Secuestré miles de “TE QUIERO” que eran sólo tuyos y los metí en una casa donde nadie más que yo los podía liberar.
Te llamé varias veces no pidiendo más rescate por ellos que tu mirada en mis ojos y tu oído en mi voz.
Pero tus ojos prefirieron esquivarme y tu oído nunca me escuchó.
Al paso de los días, los “TE QUIERO” adelgazaban, se secaban, con ojos hundidos se entristecían y yo ya no sabía qué hacer con ellos.
Antes de que murieran, abrí la puerta dejándolos libres, corrieron sin fuerza desesperados a abrazarse de la primer persona que vieron al salir, sin voltear a verme se fundieron en ese cuerpo y se alejaron de mi.
Viéndolos de lejos respiré tranquilo, sonriendo por no tener que guardar más tiempo esos “TE QUIERO” que te pertenecían, y que con tristeza pero sin problema encontraron a alguien más.
El problema parecía resuelto, la casa quedó vacía de los “TE QUIERO”.
Dejarlos ir antes de verlos morir, fue triste pero no tan difícil.
Lo difícil será ver qué voy a hacer con este edificio dónde guardo los millones de
“TE AMO” que sólo tú puedes liberar y eres la única con la que se pueden abrazar y fundir.
twitter@pacopalafox
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