PROMESA

PROMESA

miércoles, 22 de mayo de 2013

LA BODA I


La visión que tenemos del matrimonio, boda o desposorio, como quiera que se llame en tu país, esta alterada por lo que el sistema novelista ha distorsionado.
Se preguntaran que quiero decir con esto.
Desde principios del siglo pasado, nuestra visión de lo que es un matrimonio se desvió del diseño original, que es el de un pacto legal entre dos personas.
Las novelas rosas en especial latinoamericanas, nos presentan una pareja que luego de superar las vicisitudes de   su entorno llegan a la meta final, él esperándola frente al sacerdote y ella entrando vestida de blanco, para ser por siempre felices.
A medida que avanzaron los años, la previa incluía uno que otro hijo, por lo general perdido al nacer. El novio incluso podía cambiar del primer amor a varios candidatos en el camino, que intentaron asumir el puesto de amor eterno.
La historia ya no concluyo en el "Felices por siempre" ya que perseguía y esa pareja perfecta que atrapo nuestros corazones varios capítulos se separa por infidelidades mutuas, a medida que pasaban los años, le añadían una pizca de esto y esto otro, y a la madre soltera se le unió, el divorcio, el sexo prematrimonial, el adulterio, la homosexualidad y el hedonismo (placer por placer)


Ustedes dirán que es parte del sistema, sí, es verdad, un sistema en el que todos nosotros estamos inmersos, y nos llevaron a salirnos del Diseño Divino para la familia.

Este comenzaba con una boda. Donde la mujer y el varón eran vírgenes, donde él tenía un tiempo previo para preparar el lugar donde ambos vivirían, ya sea en un lugar especialmente preparado para la nueva familia, o en un caso extremo, en la misma casa paternal construía un departamento, en especial si era hijo único, ya que una de sus responsabilidades a pesar de estar casado era el honrar a sus padres, en especial en la vejez, por lo tanto el nuevo hogar de la pareja estaría en el mismo terreno de la casa paterna.

De ahí el dicho " El que se casa, casa quiere", tenían su espacio aparte de los padres de ambos ya que el "Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y serán una sola carne" de Génesis 2:24 no era una opción, era una ley que se cumplía.

Hasta no muchos años atrás una pareja que viviera en concubinato o juntados (así le dicen en argentina) era algo chocante, nadie decía abiertamente "él es mi concubino" o "ella es mi concubina", incluso para evitar los comentarios, algunos presentaban a la "compañera" como la que le cuida la casa, y que además entre otras cosas le cuidaba la cama, el bolsillo, y ohhh casualidad le daba hijos.
Pero eso es otro tema.

El diseño perfecto de la BODA se perdió, entre novelas y modernismo.
Porque, no hay que ser retrógrados.
La visión de un esposo y una esposa se deterioro tanto que ya no podemos como sociedad entender  a quienes llevan mas de 30 años juntos, los que cumplieron 50 años de matrimonio nos asombran y preguntamos cuál es el secreto. Porque en nuestra mente vivir tanto tiempo con la misma persona es algo extremadamente inusual.
¿Es qué acaso no es así en la Palabra?
Pues no, en la Palabra la Boda no es así.

  • EL NOVIAZGO O  DESPOSORIOS 
Debemos diferenciar  entre una promesa y los desposorios.
Una promesa de matrimonio de los tiempos bíblicos podía ser acuerdo sin compromiso formal. Podían haber varios compromisos de esta clase que se quebrantaban. Eran los desposorios los que unían, más  que una sencilla promesa. La promesa podía hacerse a un lado, pero el contrato de esponsales era considerado final. Los desposorios como un pacto. Entre los antiguos hebreos los desposorios constituían un pacto hablado.
 Ezequiel representa a Dios como casándose con Jerusalén, y las siguientes palabras son las que él usa: "Y  te di  juramento, y entré en pacto contigo, dice el Señor . Y fuiste mía" (Ez. 16:8). Después del exilio de Israel los desposorios incluían un documento escrito y firmado de matrimonio.

  • LA CEREMONIA DE DESPOSORIOS 
Los desposorios se celebraban de la siguiente manera: Las familias del novio y de la novia se reunían con algunas otras que servían de testigos. El joven daba a la joven ya un anillo de oro o algún otro artículo de valor, o simplemente un documento en que le prometía casarse con ella. Entonces él le decía: "Vean, por este anillo  que tú estás reservada para mí, de acuerdo con la ley ". Los desposorios no eran lo mismo que el matrimonio. Por lo menos pasaba un año entre uno y otro. Estos dos eventos no deben confundirse. La ley dice: "¿Y quien se ha desposado con mujer y no la ha tomado?" (Dt. 20:7). Estos dos eventos se diferencian: desposar a una esposa, y tomarla, es decir, en matrimonio efectivo. Era durante este período de un año, entre el desposorio y el matrimonio, que María se halló haber concebido un hijo por el Espíritu Santo (Mt. 1:18). 

  • LOS VESTIDOS DEL NOVIO Y DE LA NOVIA 
Cuando llegaba la noche en que debían principiar las festividades del matrimonio, y era tiempo de ir por la novia, el novio se vestía de rey, tanto como era  posible. Si era lo suficientemente rico para afrontar la situación, llevaba una corona de oro. De otra manera sería una guirnalda de flores, recién cortadas. Sus vestidos eran perfumados con incienso y mirra, su cinto era de seda de brillantes colores, sus sandalias cuidadosamente adornadas con listones, y en esto daba la impresión  de capas sueltas con gracioso donaire peculiar de las tierras del Oriente.
 Por el momento el campesino parece un príncipe entre sus compañeros, todos le dan la deferencia debida a su exaltado rango. Esta preparación del novio para su matrimonio ha sido ampliamente descrita en la profecía de Isaías, "Porque me vistió de vestidos de salud,  me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia compuesta de sus joyas" (Is. 61:10). El adorno de la novia era un asunto muy costoso y primoroso. Se concedía mucho tiempo para la preparación de su persona, ponía todo el esfuerzo para hacer su rostro brillante y lustroso un lustre parecido al mármol. Las palabras de David deben sido el ideal de ella: que "nuestras hijas sean como las esquinas labradas a la manera de las de un palacio" (Sal. 144:12). Las guedejas oscuras de su cabello estaban siempre adornadas con perlas. Era ataviada con todas las piedras preciosas y las joyas la familia había heredado de sus generaciones pasadas. Las que eran muy  pobres para afrontar todo esto, pedían prestado lo que podías de sus amigas. Las festividades matrimoniales y especialmente el vestido de novia, siempre serían recordados por ella. El profeta Jeremías hace una referencia a este pensamiento. "¿Olvidase la virgen de su atavío y la desposada de sus sartales?" (Jr. 2:32). El apóstol Juan vio a la nueva Jerusalén "dispuesta corno una novia ataviada para su ritual" (Ap. 21:2).  

  • EL NOVIO VA A TRAER A LA NOVIA 
Algunas veces los parientes de la novia la llevan a la casa de novio donde va a estar su nuevo hogar. Pero más frecuentemente como fue el caso de las diez vírgenes en la parábola de Cristo, el novio mismo fue en persona a traerla a su hogar para que se efectuaran las festividades matrimoniales allí.. Antes de dejar la casa que  fue su hogar, ella recibe las bendiciones de sus padres y parientes. Así los parientes de Rebeca la enviaron con una bendición típica oriental de matrimonio. "Nuestra hermana eres; seas en millares de millares, y tu generación posea la puerta de sus enemigos" (Gn. 24:60). La novia deja la casa de su padre adornada y perfumada y con una corona en su cabeza. La descripción que en la Escritura hace Ezequiel de la novia, es muy apropiada, "Y te atavié con ornamentos, puse ajorcas en tus brazos, y collar a tu cuello; y puse joyas sobre tus narices, y zarcillos en tus orejas, y diadema de hermosura en tu cabeza" (Ez. 16:11, 12). 

  • LA PROCESIÓN MATRIMONIAL

El novio sale con la novia de la casa de su padres, y le sigue una gran procesión por todo el camino hasta su casa. Las calles de las ciudades asiáticas son oscuras, y es necesario que cualquiera que se aventura por ellas en la noche, lleve una lámpara o antorcha (Sal. 119:105). A los convidados que no fueron a la casa de la novia, se les permite unirse a la comitiva por el camino, y van con todo el grupo a la fiesta del matrimonio. Sin lámpara o antorcha no pueden unirse a la procesión, o entrar a la casa del novio. Las diez vírgenes esperaron la procesión a que llegara al punto en que ellas esperaban, y las cinco prudentes pudieron unirse porque ellas tenían reserva de aceite para sus lámparas. Pero las vírgenes Insensatas no tenían reserva de aceite y así, no estando preparadas, no pudieron entrar a las bodas (Mt. 25:1-13). Las lámparas que llevaban estas vírgenes han sido descritas : "Las lámparas consistían en un receptáculo redondo para poner resina o el aceite para la mecha. Esta se colocaba en una taza, o en platillo hondo... que estaba afianzada por el cabo aguzado a un madera, con el cual era llevada en alto". Al ir de la casa de la novia a la del novio, ella dejaba su cabello suelto flotando, y su cara estaba cubierta con un velo. Algunos de sus propios parientes le precedían en la procesión, y regaban mazorcas de maíz tostado para los niños a lo largo del camino. Había demostraciones de alegría en todo el trayecto hasta su destino. Parte de la procesión eran hombres que tocaban tambores y otros instrumentos musicales, y danzaban por todo el trayecto. Uno de los castigos profetizados por Jeremías para los judíos, por causa de su pecado, era el quitarles las alegrías del matrimonio. "Y haré cesar de Judá, y de las calles de Jerusalén, voz de gozo y voz de alegría voz de esposo y voz de esposa" (Jr. 7:34).
 

  • EL ARRIBO A LA CASA DEL NOVIO 
El momento más importante de todas las festividades matrimoniales, es aquel en que la novia entra en su nuevo hogar. Y como el novio y la novia generalmente usan coronas, el salmista debe haber captado este momento importante en el matrimonio del rey: "Con vestidos bordados será llevada al rey; vírgenes en pos de ella: sus compañeras serán traídas a ti Serán traídas con alegría y gozo: entrarán en el palacio del rey" (Sal. 45:14, 15). Después de haber llegado a la casa del novio, algunas de las mujeres más ancianas toman la tarea de arreglarle el cabello a la novia. Sus guedejas flotantes quedaron escondidas bajo el grueso velo. Desde este momento en adelante, la costumbre dicta que su cara no sea revelada en público. Se le conduce a su lugar bajo el dosel, que está localizado o sea en el interior de la casa o si el tiempo lo permite, al aire libre. Su lugar esta al lado de su esposo, donde ambos escucharán nuevas bendiciones dadas por uno de los de sus padres, o por alguna persona importante que esté presente. En las bodas de Caná de Galilea, Jesús fue el invitado mas prominente que estuvo presente, y sin duda que a Él se le pidió que pronunciara la bendición sobre los recién casados. (Jn. 2:1-11). 

  • LA FIESTA MATRIMONIAL 
A cada invitado que asiste a una fiesta de bodas se le exige usar vestido de bodas (Mt. 22:12). El banquete de bodas es presidido por El maestresala (Jn. 2:8-9). Es su obligación tener cuidado de los preparativos, y durante la fiesta, él anda en derredor y entre invitados, para ver qué les hace falta. Él da orden a los sirvientes para que lleven al cabo todos los detalles necesarios. La expresión " los que están de bodas" (Mt. 9:15), usada por Jesús simplemente quería decir los invitados al matrimonio. El maestresala de la fiesta daba gracias en la comida y pronunciaba la bendición en los momentos señalados. También bendecía el vino. Era costumbre decir enigmas en tales fiestas como lo hizo Sansón en su casamiento (Jue. 14:12-18). Durante la comida prevalecía jovialidad, y se esperaba que los invitados exaltaran a la novia. No había ceremonia religiosa en la fiesta. En lugar de ella estaban las bendiciones de los parientes y amigos. La bendición de agentes de los arreglos de la boda de Ruth y Booz es un buen ejemplo de lo que debe incluirse en tal bendición (Ruth 4:11). Esto corresponde a los buenos deseos de los invitados a los matrimonios occidentales. Después que terminaba la fiesta del matrimonio, el esposo era escoltado por sus amigos al apartamento a donde su esposa había sido conducida previamente. Las festividades matrimoniales con parientes y amigos duraban toda una semana (Jue. 14:17), pero el número completo de días de lo que se llamaba "días del matrimonio" eran treinta. 


Esto es lo que el pueblo hebreo tenía por costumbre realizar, para una boda.
¿Cuándo es que cambian las costumbres?
A medida que las naciones se hacían poderosas, los líderes hacían alianzas políticas a través de los matrimonios, estás alianzas eran verdaderos tratados que incluían porciones territoriales. Eso en cuanto a los poderosos.
La gente de clase media, durante generaciones, en muchos casos era esclava o sierva de algún poderoso señor feudal , y para poder realizar algo tan básico como una boda, debía pedir autorización, en su mayoría negada por lo tanto la costumbre o el diseño se perdió. Eso es para la clase baja.

Lo que nosotros conocemos como "matrimonio" tal cual lo vemos hoy en día, el ritual tanto religioso como legal era uno solo, ya que se presentaban en la Iglesia mas cercana con un permiso o autorización, y se leían las amonestaciones, estas  son una figura tradicional dentro de la ceremonia nupcial que ha caído un tanto en desuso en nuestros días. A grandes rasgos por amonestaciones se entiende el anuncio público que deben hacer los novios de su intención de contraer matrimonio. Este anuncio suele llevarse a cabo unos seis meses antes de la boda, ya sea mediante una notificación escrita colgada en un tablón de anuncios de la iglesia, ya sea verbalmente durante alguna ceremonia religiosa. Las bodas civiles no están exentas de esta notificación.
El motivo que llevó a instaurar esta costumbre siglos atrás, en época medieval, fue la excesiva proliferación de matrimonios consanguíneos. Mediante el público anuncio, se aseguraba que si existía algún impedimento para la boda este saliera a la luz a tiempo para evitar el matrimonio, se aseguraba también que los contrayentes fueran libremente a la ceremonia, por propia voluntad, y que éstos tuvieran los mínimos conocimientos religiosos sobre doctrina necesarios para abordar la ceremonia nupcial.
Ahora ante esta nueva visión de lo que es una Boda podremos comprender mejor la expresión "LA ESPOSA DEL CORDERO"
“Entonces vino a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de
las siete últimas plagas, y me dijo: "Ven, y te mostraré la novia, la esposa del Cordero"
Me llevó en espíritu a un grande y alto monte, y me mostró la gran ciudad santa,
la Jerusalén que descendía del cielo, de Dios.
Resplandecía con la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante a una piedra
preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal.” Apocalipsis 21: 9 – 11.






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