PROMESA

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viernes, 18 de julio de 2014

ESPÍRITU DE PODER

 Gibbor - Kratos 
La quinta función de la mente de Cristo es El espíritu de poder o El espíritu de fuerza. 
Esta capacidad va mano a mano con el consejo sobrenatural de Dios. Filipenses 2:13 valida esto: “ porque Dios es el que en vosotros produce así el querer [aconsejarnos acerca de cuál es Su voluntad] como el hacer , [dándonos Su poder y habilidad de cumplir esa voluntad en nuestras vidas] ...”
¿De qué sirve conocer cuál es la voluntad de Dios para nuestras vidas, si no tenemos la fuerza o poder para cumplirla? El espíritu de poder es la habilidad sobrenatural de Dios para tomar lo que Él nos ha aconsejado, y luego cumplirla en nuestras vidas. 
¿Por qué es tan importante que Dios haga tanto el aconsejar como el cumplir ? Es crucial, por si Dios hace ambos, Él entonces es quien recibirá toda la gloria. Jeremías 9:23-24 declara, “ Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová ” 
Dios no necesita las habilidades o fortalezas naturales de ninguno de nosotros para ayudarlo.
Aun cuando podemos tener grandes capacidades y recursos, Él todavía quiere que los dejemos de lado y confiemos en Él completamente en todo. Él nos dice “Sin mí nada podéis hacer”  en otras palabras, todo lo que hacemos por nosotros mismos, separados de Él, va a valer nada, o será sin valor.
Como dice la escritura, “Todo lo puedo [solo] en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13) toda la autoestima, ( Me gusta lo que hago y lo que soy) debe ser puesta de lado por la confianza en Dios ( Me gusta lo que hace Dios a través de mí y lo que Él hace de mí) Siempre debemos recordar, lo importante no es lo que podemos hacer por Dios, sino lo que Dios hará a través de nosotros .
Zacarías 4:6 nos lo dice muy claramente: no es “... No con ejército, [mi propio] ni con fuerza, [mi propia] sino con mi Espíritu , ha dicho Jehová de los ejércitos ” 
Así que, sin Dios, dentro y por nosotros, no tenemos poder sobrenatural —ni fuerza inherente— para nada. La fuerza divina de Dios existe en nosotros solamente cuando somos vasijas abiertas y dispuestas a ceder, permitiendo libremente que la vida de Dios fluya desde nuestros corazones.
Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo ” (2° Corintios 12:9)
Ahora bien, debilidad , no significa enclenque o inhábil, sino una persona que cede ante Dios. Pablo usa la palabra debilidad en 2° Corintios 13:4 cuando explica, “... Porque aunque fue crucificado en debilidad ” ciertamente, Jesús no era un persona débil, sino que un hijo totalmente abandonado y rendido a quien Dios podía usar en cualquier forma que deseara.
Abandono entonces no es una actitud de “me rindo” o “ya no me interesa”. Esta forma de pensamiento es un mecanismo de defensa egocéntrico y una forma de autoprotegerse de heridas futuras. Esta no es la actitud de la que hablamos aquí.  . Este tipo de rendición, abandono o ceder es la de ser una vasija preparada y limpia, —lista, dispuesta y en espera de hacer lo que sea que diga Dios. Es simple obediencia voluntaria, donde decimos: “Señor, estoy listo, limpio y dispuesto, úsame en cualquier forma que quieras
El Espíritu de Dios de poder en griego significa poder para sujetar con riendas , dominio sobre el ser, autocontrol, o mejor aun, Espíritu-control . La palabra griega kratria significa literalmente frenar . Y eso es exactamente lo que hace el Espíritu de Dios de poder. Frena (trae a cautividad) nuestra propia vida, para que la vida de Dios pueda fluir. Lucas 21:19 dice, “ Con vuestra paciencia ganaréis [o frenaréis] vuestras almas
Cuando estamos pasando por momentos dolorosos y tomamos decisiones de fe,  de no ir por lo que sentimos o queremos hacer, sino por el camino de Dios, Dios nos dará Su fuerza sobrenatural para poner a un lado nuestros sentimientos salvajes, pensamientos descontrolados, y deseos egocéntricos para que podamos vivir Su vida y no la nuestra.
Por lo tanto debemos
1) Reconocer  mis pensamientos y sentimientos negativos. Darle nombre a los sentimientos que estamos experimentando. “ traición, humillación, vergüenza, tristeza, temor, angustia, dolor, enojo,etc. etc.
Dejé que Dios examine sus pensamientos internos y ore para que le muestre cualquier “falta secreta y escondida” 
2) Confiese  que  lo que está sintiendo no es falta  de fe , y por lo tanto necesita  arrepentirse por dejarse llevar. 
3) Entregue a Dios todos los pensamientos y emociones que Dios le muestre y este experimentando, y  pídale que aleje esas cosas de usted “tan lejos como está el oriente del occidente
4) Finalmente, en voz alta, lea en voz alta la Palabra  para que la verdad entre a las cámaras escondidas donde habían estado escondidas las  mentiras.
Experimentara un milagro maravilloso. Sus pensamientos y emociones  negativas que habían estado tan fuera de control, estarán ahora frenadas y puestas de lado, Dios puede difuminar aun las emociones más volátiles a través del abandono y apertura, aun solamente de una sola parte. Si solo uno de nosotros pudiese simplemente renovar nuestra mente y tratar con nuestras emociones, entonces mostraríamos el amor de Dios. La otra persona sentiría nuestra aceptación incondicional; respondería con el corazón, no con sus defensas, se revelaría la verdad, y la situación tendría la oportunidad de ser corregida.
Sin embargo, si no tratamos con nuestros pensamientos negativos, sino simplemente “seguimos la corriente” y confrontamos a esa otra persona basándonos en nuestras emociones, entonces, la otra persona inmediatamente sentirá nuestra actitud de juicio, responderá con sus defensas, y no con su corazón. Se esconderá la verdad, y la situación probablemente empeorará.
Así que recuerde, si no estamos dispuestos a llevar cautivo todo pensamiento, y no estamos dispuestos a tratar con nuestros pensamientos y emociones negativas al momento en que ocurren, no podemos esperar que el Espíritu de Dios de poder frene nuestra propia vida. Él no lo hará— ¡No puede hacerlo! Ya hemos ahogado Su Espíritu en nuestros corazones.
El Espíritu de consejo y de poder de Dios es simplemente la autoridad y poder de Dios para sacar los hábitos de la carne y ponernos a Cristo. Es fe, no solo para decidir hacer la Voluntad de Dios revelada por Su consejo, sino también fe en que Dios cumplirá esa voluntad en nuestras vidas por Su poder.
Esta es la victoria que vence al mundo. 1 Juan 5:4 nos dice: “ Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe
La fe viene simplemente en la forma de decisión constante . En el Antiguo Testamento, la palabra para poder (fuerza) es gibbor , que significa vencer . Los vencedores son aquellos que están dispuestos, sin importar lo que vean o sientan, a decidir hacer la voluntad de Dios, y luego, por fe, deciden confiar en el poder de Dios —Su habilidad— para cumplir esa voluntad en sus vidas.
Vencer significa libertad de mí mismo, de mis circunstancias, de las respuestas de otras personas y libertad del enemigo. Apocalipsis 12:11 nos dice, “ Y ellos le han vencido [al enemigo] por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos , y menospreciaron sus vidas hasta la muerte ” Esta victoria es posible solamente teniendo una mente renovada, sacando los pensamientos negativos, y poniéndonos la mente de Cristo.
Esta es la preparación (el equipamiento, la limpieza) que cada uno de nosotros tiene que hacer diariamente. Es nuestra propia responsabilidad sacar lo viejo y ponernos lo nuevo. Ya poseemos la vida de Cristo en nuestros corazones, simplemente tenemos que asegurarnos que es eso lo que mostramos en nuestras almas.  Esto es lo que nos ceñirá para la batalla que tenemos frente a nosotros. 
 Espíritu de consejo y de poder de Dios, es  la fuerza de voluntad sobrenatural de Dios, porque es la voluntad de Dios y luego Su poder para cumplirla.

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