ya que es necesario ese lugar, ahí encontraras evangelización, instrucción, consolidación, consejería y el amor manifestado en medio de sus hijos.
Y lo más importante la mente de Cristo, ya que es su mente la que debe encaminarnos y edificarnos.
Podemos entender nuestro diseño, nuestro propósito, y conforme a eso vivir, a medida que conocemos la mente de nuestro Padre.
Lo que nos lleva a la frase con que iniciamos este tema. Cambia tu forma de pensar y cambiara tu forma de vivir.
Las escrituras son claras con respecto a esto, y no deja sombra de duda en lo que refiere.
Que no nos confunda está frase usada por grupos de Pensamiento positivo, corrientes salidas del espíritu de Grecia basados en la fuerza de nuestra mente, el ego.
Porque no es en mis fuerzas, no es en mi poder y mucho menos en mi sabiduría.
  • No tengas miedo, que yo estoy contigo; no te desanimes, que yo soy tu Dios. Yo soy quien te da fuerzas, y siempre te ayudaré; siempre te sostendré con mi justiciera mano derecha. Isaías 41:10
  • Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Filipenses 4:13
  • Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino de poder, de amor y de dominio propio. 2° de Timoteo 1:7
  •  El Señor ha dicho:
«Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, ni son sus caminos mis caminos. Así como los cielos son más altos que la tierra, también mis caminos y mis pensamientos son más altos que los caminos y pensamientos de ustedes.
Así como la lluvia y la nieve caen de los cielos, y no vuelven allá, sino que riegan la tierra y la hacen germinar y producir, con lo que dan semilla para el que siembra y pan para el que come, así también mi palabra, cuando sale de mi boca, no vuelve a mí vacía, sino que hace todo lo que yo quiero, y tiene éxito en todo aquello para lo cual la envié. Isaías 55:8-9 
Si a la luz de la Palabra es tan claro, entonces ¿Porqué nos confundimos?
Simplemente porque no leemos la Palabra, oímos versículos sueltos o nos confunden con frases solemnes, las cuales como dice Pablo parecieran verdad, pero no lo son.
Porque si solo dependiera de mis pensamientos, a ¿que vino Jesús a este mundo? Y si la salvación solo depende de mi voluntad ¿para que fue a la cruz?
Si solo debo pensarlo y sucederá.
Nuestros pensamientos son limitados, necesitamos estar en Cristo para tener su mente.
Efesios 4 nos habla de; renuévense en el espíritu de su mentenuestra mente es la que nos da nuestra personalidad nuestra forma de ser, la forma en que vemos las cosas, pero no dice renueven su mente, sino renuévense en el espíritu de su mente, somos un espíritu con un alma y un cuerpo, es nuestro espíritu el que debe renovarse para transformar nuestras vidas.
Porque ahora conocemos, que todo lo que antes llamábamos bueno es malo, deleites de la carne, y debemos desecharlos, estar preparados para cuando venga la tentación.
Entender que todo lo que nos sucede es permitido por nuestro Padre para nuestro crecimiento y edificación, que la meta es llegar a cumplir nuestro propósito.
Que no nos pondrá pruebas que no podamos soportar, que Él no da y nos quita y en todo momento debemos alabarlo.
No debemos afanarnos porque nada es nuestro, sino que por gracia nos ha sido entregado.
Que la duda y la confusión pueden venir a nosotros como parte del ataque del enemigo, pero armas poderosas tenemos para enfrentarlas.
De nada nos sirve saber de memoria la Biblia y que el inundarnos de conocimientos que no sirven si no los ponemos por obra.
Que debemos sujetar todo pensamiento a la obediencia a Cristo Jesús.
Y que, si no sabemos en que pensar, acá tenemos algo para comenzar:
 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
 
Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros. Efesios 4:7-9


sábado, 2 de septiembre de 2017

VASIJAS NUEVAS

¿Quién en algún momento, no ha sentido que sus fuerzas caen y no puede levantar sus brazos?
Pedimos a otros hermanos nos ayuden orando por nuestra vida e intentamos continuar, no significa que estemos fuera del propósito, que estemos en pecado o algo por el estilo.
Son temporadas de crecimiento, es como la poda, las plantas por lo general son podadas cuando el invierno está dando señales de irse, para que cuando la primavera, época de florecer llegue, tener nuevas fuerzas para crecer y así dar un fruto mejor.
Nosotros plantío del Señor tenemos épocas llamadas desierto por cual pasamos, y que en muchas ocasiones parece no tener fin, en especial sí casi cuando estamos saliendo de él, algo nos hace sentir que comienza toda una vez más. Y que en lugar de avanzar retrocedemos nuevamente a casilla 0.
Hay varios ejemplos de ello en la Biblia, como por ejemplo José.
Debió sentir que, luego de ser brutalmente vendido por sus hermanos y llevado como esclavo, entrar a trabajar a la casa de Potifar era resarcir en cierta forma su posición, ya que como mayordomo era quien más autoridad tenia después de su señor, de alguna manera la vida le sonreía, todo parecía perfecto y termino en la cárcel como el ultimo.
No, para él su desierto no terminaba allí, aún faltaba una etapa más, un tiempo de proceso para llevarlo a cumplir su misión, el propósito para el cual había nacido.
Hoy entendemos que si el Señor nos lleva a ser procesados no significa que estemos alejados de su presencia, no, solo es parte de nuestro crecimiento, parte de nuestra madurez, sacar lo que no edifica, lo que no nos deja tener fruto, para que produzcamos un mayor peso de gloria.
Como Hijos de Dios tenemos luchas y batallas las cuales enfrentamos diariamente, aunque victoriosos, nuestra armadura en ocasiones es abollada, nuestro escudo luego de soportar golpes necesita un buen arreglo, que en nuestro caso solo es con ayuno oración y tiempo de comunión
Es necesario que tomemos un momento para apartarnos orar, cubrirnos, curarnos, sanar y levantarnos nuevamente en sus fuerzas, para proseguir.
Necesitamos de ese aceite fresco que trae su unción.
Antiguamente el aceite se guardaba en vasijas especialmente preparadas para este uso, se llenaban y se cuidaba que el aceite siempre estuviera en movimiento, porque de quedarse estancado, dejaba una marca en su interior. Cuándo esto sucedía contaminaba el aceite.
Se usaba una vasija nueva porque el proceso de limpieza era complejo ,consistía en llenarla de agua y calentarla hasta que hirviera,  con cuidado vaciarla, porque el menor cambio de temperatura provocaba que la vasija se resquebrajara, luego  aún en caliente se le pasaba con un trozo de lana limpia con mucho cuidado y debían  frotarla, y frotarla hasta que quedase libre de toda marca, aun luego de todo este trabajo, podían quedar restos minúsculos de aceite rancio y contaminar el nuevo, solo lo sabrían al llenarlo nuevamente y de ser así se perdería, por lo que  si una vasija  era descartada se  rompía para que no contaminara nada por accidente,
La Escritura nos asemeja a vasijas que se llenan de aceite constantemente, unción que fluye sin cesar, pero como seres humanos, nosotros tenemos tiempos donde el aceite se detiene dejando una marca en nuestro interior, hasta que nuevamente comience a fluir, esta permanecerá. Así una y otra vez, cada vez que nos detenemos por diferentes causas, pruebas, luchas, enfermedades, el aceite deja de fluir y queda una señal en nuestro interior, al llenarlo nuevamente el aceite fresco se mezcla con el viejo y de a poco se vuelve rancio. En otro tiempo seriamos descartados, pero el amor de nuestro Padre es tan grande que nos permite a nosotros vasijas imperfectas ser limpios por el fuego del Espíritu Santo, lavados por la sangre poderosa y restaurados a nuevo.
A cada uno escogido para una misión por el Padre ha tenido un tiempo donde le era necesario vaciarse, limpiarse y llenarse nuevamente.
No es algo nuevo, no es algo malo, ni significa que has salido de la gracia divina, solo significa que estas siendo parte de del Reino.
SI en este momento sientes que el desierto que acababa comienza nuevamente, no decaigas estas más cerca de cumplir tu misión de lo que imaginas.
Este tiempo donde es necesario vaciarse de todo aquello que nos contamina, para ser llevados al fuego mismo de su presencia, para que nuestra unción sea fresca, sin suciedad.
No hay que temer decir que estas en un proceso de limpieza por parte del Padre, sino por el contrario, no hay super héroes con poderes, no hay hombres ungidos que no sean llevados al fuego del Eterno, y decir lo contrario es mentir.
Jesús mismo tuvo su Getsemaní para cumplir su misión.

Por lo que sí estas siendo vaciado, no temas ser descartado, sólo estas siendo preparado para una nueva unción, con aceite fresco, que no dejará de fluir, y que servirá para ser usado llevando de su presencia, iluminando a todo el que lo necesite.

OREMOS:

Señor nos ponemos bajo la ley del acuerdo, y reconocemos que nos sentimos sin  fuerzas, que no podemos dar un paso mas, pero tu Gracia y Amor nos renuevan y  nos levantan nuevamente .
Tu unción desciende sobre nuestras cabezas,  limpias nuestros ojos para ver tu mano extendida a nosotros, mostrándonos que lo imposible es solo una palabra, que en ti todo lo podemos, porque nos fortaleces.

Que apesar de todo Tú nos das la sabiduría para comprender que nuestro propósito se cumplirá, que en tu diseño somos mas que victoriosos y mas que vencedores, que nos ves como obra terminada y no en construcción.

Si debemos ser vaciados para llenarnos nuevamente de ti , lo aceptamos. Y te damos las gracias porque significa que hay mas, que aún somos vasijas tuyas, que llenas de tu aceite y que no te detendrás hasta vernos sentados con Cristo en gloria. Amén