PROMESA

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lunes, 18 de noviembre de 2013

¿QUÉ COSAS TE GUSTARÍA HACER Y NUNCA TE ANIMASTE? - B. STAMATEAS


Para realizar tus sueños y alcanzar el éxito debes salir de la zona de comodidad y arriesgarte. No hay manera de alcanzar tus sueños si no eres capaz de atravesar los desafíos que están por delante. Riesgo es hacer las cosas sin saber el resultado final, pero sabiendo que se deberá pasar por determinadas situaciones con las que uno debe confraternizar: 
a) El error, el mejor aliado. Benjamín Franklin dijo: Todo lo que duele, enseña. Si al equivocarte lloras, el error es tu enemigo, pero si te deja una enseñanza y lo usas como trampolín hacia el éxito, será tu mejor amigo. Nadie llegó a ser excelente o bueno sin haber atravesado muchos errores. En la zona de riesgo, el error es una oportunidad de aprendizaje. Los planes y estrategias que tengas para alcanzar tu meta deben tener previsto que vas a cometer errores, tienes que ir preparando tu mente con la idea de que pase lo que pase vas a salir airoso de la situación y que de cualquier error que cometas vas a aprender algo nuevo. 
b) Correr riesgos inteligentes. Hay personas, situaciones, desafíos, tormentas por atravesar que te llevarán al otro lado, donde está el sueño, tu meta. Pasa al otro lado. La autoconfianza necesita una voz legal para operar. Usa tu voz y tu palabra para alentar a tu sueño y anímate a correr riesgos. No te olvides que correr riesgos no significa no tener un plan. Arma un plan incluso para los momentos en que te juegues todo. La planificación es clave y te ayuda a concentrarte en la meta. Poniéndote límites claros vas a poder avanzar paso a paso v llevar cuentas de cuánto más cerca estás de conseguir tus objetivos. 
Nunca pierdas tiempo convenciendo a tu alrededor del sueño que hay dentro de ti. Los amigos no necesitan explicaciones y tus enemigos no se la merecen. Silencia la voz de los fanáticos religiosos, de los perdedores, de aquellos que nunca se atrevieron ni siquiera a soñar con el éxito. No desvíes tu mirada de la meta, sólo apuesta a la gente que ya ha logrado su sueño; el resto no importa, los que ya han llegado son los únicos que podrán ayudarte.
 Naturalmente todo lo que nos sucede lo apreciamos a través de nuestros sentimientos o emociones; sin embargo, al cambiar la percepción o el ángulo desde donde te pares a ver el problema, cambiará también la visión de las circunstancias y por ende la forma de solucionarlo. La confianza no niega la realidad; el problema es tal como lo vemos. La confianza no niega el error, lo transforma.

La zona de comodidad es lo conocido, mi hábitat, lo que sé hacer, lo que tengo, el lugar donde sé cómo moverme, qué hacer y qué no, donde tengo el control de todo, dominio que nunca me llevará a lo más extraordinario de la vida.
Los que llegaron al éxito se animaron a salir de lo que ya conocían para alcanzar lo que no tenían. Ellos también traspasaron una ansiedad positiva y normal, que genera todo lo extraño, lo desconocido; pero a pesar de esas emociones sabían que debían seguir adelante para triunfar. No se dejaron atrapar por la creencia de pensar "es lo que me tocó en la vida". La ansiedad debería estar controlada desde el mismo momento en que comienzas a actuar. No tienes que permitir que esta traba te frene.
La ansiedad que genera el trabajo y el agotamiento, cuando descansas y llegas, desaparece. En cambio, cuando permaneces en la zona de comodidad, en la rutina que te asfixia y ahoga, esa ansiedad, esa insatisfacción no logra ser saciada con nada.
La ansiedad negativa no tiene que ver con el cansancio sino con los pensamientos que generan esa intranquilidad y la ausencia de resultados. Recuerda que cuando no tomas una decisión estás en realidad tomando la resolución de no hacer nada.
No dudes de tu potencial, estás capacitado para asumir el error y el riesgo. Lo más difícil de un desafío es el comienzo, llegar a la línea de partida, pero una vez que te alineaste en la pista, nada podrá detenerte.

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