“Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia” (1° Timoteo 3:8-9).
“… presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad” (Tito 2:7).
La santidad es una forma de vida, cuando los líderes son enteramente santificados y pueden dar testimonio por medio de su proceder, en sus vidas se manifiesta el fruto del Espíritu Santo. Este tipo de liderazgo hace que los ministerios crezcan. No existe mejor testimonio para el mundo que nuestras vidas sean acorde a nuestra predicación.
- OREMOS POR LÍDERES ÍNTEGROS Y SIN DOBLECES.- ROGUEMOS QUE TODOS PODAMOS PRESENTARNOS COMO EJEMPLO.- OREMOS POR NOSOTROS MISMOS Y POR LOS QUE ESTÁN CUIDANDOA OTROS Y PARA SERLES SIEMPRE DE EJEMPLOS A IMITAR.
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