“Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios” (2° Corintios 4:2).
Toda iglesia anhela tener el mejor equipo de sonido, la mejor iluminación y hasta sueñan con el mejor proyector. No está mal, pero se puede convertir en una trampa si se está más atento a instrumentar las nuevas tecnologías que a predicar el mensaje de santidad al que fuimos llamados
a proclamar como iglesia.
¿Cómo quieren que reconozcan a su iglesia, como una que presenta los mejores adelantos tecnológicos, o cómo una iglesia que predica el mensaje no adulterado?
- OREMOS PARA QUE DIOS NOS CONCEDA LA HABILIDAD DE UTILIZAR
LA TECNOLOGÍA PARA PREDICAR EL MENSAJE DE SANTIDAD.
- ROGUEMOS PARA QUE EL CENTRO DE NUESTROS CULTOS SEA LA
ADORACIÓN A DIOS Y EL MENSAJE.
- PIDAMOS QUE LAS IGLESIAS NO EQUIVOQUEN SUS PRIORIDADES.
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