“… pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo,y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo últimode la tierra” (Hechos 1:8).
Podemos tener el mejor plan de discipulado, las personas adecuadas, los mejores recursos, pero sin el poder de Dios no son más que buenos proyectos. Cuando Jesús derrama de su Espíritu nos está capacitando para que cumplamos la tarea: ser testigos. El poder de Dios nos guiará en lo encomendado de la misma manera que guió a la iglesia primitiva.
Él en este tiempo nos da consuelo y ayuda para que continuemos anunciando el evangelio de salvación y preparando a otros para que hagan lo mismo. Consagremos todo a Dios en oración y declarémosle su total dependencia. Recordemos que Él no llama a gente capacitada, sino que capacita a los que son llamados.
- OREMOS PARA QUE TODA ESTRATEGIA DE DISCIPULADO SEA SELLADA
POR EL PODER DE DIOS.
- ROGUEMOS PARA QUE EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO SEA QUIEN NOS CAPACITE A REALIZAR LO QUE REALMENTE CONVIENE.
- PIDAMOS QUE SIEMPRE EL OBJETIVO SEA TESTIFICAR A CRISTO.
- PIDAMOS QUE NUNCA SE NOS OLVIDE DAR GLORIA A DIOS.
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