Los líderes de Dios se preocupan por los demás, estiman a las personas y tratan de ayudar a quienes están pasando por alguna necesidad.“Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón, los pastoreó con la pericia de sus manos” (Salmos 78:72).“Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna. A algunos que dudan, convencedlos” (Judas vv. 20-22).
Cuando esto no sucede, se quedan solos porque nadie le interesa estar al lado de una persona egoísta. El liderazgo que Dios demanda es un acto de amor e influencia.
- OREMOS PARA QUE TODOS LOS LÍDERES DE LA IGLESIA SEAN DE EDIFICACIÓN A TODOS.
- ROGUEMOS QUE LOS LÍDERES SEAN DE INFLUENCIA PARA LAS NUEVAS GENERACIONES.
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