PROMESA

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viernes, 23 de octubre de 2015

- MI MENSAJE DE LOS VIERNES -ELIMINAR Y BLOQUEAR- PACO PALAFOX

Y volvió Paco....
Tal vez soy masoquista, tal vez sigo siendo esa persona ingenua que cree que es sólo el tiempo el que cura las heridas o tal vez simplemente soy uno más de los millones que vivimos como títeres bajo los hilos que nos mueven las redes sociales, pero aquí estoy, abriendo el feisbuc como esa adicción zombie que por inercia mi cuerpo pide para poder sentirse vivo, enterándome de las cosas interesantes que no me interesan de la vida de los demás, pero que a veces son los únicos temas para hablar si es que alguna vez hablo con ellos en vivo.
Si todos fuéramos al menos la mitad de lo felices y exitosos que nos mostramos en las redes, seguramente no estaríamos tanto en ellas porque tendríamos una vida real que vivir, pero aquí estamos, buscando algo que nos haga sentir ser parte de ellos, los que como yo, nos buscamos mientras más nos perdemos, encontramos el hashtag que nos haga el día, el meme que podamos reenviar, el video que ayudemos a viralizar, o el mensaje de los viernes que nos haga sonreír o nos devuelva la fe en ese amor que la misma fe a veces nos sigue robando.
Así, en ese inútil stalkeo de vidas que me roba el día tratando de encontrar algo interesante donde sé que no lo encontraré, aparece esa bestia apocalíptica en mi muro, ese maligno link que no nos permite vivir el hoy tranquilos porque nos recuerda siempre el pasado, el ayer, lo que ya no querías recordar, con una simple frase: “Un día como hoy”
Los ojos se paralizan de pronto, al ver esa imagen de nosotros dos: ¿cuándo fue eso? ¡Ya tres años! ¡Wow, recuerdo ese restaurante, y esa otra fue hace cinco en su cumpleaños! ¿Cómo estará ahora? ¿Qué bonitas cosas me escribía! ¿Se acordará aun de mi? ¿Se habrá casado? le voy a dar click a su perfil…
Y ahí, ahí en ese punto empieza la autoflagelación, ese click que me invita a dar silenciosamente, es como el limón a punto de exprimir en una herida que parecía que estaba cerrada, pero que mirando fijamente “Un día como hoy” decido empezar mi tormento.
Lo acepto, la culpa es mía y sólo mía, es mía porque nunca hice caso a las recomendaciones de quienes escuchaban mis lamentos por ti, esos cómplices consejeros a quienes les lloraba en el wassap, en el chat o en persona, mi dolor por tu pérdida, ellos, ellos que me decían una y otra vez que no solamente te eliminara de las redes, sino que te bloqueara, porque una cosa es solamente eliminar, y otra eliminar y bloquear, dicen que cuando sólo eliminas, la tentación y maldad del “diablo internet” una y otra vez vendría a mi, en esos momentos de ayuno de ti aparecería tu imagen una vez más en el desierto de nuestra relación, como si esa piedra de tu corazón estuviera en mi espejismo convirtiéndose en pan y partiéndose a migajas mientras leía esas palabras tan simples pero en ese momento de flaqueza, seductoras, escritas ahí, en tus fotos, en tu muro, recordándome lo que fuimos, lo que éramos y “lo que aun podríamos ser” si accedía una vez más esa debilidad, “todo esto podría ser tuyo, sí te humillas y le mandas de nuevo solicitud al Feis”.
Difícil lucha contra ese deseo del cuerpo, contra esa necesidad del alma, contra ese dolor de hambre que tiene uno por no alimentarla como antes lo hacia con esas migajas de tu cariño que llamabas “amor” y que en su momento me parecían abundantes manjares, pero luego de un tiempo, de darme cuenta que al caminar, mis pasos parecían débiles, perdían el rumbo, no caminaba bien, fue entonces, al acercarme de nuevo al hospital, cuando encontré esa cita, la que me llevó con el médico de médicos, ese Dios que conoce y ve más allá de lo externo, el alma y corazón, y en su escaneo se encontró entonces el alma desnutrida, el espíritu débil y el cuerpo, bueno, el cuerpo se recupera más fácil.
No ha sido nada fácil, han sido meses, de resistir, de detenerme, reconozco que he pasado tiempo lamiéndome las heridas del dolor de no estar juntos y más aun de ver lo feliz que te ves con alguien que ya no lleva mi nombre ni se parece a mi, me ha dolido ver que eliminaste los recuerdos de los dos, tuviste un click más fuerte y firme que el mío, eso lo admiro, tu decisión…y mi debilidad que siempre fuiste tú.
Sigo luchando con ese par de fotos que el feis nos guardo, yo no podría hacerlo sin ayuda de Dios, sin su fuerza, la fuerza que me da para eliminar “esos días como hoy” que ya no quiero repetir, Dios es el que me da la fuerza de eliminarte y bloquearte, no por hacerte un mal a ti, sino por hacerme un bien a mi, no quiero perderme lo que tiene para mi en una vida real más que en una vida virtual.
Hoy decido Eliminar y Bloquear, porque Dios añadió fuerza a mi ser y desbloquea las bendiciones que tiene para mi.
pacopalafox
gracias por leerme
pá que no se angustien, ya estoy tratando de resucitar mi página

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