PROMESA

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martes, 22 de julio de 2014

LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO

Ante las noticias que cada día recibimos, donde las señales de los últimos tiempos y de que la venida de Cristo se acerca.
Algunas son reconocidas , incluyen la formación de la nación de Israel; el aumento de la violencia, guerras, pecado, desastres naturales, etc. Todas  son señales de la segunda venida de Cristo.
 Pero la señal más importante es la que es más  olvidada: “La Iglesia de Cristo”.
¿Qué es la “Iglesia”? 
Cuando  hablamos de la Iglesia de Cristo, no estamos hablando de una denominación, estamos hablando de todos los creyentes en Jesucristo en todo el mundo.
No importa tu denominación, sino tu relación con Jesucristo. El versículo  clave en cuanto a la segunda venida de Cristo es Hechos 3:21:
“...a quien (Cristo) de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo.
La palabra clave en este verso es la palabra “hasta”. Cristo fue recibido en los cielos, y allí se quedará “hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas”, que están profetizadas en las Escrituras.
Este verso nos revela que  no volverá, hasta que la iglesia este completamente restaurada, en todas la verdades y experiencias que Dios ha determinado y declarado a través de sus profetas. Cristo no viene por una Iglesia pobre, cansada, gastada y vencida, que se esconde en un rincón del templo, temblando de miedo al mundo y al diablo.
Viene por una Iglesia vencedora, que está caminando en toda la verdad bíblica restaurada, que está usando todos los dones y herramientas que Él nos ha dado, y cumpliendo la gran comisión.
Todavía hay muchas escrituras que tienen que cumplirse antes de que regrese Cristo. Si queremos apurar su regreso tenemos que escuchar al Espíritu Santo, cuáles escrituras no son cumplidas y predicarlas y activarnos en ellas hasta que sean cumplidas.
Algunas de ellas son los siguientes:
"hasta que todos lleguemos a estar unidos por la fe y el conocimiento del Hijo de Dios; hasta que lleguemos a ser un hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 14 para que ya no seamos niños fluctuantes, arrastrados para todos lados por todo viento de doctrina, por los engaños de aquellos que emplean con astucia artimañas engañosas, 15 sino para que profesemos la verdad en amor y crezcamos en todo en Cristo, que es la cabeza, 16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor" Efesios 4:13-16, 
28 »Después de esto, derramaré mi espíritu sobre la humanidad entera, y los hijos y las hijas de ustedes profetizarán; los ancianos tendrán sueños, y los jóvenes recibirán visiones.29 »En aquellos días, también sobre los siervos y las siervas derramaré mi espíritu. 30 Y haré prodigios en el cielo y en la tierra, con sangre y fuego y columnas de humo.» 31 El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes de que venga el día grande y terrible del Señor.Joel 2:28-31;
"18 tomarán en sus manos serpientes, y si beben algo venenoso, no les hará daño. Además, pondrán sus manos sobre los enfermos, y éstos sanarán.»  Marcos 16:18; 
  "12 »De cierto, de cierto les digo: El que cree en mí, hará también las obras que yo hago; y aun mayores obras hará, porque yo voy al Padre.Juan 14:12;
  »Tomen en cuenta que, antes de que llegue el día grande y terrible del Señor, yo les enviaré al profeta Elías. Y él hará que el corazón de los padres se vuelva hacia los hijos, y que el corazón de los hijos se vuelva hacia los padres, para que yo no venga a destruir la tierra por completo.»  Malaquías 4:5 - 6.
Las verdades restauradas no son verdades nuevas - son verdades bíblicas y establecidas en el cielo, pero descuidadas por nosotros. Por eso Cristo nos envió el Espíritu Santo, para enseñarnos “todas las cosas” que hemos descuidado (Juan 14:26).
No tenemos entendimiento completo de la Biblia. Necesitamos la ayuda del Espíritu Santo para encontrar esas verdades y para poder implementarlas a nuestra vida.  Por eso somos exhortados en 2°Pedro 1:12 “… y restéis confirmados en la verdad presente.” Debemos estar confirmados en toda la verdad bíblica que Dios ha restaurado hasta ahora. El que dice que ya tiene toda la verdad es engañado y menosprecia la obra del Espíritu Santo.
La mayoría de los cristianos están esperando que Dios se mueva, ¡pero Dios está esperando que nosotros nos movamos! Hebreos 10:12 - 13 proclama que Cristo está sentado a la diestra del Padre esperando hasta que sus enemigos sean puestos debajo de sus pies. Cristo ya hizo lo que le tocó hacer. Y desde entonces está esperando para que nosotros, la Iglesia, cumplamos nuestra parte.
Todo lo que Dios quiere hacer en la Tierra, lo hace a través de la Iglesia. No es suficiente que algo sea la voluntad de Dios para que se cumpla. Él, siempre tiene que usar a un hombre o mujer como tú y yo, que cumplan su voluntad. Por ejemplo, es la voluntad de Dios que todos sean salvos, pero miles mueren sin Cristo cada día. ¿Por qué? Porque no estamos haciendo nuestra parte. Salmo 110: 1 - 2 también lo confirma.
“Jehová (el Padre) dijo a mi Señor: (Cristo) siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. Jehová enviará desde Sion la vara de tu poder; Domina en medio de tus enemigos.
Note que la vara del poder (autoridad) de Dios, es enviada “desde Sion” – no desde los cielos, ni desde el trono de Dios-. ¡Biblicamente, “Sion” siempre es una figura de la Iglesia! Dios quiere que la Iglesia use el poder y autoridad que Él nos ha dado, para dominar (sujetar) a los enemigos de Dios y ponerlos debajo de sus pies. Para aclarar alguna inquietud, los enemigos de los que hablo, no son tus suegros, tus vecinos, ni los satanistas. Efesios 6:12 identifica nuestros enemigos como los espíritus de maldad, el diablo y sus demonios. 
Efesios 4:8-16 nos revela una provisión clave para que la Iglesia cumpla su destino, para que Cristo regrese. Nos enseña que cuando Cristo subió a los cielos, Él tomó su manto (Su ministerio) y lo dividió en 5 expresiones diferentes (o partes) y lo dio a unos en su Iglesia como Él quiso. Con este acto, Cristo constituyó (o estableció), los oficios del apóstol, el profeta, el evangelista, el pastor y el maestro a la Iglesia. Estos son conocidos como los “cinco ministerios” y son una extensión del ministerio de Cristo mismo, para gobernar, liderar, y dirigir a la Iglesia. Cristo es la expresión completa y perfecta de los cinco en uno. Los que son llamados a estos ministerios, tienen el trabajo de “perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del Cuerpo de Cristo, hasta...”
Quiero interrumpir aquí para llamar tu atención a lo siguiente:
1. Los cinco ministerios perfeccionan y capacitan a los santos (todos los creyentes en Cristo) para que ellos (los santos) puedan hacer la obra del ministerio. Cada creyente tiene un ministerio aunque no todos tenemos manto de uno de los “cinco ministerios”.
2. Según Hechos 3:21, Cristo no volverá hasta que este trabajo sea cumplido.
¿Qué tienen que lograr los cinco ministerios para que Cristo pueda volver?
Volviendo al pasaje en Efesios 4: 13, los cinco ministerios continuarán, “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.
Somos llamados a ser como Cristo en Su plenitud – incluso en Su poder, autoridad y obras. En Juan 14:12 Cristo mismo profetizó que los que creen en Él harían las mismas obras que Él... ¡y aún mayores! En Mateo 11:11 Cristo proclamó que hasta ese día entre los hombres no hubo uno mayor que Juan el Bautista.... Pero sigue diciendo que el más pequeño en el Reino de los cielos es mayor que Juan el Bautista.
Estamos entrando al tiempo en que los creyentes comunes, harán milagros tal como Benny Hinn, Carlos Anacondía, Billy Graham o cualquier otro siervo,  porque estas señales seguirán a los que creen (Marcos 16:18). No debe ser algo raro. Todos los santos tienen acceso al mismo poder de Dios con los “cinco ministerios”. A todos los santos les es dada la manifestación del Espíritu (1°Co. 12:7).
Cuando todos los santos se despierten y empiecen a ser activados en esto, veremos el gran avivamiento y la cosecha que ha sido profetizada. Juan el Bautista preparó el camino delante de Cristo cuando vino como un cordero inmolado. Pero nosotros, los de la última generación, estamos preparando el camino para que Cristo venga, como el Rey
Si queremos estar “perfeccionados.” necesitamos todos, los cinco ministerios – incluso a los profetas y apóstoles. Efesios 2:20 dice que la Iglesia está edificada sobre los ministerios fundamentales de los profetas y apóstoles. Recuerda que el fundamento de un edificio nunca deja de existir o funcionar, porque sino el edificio se caerá. No hay base bíblica para decir que estos ministerios dejaron de funcionar. La condición de la Iglesia hoy es prueba de que los necesitamos mas que nunca.
Profetas escuchan a Dios para recibir y anunciar sus planes, intenciones, voluntad y mente.
Los profetas pueden profetizar la Palabra de Dios a naciones, ciudades, regiones y territorios. También pueden profetizar a individuos para activar sus dones e identificar su llamado. Amós 3:7 dice que Dios no hace nada sin que revele su plan a sus profetas.
Dios no ha cambiado. Los profetas también reciben revelación, acerca de la próxima verdad bíblica que Dios quiere restaurar.
Los apóstoles establecen a la Iglesia sobre cimientos y gobierno correctos, e implementan los planes que Dios nos da. Ellos reciben estrategias divinas para llevarnos a la meta que Dios ha revelado. No es suficiente recibir revelación. Tenemos que saber qué hacer para cumplirlo. Los hijos de Isacar son una figura del pueblo profético y apostólico. Los hijos de Isacar eran no solamente “entendidos en los tiempos”, pero también “sabían lo que Israel debía de hacer”. (1° Cr. 12:32).
Ahora es la primera vez en la historia de la Iglesia, que tenemos a todos los cinco ministerios funcionando juntos a la vez. Estamos viviendo en tiempos muy especiales e históricos. Los cinco ministerios están empezando a trabajar juntos, vemos que el proceso de preparar a los santos se acelera y es más efectivo. Esto impulsa a la Iglesia a un tiempo de mucho entrenamiento y activación. Algunos sentirán que la Iglesia se ha convertido en un campamento militar, porque los líderes proféticos y apostólicos requerirán que todos los santos entren en su lugar de ministerio, como miembros del Cuerpo de Cristo.
¿Cómo podemos entonces apurar la segunda venida de Cristo?
1. Tenemos que aceptar y promover los ministerios fundamentales del profeta y apóstol. (Entiendo que hay falta de entendimiento y muchos abusos con estos ministerios )
2. Tenemos que ser abiertos a recibir verdad restaurada. Cuando escudriñamos la Escritura y la encontramos, tenemos que creerla y vivirla.
3. Tenemos que ser abiertos a que Dios puede usar a quién El quiere. No seamos independientes y soberbios cuando Dios restaura otra verdad a través de alguien que no nos gusta.
4. Tenemos que conocer la Escritura. Toda revelación es sujeta a la Biblia. Dios no se contradice. Otra señal de los últimos tiempos es un engaño tremendo, que tratará de confundir aún a los elegidos. Si no conocemos la Palabra de Dios, estamos a disposición del próximo charlatán que viene distorsionando la verdad. Tenemos que ser como los Beréanos, quienes eran “más nobles” porque no solamente recibieron la Palabra con gozo, sino que escudriñaban las Escrituras, para ver si era cierto lo que escuchaban.
5. Tenemos que aprender a ser sensibles a la voz de Dios. Jesús dijo, “mis ovejas oyen mi voz...” (Juan 10:27). Es tiempo de ser guiados por Él (Ro. 8:14).
6. Tenemos que dejar de pelear con nuestros hermanos en Cristo y amarnos los unos a los otros, para lograr la unidad de la fe. No se requiere que hagamos todo igual o que pertenezcamos a la misma denominación para tener unidad de fe. Diversidad de estilos de alabanza, etc., esto no debe causar división en la fe.
7. Tenemos que reconocer que estamos en guerra y vivir como soldados. Hay que vestirnos con nuestra armadura (Efesios 6:10-20) e impactar a nuestras comunidades para el Reino de Dios. Somos un ejército, y es tiempo de pensar y vivir como soldados de la cruz, en vez vivir cómo civiles que están de vacaciones.
8. Tenemos que despojarnos de todo pecado y todo peso que nos impide tomar nuestro destino en Dios. Cristo viene por una Iglesia santa. Es tiempo de que dejemos de jugar a la Iglesia.
9. Tenemos que averiguar y entrar en nuestro ministerio de membresía, como parte del Cuerpo de Cristo. Es tiempo para levantarnos y resplandecer con la gloria de Dios que ya está en nosotros (2° Co 4:6-7; 1° Co. 3:16).
10. Tenemos que orar e interceder efectivamente. Intercesión es más que oraciones de petición. Es también declaraciones proféticas hechas con autoridad y revelación. Cristo es nuestro gran intercesor. Yo quiero orar las oraciones de Cristo. Esas son las oraciones más efectivas.
Cristo viene pronto. Debemos  comprometernos a ser sensibles a su voz y hacer todo lo posible para esperar su venida. 

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