PROMESA

PROMESA

domingo, 19 de abril de 2015

MES DE IYAR

26 Les dijo:
«Si escuchas con atención la voz del Señor tu Dios, y haces lo que es recto delante de sus ojos, y prestas oído a sus mandamientos y cumples todos sus estatutos, jamás te enviaré ninguna de las enfermedades que les envié a los egipcios. Yo soy el Señor, tu sanador.» Éxodo 15:26
Hoy iniciamos  el mes de Iyar, segundo mes en el calendario de Dios.
La promesa que Dios nos da es  que Él sera nuestro Sanador. Él  nos prometió que al obedecerle estaríamos libres de todas las enfermedades de Egipto. Dios desea que experimentemos una sanidad total y completa,  ver a su pueblo viviendo diariamente en obediencia, y como resultado ellos le conocerán como YHWH Rafa, “Yo Soy Tu Sanador.” La palabra Sanador (hebreo: rapha) significa curar, reparar, enmendar, restaurar la salud. El Señor nos recuerda como pueblo  que Él  sera nuestra sanidad, nuestro medico para restaurar nuestra salud física, emocional y espiritual.
Hoy la promesa de Dios sigue en pie. Dios sigue siendo un Dios que sana y restaura nuestras vidas. 
El Salmista nos dice que, “Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias” (Salmos 103:3). Dios no solo nos perdona de nuestros pecados, pero dentro de nuestra Salvación se encuentra nuestra “Sanidad Divina.” La voluntad de Dios  es que le conozcamos a Él  como nuestro Sanador. Él  sigue siendo, ¡YHWH-Rafa! Él  no a cambiado, sigue siendo el mismo Dios que sana. 
¿Puedes creerle a Dios por tu sanidad este día?
No permitas que la duda o inseguridad de robe tu bendición el día de hoy. Dentro de esta sanidad no solo se encuentra nuestra sanidad física, también nuestra sanidad espiritual y emocional.
Oremos este día que nosotros le conozcamos como YHWH nuestro Sanador. El Salmo 147:3 nos promete que, “El sana a los quebrantados de corazón, Y venda sus heridas.” Permite que hoy Dios vende tus heridas. 
Él desea revelarse a tu vida como Sanador.
¡Gracias Padre por tu promesa que nunca falla!
Estemos siempre agradecidos al tener un Dios tan hermoso que se interesa por nosotros. Que  no se olvida de los suyos, pero que su cuidado siempre esta presente en nuestras vidas.
Él solo requiere que nosotros caminemos en obediencia y confianza.

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