PROMESA

PROMESA

martes, 12 de febrero de 2013

LA ORACIÓN

Desde que era una niña me encantaba leer, devoraba cada libro que caía en mis manos, miles de historias cobraban vida en mi imaginación. 
Uno de ellos es “Las mil y un noches”, y en él  la lámpara de Aladino. El joven de la historia tenía en su poder una lámpara, en la cual estaba encerrado un genio, quien, al ser liberado le concedía tres deseos.
Solía imaginarme a mí misma con esa lámpara y me gustaba planear cuáles serían esos tres deseos que le pediría al genio cuando se decidiera salir.
Por supuesto que eso no sucedió.
Cuando conocí a Dios una de las primeras cosas que me interesó era el comunicarme con Él. La oración, el clamor, la intercesión fueron, por lógica, las primeras  palabras que llegaron a mis oídos cuando indagué sobre el tema.
Personas con más conocimiento que yo en el tema, hoy me doy cuenta que conocimiento no es igual a sabiduría; me dieron diferentes formatos para dirigirme, al que aborrece las estructuras y formalismos, con la consecuencia de que mis oraciones eran sólo címbalos que resuenan.
COSAS MAL APRENDIDAS
Nos enseñaron mal y al acercarnos al Padre nos dirigimos a ÉL con un listado de deseos, como si  fuera el genio de una lámpara; sólo esperamos que se cumplan tal cual las sentimos en ese momento.
Me imagino a Dios como en una película policial recibiendo el listado de demandas en caso de secuestro. En este caso Dios es el negociador de la policía, escucha atentamente mientras los secuestradores o ladrones tienen a los rehenes para negociar.
Queremos:

1-Un jet con combustible
2-Un millón de dólares, millones más millones menos.
3- Pase seguro al país que elija. 
Y la voz del jefe de la policía da el veredicto final: 
“No negociamos con terroristas”
¿SERÁ POR ESO QUE NO RECIBIMOS NADA?
Creemos que Dios es el rehén:
“Mira Señor si vos haces que me aumenten el sueldo yo aumento mi ofrenda o te diezmo”
“Mira Señor si vos me das tal cosa yo me congrego”
¿Se imaginan al Omnipotente siendo coaccionado por un simple terrorista?
Otra de las cosas “mal aprendidas” era el pedir para nuestros propios deleites Sgto.4:3.
Según ellos, todo aquello que pidiéramos con egoísmo en nuestro corazón, no es escuchado por Dios.

“¿Por qué pedir por una casa propia?, me dijeron. Pide primero por la casa de tu hermano, y por el desinterés de tu corazón, Dios va a recompensarte con tu casa propia.
Es algo que lamentablemente hemos oído muchas veces.
Se  escribieron  libros  sobre este tipo de oración, explicando cuál era la que le agrada a Dios, se recomendaba incluso  hacer un listado de peticiones para que Él no se olvide, ¿Creería que a Dios se le podía pasar algo?
No hay que ir muy lejos; La Palabra de Dios, La Biblia, allí Él mismo nos dice que hacer.
“Por nada estés afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios con toda oración y ruego con acción de gracias”
Filipenses 4:6 (RV)
“No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también” (DHH)

En este versículo vemos claramente la separación entre petición y oración.

Petición: Acción de pedir.

Pedir: Rogar a otro que dé o haga algo.

Oración: Conjunto de palabras que expresan un pensamiento completo.

“Mas tú, cuando oréis no seas como los hipócritas, porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres: de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
Mas tú, cuando ores entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles que piensan que por su palabrería serán oídos.
No os hagáis, pues semejantes a ellos, porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros lo pidáis”
Mt. 6:5-8

La palabra gentil que se usa en este versículo, se refiere a una persona idolatra o pagana, alguien que no conoce a Dios y no tiene una relación con Él, y dice que “usan vanas repeticiones” y que esa palabrería no es oída, nos presentamos delante del Padre en calidad de hijos suyos y como tal tenemos derecho a estar frente a Él en el momento que queramos.
     
La reina Ester se presentó delante del rey Asuero con una petición; el pueblo, sus sirvientas y ella estuvieron orando y ayunando tres días seguidos para que fuera oída y la respuesta fuera favorable.

Ella iba ante su esposo, el rey, y aunque pareciera que tenía todo el derecho para hacerlo, no era así ya que incluso corría peligro su vida, por no ser este acto conforme a la ley (Est. 4:16).

Los que han tenido la experiencia de ser recibidos por una autoridad, ya sea  un intendente, un gobernador o presidente de una nación, saben que deben aprovechar la oportunidad y al estar delante de ellos, presentar su listado de peticiones, porque lo más probable es, que no haya otra ocasión para hacerlo.

Si vemos a Dios como un ser lejano al que rara vez tendremos acceso, está bien, presentemos un listado de peticiones, hagamos una extensa nota con todo lo que necesitamos, no sólo para hoy, para mañana y para el resto de nuestras vidas, porque no habrá otra oportunidad.

Orar y oración implican expresar verbalmente algo, cuando Jesús enseña a orar, baja al dios lejano  y nos acerca al Dios Padre haciéndonos parte de su familia.
  • Él nos conoce, sabe cuántos cabellos tiene nuestra cabeza (Lc 12:12)
  • Él conoce los secretos de nuestro corazón (Sal. 44:21b)
  • Él conoce nuestros pensamientos (Sal 94:11)
  • Él conoce nuestro sentar y levantar (Sal 139:2
  • Él conoce nuestros pensamientos y obras (Is. 66:18)
Y NOSOTROS  CONOCEMOS  LA VERDAD Y ÉSTA NOS HACE LIBRES    (Jn 8:32)

Y la verdad es que como Hijos de Dios tenemos el derecho legal a sentarnos en las rodillas de Papá y expresarnos libremente, si no hay nada que le sea oculto, sino no hay nada que no conozca, por lo tanto:
                                         NO HAY NECESIDAD DE PETICIONES.            
REYES Y SACERDOTES

En Gn. 1:28 Dios da la orden al hombre FRUCTIFICAR, SEÑOREAR Y SOJUZGAR; es su diseño perfecto de gobierno.

Cristo nos dice:

“Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra..... y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”
Mt.28:18 y 20

“He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo y nada os dañará”
Lc. 10:19

“De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo”
 Mt. 18:18

“Pero a quienes los recibieron y creyeron en Él les concedió el privilegio de llegar a ser Hijos de Dios”
Jn  1:12

“Todo lo que es mío es tuyo, y lo que es tuyo es mío; y mi gloria se hace visible en ellos”
Jn 17:10

“Y recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos…”
 Hch. 1:8

“Pues te hice rey precisamente para mostrar en ti mi poder y para darme a conocer en la tierra”
 Ro. 9:17

“Y ahora, gloria sea a Dios, que tiene  poder  para hacer muchísimo más de lo que nosotros pedimos o pensamos por medio de su poder que actúa en nosotros”
Ef. 3:20

  Si yo estoy en posición de gobierno, si estoy en autoridad juntamente con Cristo, y cambio mi forma de pensar, en lugar de llevar las peticiones ante quien pueda cumplirlas, me transformo en la persona de gobierno creada por Dios en el diseño perfecto  que tiene la autoridad para otorgarlas.

“Pedís, y no recibís, porque pedís mal”. Nos acercamos a Dios como idólatras que tienen a otro en su lugar, o paganos, que no conocen a Dios. Él nos dice “alejaos de mí, hacedores de maldad, no os conozco” porque si Él nos dio “potestad de ser llamados Hijos de Dios (Jn 1:12), y “Mirad cual amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados Hijos de Dios”(1 Jn 3:1).
Y como Hijos de Dios y coherederos de Cristo,

 “Porque a los que antes conoció, también predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos,
Y a los que predestinó, a éstos también llamó, y a los que llamó, a éstos también justificó, y a los que justificó, a éstos  también glorificó.”
Ro 8:28-29

Si tomamos nuestro lugar de gobierno como reyes y sacerdotes, tenemos toda autoridad para conceder peticiones.

Porque como Hijos podemos ir ante Papá en la intimidad (charlar, hablar, conversar, que es el significado de orar) y recibir en la intimidad los diseños de gobierno.

Sino ¿Para qué Cristo nos hace gobernar juntamente con él en las regiones celestes? Si nosotros no tomamos nuestro lugar, hacemos inmunda la sangre de Cristo, que fue la puerta para que seamos Hijos de Dios.

Tenemos poder, potestad, autoridad, derecho y obligación de gobernar.
  
Interceder: Pagar o mediar por una persona ante otra

En el libro de Jonás vemos al profeta siendo enviado a pregonar la maldad de la ciudad de Nínive y cómo sería  destruida.

Esta ciudad era pagana y era  tan grande que le tomó al profeta tres días  cruzarla. A pesar de su falta de entusiasmo, el pueblo se arrepintió, incluso el rey ordenó ayuno y clamor; arrepentimiento fue la respuesta por parte de Dios

Cuando intercedemos nos ponemos en lugar de la persona y hacemos nuestras, sus necesidades.

“Porque el anhelo ardiente de la creación es aguardar  la manifestación de los hijos de Dios”
Ro 8:22
Si yo me pongo en la brecha, y  tomo el lugar del que no conoce sobre su palabra, y clamo para que las cadenas que los atan se suelten, el Padre  que  conoce al hijo y cada necesidad, concede las  peticiones  de su corazón.

TENEMOS QUE ABRIR NUESTRO ENTENDIMIENTO PARA QUE PODAMOS COMPRENDER QUIENES SOMOS

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