PROMESA

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sábado, 11 de julio de 2015

EL DÍA DE REPOSO

Jesucristo nos enseñó: "No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios" (Lucas 4:4). También aclaró que la Biblia no se contradice a sí misma, pues dijo: "La Escritura no puede ser quebrantada" (Juan 10:35).
El apóstol Pablo habló más sobre el tema, diciendo: "Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra" (2 Timoteo 3:16-17).
Si estamos dispuestos a creer estas palabras inspiradas, no será difícil entender este importante tema, pues la Biblia habla desde el Génesis hasta el Apocalipsis sobre el verdadero día de descanso que Dios estableció. En realidad, este es uno de los temas más claros y fáciles de entender en toda la Biblia; siempre y cuando lo estudiemos con el deseo sincero de saber la verdad y sin temor del "qué dirán". Recuerde que en los días de Jesucristo, muchos líderes religiosos sabían que Él era el Cristo, pero no lo reconocían precisamente por esto: "Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios" (Juan 12:43).
¿Tiene usted la fe y el valor para hacer lo que Dios claramente ordena, sin importar lo que piensen los demás?
Veamos, pues, las pruebas claras y contundentes sobre cuál es el verdadero día de reposo que ordena el Dios Todopoderoso. Comencemos nuestra búsqueda imaginándonos en una isla desierta con una Biblia y un calendario como únicos materiales escritos que hemos salvado del naufragio. Supongamos que hemos olvidado el día que guardábamos anteriormente y que ahora muy sinceramente queremos indagar la verdad.
¿Qué día acabaremos por guardar después de nuestro estudio sincero y objetivo de la Biblia? ¿Acaso el "domingo"? ¡De ninguna manera!
¿Por qué? ¡Porque la Biblia jamás ordena a nadie observar el domingo como día semanal de adoración! Desde el Génesis hasta el Apocalipsis, vemos que todos los siervos fieles de Dios, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, observaron el día de reposo el séptimo día de la semana (desde el atardecer del viernes hasta el atardecer del sábado); jamás el domingo, que es el primer día de la semana. Y los cristianos seguirán guardando este mismo día de reposo, el sábado, durante los mil años del reinado de Jesucristo en la Tierra (ver Apocalipsis 20:4-6; Isaías 66:22-24).
En Marcos 2:23-28, vemos a Jesús permitiendo que sus discípulos arranquen espigas para comer mientras atraviesan los campos en sábado. Los fariseos, que habían agregado al mandamiento sobre el sábado más de 60 legalismos de su propia invención, se lanzan a criticar. Pero Jesús tranquilamente responde: "El sábado fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del sábado. Por tanto, el Hijo del hombre es Señor aun del sábado" (vs. 27-28).
Cristo no dijo que el sábado fuera hecho para los judíos sino para "el hombre". Dijo que Él es Señor no del domingo sino del sábado. Jesús no dio el menor indicio de haber abolido el mandamiento que ordena guardar el sábado. Más bien demostró tanto aquí como en los versículos que siguen, cómo se debe guardar este día de descanso de un modo más significativo. Recuerde: Jesús dijo que el sábado fue hecho "por causa del hombre", ¡para que el hombre lo guardara! Mucho antes de que existiera el pueblo judío.
Ahora veamos cómo fue que Dios hizo a la humanidad y cómo le dio al hombre el día de reposo. En Génesis 1:1 leemos: "En el principio creó Dios los Cielos y la Tierra". Esta creación original pudo ocurrir hace miles de millones de años. El siguiente versículo demuestra que luego la Tierra cayó en un estado de caos y desolación. Y los versículos siguientes describen cómo Dios reformó nuestro planeta hace unos 6.000 años y creó los progenitores de la fauna y la flora que lo habitan hoy. Ahora observemos el versículo 26: "Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y tenga potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y las bestias, sobre toda la Tierra y sobre todo animal que se arrastra sobre la tierra". La humanidad, pues, fue creada a "imagen" de Dios, con "potestad" para gobernar sobre el resto de la creación. Pero, ¿cómo se mantendría el hombre en contacto con su Hacedor? ¿De qué manera mantendría siempre el conocimiento del Dios verdadero, Creador de todo lo que existe?
Génesis 2:2-3 comienza a esbozar la respuesta: "El séptimo día concluyó Dios la obra que hizo, y reposó el séptimo día de todo cuanto había hecho. Entonces bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación".
Notemos que Dios "concluyó" o completó su obra de creación reposando el séptimo día de la semana. La palabra "sábado" es intercambiable con la expresión "día de reposo". Se deriva de la palabra hebrea shabath que literalmente significa "reposo" o el hecho de cesar algo. Dios creó el sábado reposando ese día y cesando de crear cosas materiales. Además lo "bendijo" y lo "santificó", o sea que lo apartó para un uso santo. Al bendecir y santificar el séptimo día o sábado como su día de reposo, ¡y ningún otro!, Dios demostró que su presencia está en ese día de un modo muy especial. De todos los días de la semana,solamente el sábado señala hacia Dios de una manera especial como el verdadero Dios, Creador y dueño de todo el Universo.

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