PROMESA

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jueves, 14 de agosto de 2014

DISCERNIENDO LAS PROFECÍAS

En Mateo 7, Cristo nos enseña que conoceremos a los profetas verdaderos "por sus frutos", no por sus milagros, ni siquiera por sus profecías. Hay que discernir la fuente de la revelación, y no dejarse impresionar con una manifestación sobrenatural o con alguien que simplemente dijo, "así dice el Señor."
¿Cual es el fruto? Toda profecía debe ser probada. El fruto revela la fuente. Hay que examinar el fruto (el contenido y el resultado) de la profecía, y el fruto de la vida de la persona que profetiza.
• Una profecía que es de Dios reflejara el corazón de Dios (amor, bondad, misericordia), y siempre ofrecerá la gracia de Dios y restauración.
• Una profecía que es de Dios siempre será de acuerdo con principios bíblicos.
También debemos examinar el fruto de cada uno. Galátas 5:22-23 dice: "Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, fe, mansedumbre, templanza, contra tales cosas no hay ley."
Dios no nos dio una opción entre los dones del Espíritu Santo y el fruto del Espíritu. Aunque nadie ha alcanzado la perfección, debemos procurar andar con ambas cosas evidentes en nuestras vidas.
Alguien dijo una vez, “Yo no confió en la gente, pero confió en Dios.” El problema con esa actitud es que Dios siempre usa a la gente. No debemos rechazar una profecía simplemente porque conocemos de alguna falla en la vida del que nos profetizo. Por otro lado, sus fallas nos causan examinar un poco mas la profecía antes de aceptarla.
Lo ideal seria que Dios use solamente las personas perfectas. La realidad es que Dios ha escogido usarnos a cada uno de nosotros. En la Biblia vemos muchos ejemplos de profecías verdaderas a través de vasos humanos no perfectos. (ejemplos: Balaam, Jonas) Dios los uso a pesar de sus fallas. 
 "No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo, retened lo bueno. "1°Tes 5:19-20
Obviamente el elemento humano en la profecía tiene la posibilidad de introducir errores o cosas que no son de Dios. Pablo nos instruye examinar bien las profecías y retener lo bueno. 
Los profetas hablan dos o tres y los demás juzguen"1° Cor. 14:29
Aun los profetas maduros son sujetos los unos a los otros, y lo que profeticen debe de ser juzgado y no aceptado simplemente porque alguien dijo, " Así dice el Señor..."
"Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios;y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya esta en el mundo.  1° Juan 4:1-3
Aquí tenemos una de las pruebas de la profecía. Un espíritu engañador no puede confesar que Jesucristo ha venido en carne. La profecía que viene de Dios siempre exaltara a Cristo Jesús porque el espíritu de profecía verdadera es el testimonio de Jesús (Ap. 19:10).
Cuando hay un error obvio que daña, hay que corregirlo inmediatamente. pero la mayoría de los errores son solamente una mala aplicación de la revelación o mal tiempo. Estos errores se puedan corregir de una forma mas suave para no humillar la persona y para no apagar su don. hay que andar en amor, dando gracia a otros, pero siendo discernidos y sabios.
Aquí esta una lista de preguntas que podamos hacer para discernir entre profecías falsas, inexactas, o verdaderas.
1. Si la profecía exalta a Cristo, puede ser de Dios.
o Profecía que no es de Dios exalta al ego, al hombre, o a otra cosa. A veces la profecía que proviene del hombre se manifiesta con una falsa humildad que atrae atención a si mismo. (Ap. 19:10).
2. Si la profecía promueve el reino y gobierno de Dios y no del hombre, puede ser de Dios. (Mt. 16:18; Ro. 14:17)
3. Si esta de acuerdo con principios de la Palabra de Dios, la Biblia, , puede ser de Dios. (Heb. 4:12; 2° Cor. 4:2; 2° Tim. 3:16; 2° Cor. 3:6)
4. Si la profecía ministra vida (en vez de muerte, duda, temor, etc.), puede ser de Dios. (Juan 6:63; 2° Cor. 5: 18-19)
5. Si la profecía edifica a la Iglesia, puede ser de Dios. (1° Cor. 12:7 y 14:3,40) 
Ser discernido no quiere decir que seamos desconfiados de todos y que estemos buscando fallas en otros. Significa que debemos ser atentos y entendidos.
Tenemos que recordar que hay profetas falsos, lobos rapaces vestidos de oveja. Pero también hay cristianos con dones verdaderos y motivación buena, pero que se encuentran en todo un rango de varios estados de entrenamiento, desarrollo y madurez. Por falta de entrenamiento algunos profetizan cosas no acertadas aunque con corazón sincero y motivación buena. Por eso necesitamos tiempos de enseñanza y entrenamiento en nuestras iglesias.

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