PROMESA

PROMESA

miércoles, 11 de septiembre de 2013

GOZO

Alegría, dicha, contentamiento, regocijo, complacencia, satisfacción, bienaventuranza.
"Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo" Romanos 14:17.
El término "gozo" aparece sesenta veces en el Nuevo Testamento. El verbo "regocijar" se encuentra setenta y dos veces. El mensaje del evangelio es "buenas nuevas de gran gozo" Lucas 2:10. Pablo aconsejó: "Estad siempre gozosos"
1ª Tesalonicenses 5:16. "Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo:
¡Regocijaos!" Filipenses 4:4. Es la orden divina para el creyente. Existe gozo en el creer. Cuando los samaritanos se entregaron al Señor había gran gozo en la ciudad, Hechos 8:8. El Espíritu Santo es el Espíritu de gozo.
En el mundo se habla mucho de gozo. Existe el gozo natural, que no es fruto del Espíritu sino que procede de la satisfacción de tener una esposa, una familia. Existe el gozo de viajar, de contemplar la naturaleza; de participar de un deporte; de escuchar música agradable; de desempeñar un trabajo correctamente; de deleitarse con una comida.
Pero todos esos gozos son efímeros, temporarios, pasajeros, momentáneos. No son permanentes. La belleza de una flor se marchita, el vigor de la juventud disminuye, la familia con los años se desintegra; los seres queridos se van. La alegría terrena nunca es completa debido a la inestabilidad del ser humano y a la fugacidad de la vida. 
El sabio Salomón disfrutó de todas las alegrías que los mortales pueden experimentar. No negó a sus ojos ninguna cosa que desearan, ni se privó de ningún placer. Sin embargo, luego de aventurarse en toda clase de diversiones, arriba a la conclusión de que. "Todo es vanidad y aflicción de Espíritu, y sin provecho debajo del sol" Eclesiastés 2:11.
El Señor nos invita, a través de su Palabra, a que estemos permanentemente gozosos. El gozo de sus Hijos no es sólo una emoción pasajera, sino una corriente ininterrumpida en cualquier circunstancia, tanto en los momentos de victoria, corno en las situaciones de pruebas y dificultades. La alegría de Cristo es perenne. Tanto el creyente individual, como la iglesia en general, deben vivir en una constante atmósfera de gozo.
¿Cuáles son las características del gozo del Espíritu que lo hacen realmente incomparable?
1) - Debemos gozarnos en el Espíritu porque Dios mismo es el manantial de dónde él procede. "Y el Dios de esperanza, os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo" Romanos 15:13. Dios mismo constituye el secreto de toda alegría y regocijo espiritual. David escribía desde la hondura de su alma. "Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre" Salmos 16:11.
Los goces terrenos son efímeros porque provienen de cisternas rotas que no retienen aguas, proceden de circunstancias pasajeras y cambiantes. El jardín se engalana en primavera, pero el invierno le hurta la belleza. El dinero se gasta y se va. El banquete dura sólo unos momentos. Pero el gozo que viene del cielo no está sujeto a las vicisitudes de la existencia.
Dios es eterno, inmutable: sus virtudes son para siempre "Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, ciencia y gozo" Eclesiastés 2:26. Jesús dijo:
"Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido" Juan 15:11.
Pedro escribió: "En quién creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso" 1ª Pedro 1:8. ¡Regocijaos en el Señor siempre! Sólo él puede concedernos una alegría exuberante y duradera.
Jesús, durante su ministerio terreno, se regocijó en el Espíritu: "En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó" Lucas 10:21.
A su regreso de una gira evangelística los setenta volvieron llenos de gozo por los milagros, señales y liberaciones que habían hecho en el nombre de Jesús. El Señor entonces se regocijó en el Espíritu, en lo más intimo de su ser, "se conmovió de regocijo" por el amor y la sabiduría del Padre al revelar a los niños lo escondido a los sabios y entendidos. Cristo se gozaba no sólo por lo que el Padre hacía, sino también por lo que el Padre era en sí; fuente de amor, bondad y misericordia.
Hoy también tenemos que gozarnos no sólo por las obras que Dios realiza, sus sanidades y prodigios: sino también por lo que él es en sí "la plenitud de nuestro gozo" y "la fuente de nuestra vida".
"Gócense y alégrense en ti lodos los que te buscan, y digan siempre los que aman tu salvación, engrandecido sea Dios" Salmos 70:4.
2) - Debemos gozarnos en el Espíritu ante el privilegio de servirle. Cristo se regocijó en la salvación de las almas. En el evangelio según San Lucas, capítulo 15, Jesús pronunció tres parábolas: la de la oveja perdida, la de la moneda perdida y la del hijo pródigo, cada una de las cuales enfatiza la verdad del regocijo que hay en el Padre y en los ángeles cuando un pecador se arrepiente El quiere que también nosotros poseamos este gozo del Espíritu, pero para disfrutarlo es necesario que salgamos corno él a encontrar la oveja perdida. Es preciso que busquemos con diligencia al pecador extraviado; como la mujer a la moneda perdida. Es imprescindible que tengamos un corazón misericordioso y amante como el padre que recibe a su hijo pródigo.
Cuando el Señor nos bautiza con el Espíritu Santo, con la señal física de hablar en otras lenguas, un gozo pleno satura el corazón. Pero ese gozo debe traducirse en un entusiasta deseo de testificar, de anunciar el evangelio.
No olvidemos que al ser llenos del Espíritu Santo; recibimos poder de Dios, dinamita divina para servir al Señor.
Cada uno de sus Hijos  sellado por el Espíritu es un ganador de almas, ya que el Espíritu actuando dentro de él lo va a impulsar para trabajar activamente por la causa del Altísimo. El concede dones y ministerios para servirlo mejor.
La tarea prioritaria de la iglesia es el evangelismo. Toda congregación que quiera mantenerse viva y feliz debe realizar evangelisrno. La presencia del Espíritu dentro del cuerpo de Cristo hace que éste se descentralice para esparcirse corno un agresivo ejército para llevar las buenas nuevas de salvación a los inconversos.
Las iglesias de mayor crecimiento en el mundo son las que oran más, las que buscan más de las inagotables fuerzas del Espíritu Santo, las que se gozan más. 
Cuando Pablo y Bernabé iniciaron su primer viaje misionero, luego de recorrer Chipre y predicar en Antioquía de Pisidia, estaban "llenos de gozo y del Espíritu Santo" .
Hechos 13:52.
El apóstol Pablo le expresa a los tesalonicenses: "Vosotros sois nuestra gloria y gozo"
1ª Tesalonicenses 2:20.
¡Hay gozo en los cielos cuando un pecador se arrepiente!
"Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas" Salmos 126:6
¡Qué gozo indescriptible produce el servir! ¡Qué alegría inconmensurable! Los cielos retumban de regocijo cuando un alma se convierte, los ángeles desbordan de alegría cuando un pecador se refugia al pie de Cristo. ¡Sirvamos, prediquemos, enseñemos, testifiquemos! ¡Los que enseñan Justicia a la multitud resplandecerán como estrellas a perpetua eternidad!
3) - Debemos gozarnos en el Espíritu al hacer la voluntad de Dios.
Jesús se deleitaba al hacer la voluntad del Padre:
"Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió" Juan 6:38. Cuando los sabios y gobernantes le hablan desechado y despreciado, cuando su pueblo le rechazó como Mesías, el Señor manifestó gozo en aceptar el rechazo como la voluntad del Padre.
Las persecuciones, las afrentas, los vituperios que sufrimos en este mundo por causa de Cristo son permitidas por Dios a fin de amoldarnos a la semejanza de su amado Hijo y deben ser aceptados con gozo. "Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia" Santiago 1:2-3. "Gozaos cuando sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. Si sois vituperados el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros.
Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado"
1ª Pedro 4:13-14.
Pablo testificaba. "Sobreabundo de gozo en todas nuestras tribulaciones"
2ª Corintios 7:4. "Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias, porque cuando soy débil, entonces soy fuerte" 2ª Corintios 12:10.
Cuando Pablo y Silas arribaron a Filipos en su segundo viaje misionero para predicar el evangelio, fueron encarcelados por echar fuera el demonio de adivinación de una joven. Luego de azotarlos brutalmente el carcelero les puso los pies en el cepo, encerrándolos en el calabozo de más adentro. Pero ellos no estaban tristes ni desanimados.
En la mitad de la noche oraban a Dios cantando himnos con regocijo. Y de repente, sobrevino un gran terremoto de modo que los cimientos de la cárcel se sacudían, se abrieron todas las puertas y las cadenas de todos se soltaron.
El carcelero viendo las puertas abiertas pensó que los presos se habían escapado y sacó la espada para matarse. Pero Pablo clamó a gran voz y le dijo "No te hagas ningún mal pues todos estamos aquí; y entonces el carcelero se postra ante Pablo y Silas y les dice: ¿Qué puedo hacer para ser salvo? Y ellos le dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú y tu casa" Hechos 16:31. Y en aquella noche el carcelero se convirtió "y se regocijó con toda su familia de haber creído en Dios" Con las espaldas heridas y sangrientas, los discípulos no perdieron el gozo del Espíritu.
Ellos estaban allí cumpliendo la voluntad de Dios que les había enviado a Filipos para predicar a Cristo. En medio de la adversidad, Cristo es glorificado, y el carcelero con todos los suyos se regocijó por haber encontrado la vida eterna.
Cuando todas las cosas marchan bien es fácil gozarnos, mas el genuino gozo del Espíritu se muestra en medio de los problemas, pruebas y sufrimientos. "El gozo del Señor es nuestra fortaleza".
Hacer la voluntad de Dios con alegría debe ser el blanco supremo de nuestra vida; aunque ello implique tener que pasar por peligros, crisis y tempestades. El divino Consolador nos dará un revestimiento especial de poder para estas circunstancias y su gozo nunca faltará.
4) - Debemos gozarnos en el Espíritu pues el regocijo divino es imperecedero, permanente, eterno. Gloriosas recompensas hay para nuestra labor por el Señor.
Aun en medio de la agonía de la cruz, Cristo se gozó con anticipación de ver linaje y el fruto del trabajo de su alma. "Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándolo a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos" Isaías 53:10-11.
Hebreos 12:2 dice "Puesto los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios" Jesús tenía un gozo "puesto delante de él", él vivía mirando el futuro, el porvenir, en la perspectiva de una gran cosecha de almas, de una multitud incontable de redimidos en la gloria que llegarían allí por su sacrificio expiatorio en la cruz.
Este gozo puesto en la seguridad de la victoria final fue lo que mantuvo firme a Cristo hasta llegar al Calvario.
Como Hijos también esperamos este gozo inefable y glorificado cuando escuche de labios del divino maestro las alentadoras palabras. "Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor" Maleo 25:21
El apóstol Pablo se gozaba grandemente ante la visión del galardón que iba a recibir por su labor: "Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados" Filipenses 4:1. "Porque ¿Cuál es la esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante del Señor Jesucristo, en su venida?1ª Tesalonicenses 2:19.
¡Qué gran privilegio ganar almas para el reino de los cielos! ¡Cuánta recompensa! Dios tiene galardones, coronas incorruptibles de gloria, premios especiales para los que siembran para la eternidad. Por eso es que el gozo del Espíritu es inefable.
No se puede comparar con los goces del mundo; estos son fugaces, huyen y desaparecen con rapidez, son de muy corta duración. En cambio el gozo divino es continuo y eterno: "Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido" Isaías 35:10.

Vale la pena seguir testificando. Vale la pena seguir predicando. ¡Esforcémonos!
 "Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano"
1ª Corintios 15:8.

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