PROMESA

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domingo, 3 de abril de 2016

MUJER VIRTUOSA (VA DE REGALO)

¡Qué difícil es hallar una mujer extraordinaria!
¡Hallarla es como encontrarse una joya muy valiosa!
Quien se casa con ella puede darle toda su confianza; dinero nunca le faltará.  
A ella todo le sale bien; nunca nada le sale mal.  
Sale a comprar lana y lino, y con sus propias manos trabaja con alegría. 
Se parece a los barcos mercantes: de muy lejos trae su comida.
Se levanta muy temprano, y da de comer a sus hijos y asigna tareas a sus sirvientas.
Calcula el precio de un campo;con sus ganancias lo compra, planta un viñedo, y en él trabaja de sol a sol. Ella misma se asegura de que el negocio marche bien; toda la noche hay luz en su casa, pues toda la noche trabaja.
Ella fabrica su propia ropa, y siempre ayuda a los pobres.
No le preocupa que haga frío, pues todos en su casa andan siempre bien abrigados.
Toma telas de lino y de púrpura, y ella misma hace colchas y vestidos.
En la ciudad y en el país su esposo es bien conocido,pues ocupa un lugar importante entre la gente de autoridad.
La ropa y los cinturones que ella misma fabrica los vende a los comerciantes.
Es mujer de carácter; mantiene su dignidad,y enfrenta confiada el futuro.
Siempre habla con sabiduría, y enseña a sus hijos con amor.
Siempre está pendiente de su casa y de que todo marche bien.
Cuando come pan, es porque se lo ha ganado.
Sus hijos la felicitan; su esposo la alaba y le dice:  
«Mujeres buenas hay muchas, pero tú las superas a todas». 
La hermosura es engañosa, la belleza es una ilusión; ¡sólo merece alabanzas la mujer que obedece a Dios!
¡Que todo el mundo reconozca los frutos de su esfuerzo!
¡Que todos en la ciudad la alaben por sus acciones! (Proverbios 31:10-31)


El propósito de esta descripción es mostrar las cualidades de una buena esposa, tanto como estímulo de las mujeres como para indicar a los hombres la clase de mujer con quien casarse. Esta escrita en 22 versículos, comenzando cada uno por cada letra del alfabeto hebreo; se trata, pues de un acróstico, composición poética constituida por versos cuyas letras iniciales, medias o finales forman un vocablo o una frase. En el Nuevo Testamento hay dos pasajes que repiten en forma abreviada la misma idea de este texto (1 Timoteo 2:9, 10; 1 Pedro 3:1-6). 
El abyad o alfabeto hebreo, algunas veces denominado mediante su forma hebrea álef-bet (אָלֶף-בֵּית), es la serie de 22 caracteres formada por las consonantes hebreas. Cinco de ellas tienen una grafía distinta al final de las palabras. Se utiliza para escribir el idioma hebreo, el idish y, en menor medida, el judeoespañol. Escribiremos una letra del alfabeto hebreo al inicio de cada versículo, como usted puede comprobarlo en su Biblia (Salmo 119)
1. Alef (cualquier vocal). Admirable es la mujer que desarrolla y alcanza estas virtudes. Hacendosa: “Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.” (v.10) El sentido de la expresión hebrea corresponde a “mujer hacendosa”, lo mismo que en el pasaje de Rut: “Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tu digas, pues toda la gente de pueblo, sabes que eres mujer virtuosa” (Rut 3:11) Una mujer como ésta, según la Biblia, es muy difícil de hallar, ¡dichoso es el que la encuentra! Es de valor inestimable. Numerosas son las virtudes que se incluyen en la expresión éset jayil: prudencia, fidelidad, laboriosidad, generosidad, iniciativa. Cuanto más escasas son estas mujeres, tanto más son de estimar. Una mujer puede ser admirable y virtuosa, sea dueña de casa, trabajadora o profesional.
2. Bet (b o v). Bálsamo es a su esposo y familia, porque da tranquilidad y bienestar. Fiel: “El corazón de su marido está en ella confiado, Y no carecerá de ganancias.” (v.11) Es una esposa confiable y leal a su marido en todo, lo que le merece gran estima. Él puede confiar en su fidelidad y en la prudencia y discreción con que administra los asuntos de la casa. Ambos esposos, hoy en día, comparten las tareas del hogar y confían el uno en el otro.
3. Guimel (g, sonido suave). Gloria de su marido, ya que le da reputación, fama y honor, es gusto y placer para él. Amorosa: “Le da ella bien y no mal Todos los días de su vida.” (v.12) Justifica plenamente la confianza que su marido ha puesto en ella tratándolo con amor y respeto, según el ejemplo de las santas mujeres de los patriarcas (1 Pedro 3:5, 6) Le presta todas las atenciones de una buena esposa durante toda su vida, su actividad constante es hacerle el bien, pese a las circunstancias, pues le ama. Él es feliz con ella. Ella se esfuerza y se complace en realizar sus tareas. Ambos esposos se sirven mutuamente y brindan el amor necesario.
4. Dálet (d). Decidida, resuelta, firme, valiente, intrépida. Laboriosa: “Busca lana y lino, Y con voluntad trabaja con sus manos.” (v.13) Busca los mejores materiales para sus manualidades, a fin de conseguir lo óptimo en calidad y precio. Tradicionalmente la mujer ha sido educada desde niña en el tejido, el bordado y la costura; tal costumbre va cambiando con la vida moderna, pero la virtud de laboriosidad jamás pasa de moda.
5. He (h aspirada). “Hormiguita” trabajadora y ahorrativa, guarda en los tiempos buenos para cuando estén las vacas magras. Previsora: “Es como nave de mercader; Trae su pan de lejos.” (v.14) Hace todo lo posible para que las finanzas de la casa vayan bien. Como el barco de un comerciante, se aprovisiona de todo lo necesario, para no ser sorprendida por hambre ni carestía. Proveer para el bienestar de la familia es deber de ambos esposos y, cuando hay amor, no es obligación sino agrado.
6. Vau (v/ o / u). Vela mientras los demás duermen, se levanta temprano a trabajar en las labores hogareñas o que benefician la casa. Madrugadora: “Se levanta aun de noche Y da comida a su familia Y ración a sus criadas.” (v.15) Duerme lo indispensable y se levanta muy temprano, a fin de preparar el desayuno a la familia, incluyendo a los criados y criadas, y asigna el trabajo del día a cada empleado de la casa. Buena costumbre cristiana es levantarse muy temprano, ofrecer el día al Señor e iniciar con alegría las labores.
7. Zain (z). Zanja negocios con facilidad, abre zanjas, obvia todas las dificultades que puedan impedir el arreglo y terminación de un trato. Inteligente administradora: “Considera la heredad, y la compra, Y planta viña del fruto de sus manos.” (v.16) Con el dinero que obtiene y acumula de su prudente administración y trabajo manual, observa un terreno, lo compra y lo explota. No todas las personas tienen esta “capacidad empresarial” pero sí se puede desarrollar en menor escala, poniendo en juego las habilidades personales.
8. Chet (j). Junta fuerzas para ir más allá de sus capacidades. Esforzada: “Ciñe de fuerza sus lomos, Y esfuerza sus brazos.” (v.17) Realiza otros trabajos, aparte de las labores manuales y de hogar, los que son rudos y requieren todas sus fuerzas. No se siente rebajada de rango por efectuarlos. Siempre es bueno probar nuevos desafíos que lleven más allá del límite nuestras capacidades.
9. Tet (t). Trabaja día y noche por el progreso de los que ama. Trabajadora: “Ve que van bien sus negocios; Su lámpara no se apaga de noche.” (v.18) Cuando se apaga la luz del día, ella enciende su lámpara de noche para y sigue trabajando. No pierde su tiempo en actividades de ocio. Ser productivo/a siempre será una bella virtud.
10. Yod (y / i). Hila el lino, el cáñamo, la lana o la seda para luego fabricar ropas que abriguen a la familia o venderlas. Hilandera: “Aplica su mano al huso, Y sus manos a la rueca.” (v.19) El huso es un instrumento manual, generalmente de madera, de forma redondeada, más largo que grueso, que va adelgazándose desde el medio hacia las dos puntas, y sirve para hilar torciendo la hebra y devanando en él lo hilado. La rueca también es un instrumento que sirve para hilar, y se compone de una vara delgada con un rocadero hacia la extremidad superior. Las mujeres de la época bíblica hilaban la lana antes de tejerla. Una esposa profesional hila ideas, pensamientos, proyectos. Desarrollar actividades diferentes a las habituales del trabajo o el hogar, abre nuevas perspectivas.
11. Caf . Kilos de amor tiene para su prójimo. No se preocupa sólo de su familia. Misericordiosa: “Alarga su mano al pobre, Y extiende sus manos al menesteroso.” (v.20) Además de trabajar haciendo y reparando las ropas de su familia, socorre a los necesitados. Una de las más hermosas e importantes características del amor es la misericordia. El Señor nos encargó: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.” (Lucas 10:27) Él mismo nos señala “lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe.” ( Mateo 23:23) La mejor expresión del amor a Dios es la misericordia para con el que sufre, pues allí nos volvemos instrumentos del Dios de Amor.
12. Lámed (l). Es una mujer laboriosa, preocupada del vestido de su familia. Protectora: “No tiene temor de la nieve por su familia, Porque toda su familia está vestida de ropas dobles.” (v.21) La familia de la mujer ejemplar no teme al frío, pues ella se ha preocupado de abrigarla bien con trajes debidamente forrados de lana. Atiende a la necesidad de vestuario de los suyos. Cuando llega el invierno, prudente, ella ya ha provisto a los suyos del abrigo necesario. Es una mujer previsora y amorosa, además de muy trabajadora. Hace gala de habilidades artesanales ¡indudablemente es una mujer ideal! “Toda su familia está vestida de ropas dobles.” El vestido del cristiano debe ser siempre el de estas siete prendas: la verdad, la justicia, la paz, la fe, la salvación, la Palabra de Dios y la oración (Efesios 6:14-18) Una buena madre, como también un buen padre, se preocupará de “vestir” a su familia con ellas.
13. Mem (m). Magnífica: “Ella se hace tapices; De lino fino y púrpura es su vestido.” (v.22) Viste elegantemente. Ella misma hace tapices y colchas de cama. Se utiliza el mismo vocablo hebreo cuando dice: “He adornado mi cama con colchas Recamadas con cordoncillo de Egipto” (Proverbios 7:16). Un tapiz es un paño grande, tejido con lana o seda, algunas veces con oro y plata, en el que se copian cuadros y sirve de paramento, para cubrir. La púrpura era un tinte muy costoso que los antiguos preparaban con la tinta de varias especies de un molusco con el mismo nombre o de otros parecidos. Ella es una mujer elegante pero no ostentosa, ocupa los mejores materiales para sus vestidos y el de su familia. En lo espiritual también prefiere lo mejor para vestir a su familia, y lo mejor es la Palabra de Dios, los buenos libros espirituales, las conversaciones edificantes y todo tipo de comentario que ayude al crecimiento personal. Sigue en este aspecto el consejo del Apóstol: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” (Filipenses 4:8)
14. Nun (n). Notoria: “Su marido es conocido en las puertas, Cuando se sienta con los ancianos de la tierra.” (v.23) Es una mujer notable y notoria en su esposo, “nutricia” se diría hoy, porque nutre la imagen de los suyos. Su esposo es respetado y honrado, por tener tan buena esposa, en el lugar en que los ancianos de la ciudad se sentaban para juzgar los asuntos locales (Rut 4:1). Como ella viste ropas finas, también lo hace su marido, por lo cual es conocido. Se dice que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer. Tras el testimonio del esposo está una mujer amante de él, preocupada, sabia, ocupada en la familia, una compañera que lo apoya, respeta y hace crecer. Que él sea conocido significa que es bien visto. El hombre es resultado, en gran medida, de la calidad de su mujer. El refrán dice “la mujer hace al hombre”.
15. Sámec (s). Señora: “Hace telas, y vende, Y da cintas al mercader.” (v.24) Es “señora” en cuanto se enseñorea de sus bienes disponiendo de ellos, incluso tiene cierta independencia en lo económico. Comercia con los mercaderes telas y fajas que ella misma fabrica. Ya hemos dicho que ella sabe negociar cosas de calidad. La mujer ideal es aquella que emprende otros negocios, no se conforma a lo que pueda recibir de su esposo sino que es emprendedora y hace sus propios negocios. Es una mujer con iniciativa, con capacidad de administrar y que sabe negociar:. Ésta vende diferentes mercaderías, algunas hechas por ella misma.
16. Ayin (consonante gutural, no hay algo parecido en las lenguas europeas). Honorable: “Fuerza y honor son su vestidura; Y se ríe de lo por venir.” (v.25) ¿Cuál es la fuerza de la mujer? Su belleza, su femineidad, su capacidad de dar amor, su maternidad. Pero esa fuerza se transforma en un poder espiritual cuando ella es honorable, honesta, cuando no comercia con su cuerpo sino que la utiliza dignamente, conforme a la voluntad de Dios, se transforma en una fuerza poderosa. En sentido figurado se viste de fuerza y honor, de una posición económica fuerte y de la estima y el respeto que acompañan a un rango social honestamente alcanzado. Así está bien preparada para cualquier adversidad. Es su mejor vestidura, lo mismo para defensa que para decencia.
17. Pe (p / f). Paciente: “Abre su boca con sabiduría, Y la ley de clemencia está en su lengua.” (v.26) Habla con sabiduría y clemencia. La clemencia es compasión y moderación al aplicar justicia. Ella sabe aplicar justicia en el hogar sin ser despiadada, sino justa, misericordiosa y clemente. Hay sabiduría en sus consejos y órdenes.
18. Tsade (ts). Sacrificada: “Considera los caminos de su casa, Y no come el pan de balde.” (v.27) No ahorra fatigas para cumplir con sus deberes de ama de casa y lo hace de buena gana: no come el pan de ociosidad. Emplea bien el tiempo, de forma que no se pierda ni un minuto. Mira bien las cosas de su casa para obligar a todos a cumplir con su deber para con Dios y los unos con los otros, al igual que ella. Es una mujer diligente, cuidadosa, activa y pronta en el obrar.
19. Cof (k). Querida: “Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba:” (v.28) Ella es una gran bendición para su familia. Tanto sus hijos como su esposo la admiran. Al levantarse por las mañanas encuentran todo muy bien preparado y la alaban. Es una madre y esposa admirada y amada por su familia.
20. Resh (r). Rebosante: “Muchas mujeres hicieron el bien; Mas tú sobrepasas a todas.” (v.29) Esta es la feliz opinión de su esposo. Ella es una mujer desbordante en virtudes, derrama su amor a Dios y la familia también en su prójimo; se sale de la norma y excede en características positivas. Discreción, lealtad, sabiduría, prudencia, consejo, amor y bondad están escritos en su corazón y se demuestran en sus hechos. Irradia alegría y fe, destila amor y palabras sabias, vive rebosante de Dios.
21. Sin (s). Santa: “Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Yhwh, ésa será alabada.” (v. 30) La mujer virtuosa es temerosa de Dios. La verdadera belleza no es la física sino la interna, la del corazón, como enseña el Apóstol: “Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, / sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.” (1 Pedro 3:3,4) El temor de Dios lo hay de dos tipos: 1) Conciencia segura de pecado pero que no conduce al arrepentimiento ni a la fe, como el caso del gobernador Félix: “Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré.” (Hechos 24:25) Los demonios creen pero no arrepienten, señala la Biblia: “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.” (Santiago 2:19) 2) El verdadero temor es infundido por Dios mismo: “Enséñame, oh Yhwh, tu camino; caminaré yo en tu verdad; Afirma mi corazón para que tema tu nombre.” (Salmo 86:11) La profecía enseña que Dios mismo pondrá Su temor en el convertido: “Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí.” (Jeremías 32:40) La mujer virtuosa está provista del verdadero temor de Dios. Reina en su corazón la verdadera belleza, la del alma, que dura para siempre. La mujer virtuosa es santa puesto que ha entregado su vida completa a Dios, es apartada para Él y ha sido santificada por la sangre de Jesucristo.
22. Tau (t). Testimonio: “Dadle del fruto de sus manos, Y alábenla en las puertas sus hechos.” (v. 31) Contempla en la ancianidad el fruto de toda una vida de servicio a Dios, a su familia y prójimo, y se siente satisfecha. Sus buenas obras son la alabanza para ella. Debería reconocerse públicamente su contribución al bienestar de la comunidad. Ella es firme para soportar iras y desengaños. Cuando llega a vieja reflexiona que no estuvo ociosa ni fue inútil cuando era joven y se regocija en la vida eterna. Es de gran bendición para sus amigos. Ella deja que sus propias obras la alaben. Su testimonio es su vida completa, una vida plena de virtudes.


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