PROMESA

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viernes, 29 de abril de 2016

MI MENSAJE DE LOS VIERNES- ENTENDER Y ACEPTAR


‪#‎pacopalafox‬

“Desde que te vi, supe que todo sería diferente…”
Así empiezan tantas historias de amor, de películas, de libros, de telenovelas, de iglesias, muchas de ellas son para siempre, pero también hay muchas que nunca terminan como empezaron, historias que se quedan a medias, que se mueren poco antes de nacer, que agonizan a medio camino, que se deshidratan de cariño, que sufren inanición de amor, que las matan las actitudes, la distancia o los detalles.
Lo difícil no es que muera esa relación, lo difícil es aceptar cuando va muriendo.
Eso de saberse tan lejos y tan cercano, eso de saber que todo se acabó pero no acabamos de entenderlo; complicado y simple, tan simple que la razón se vuelve ambigua y el corazón tiritando de nervios explota en expresiones de dolor, coraje, llanto, resentimiento, incertidumbre, deseo y una ruleta de emociones que desequilibran la realidad, nuestra realidad.
Todos los cambios son tan nuevos que aun ni nombre tienen, los besos dejaron de serlo para convertirse en labios que se juntan por costumbre como simples actos de cortesía, entonces ahí y sólo ahí es cuando todo empieza a tener un sentido diferente.
La difícil sensación de entender y de aceptar: Lo que ya se acabó.
Empezamos a extrañar en el primer instante del segundo en el que todo acaba, podemos seguir con esa persona pero ya todo es tan diferente que deja de tener sentido; escribir una notita, caminar juntos, tomarse de la mano, mensajes por el celular, pequeñas y ridículas cosas que antes tenían sentido para ambos, eran importantes y sostenían la relación.
Cuando ese “amor de nuestra vida”, como lo habíamos llamado ayer, hoy deja de serlo.

“Es que, pensándolo bien, no eres el amor de mi vida” decimos, o peor aun, eso nos lo dicen.
“Que pensando bien las cosas es mejor no seguir” nos lo dicen sin palabras o con actitudes, que es como más duele.
Nosotros que pensábamos que todo iba a ser perfecto, eterno, creíamos incluir a Dios en nuestra relación y tomamos eso como si fuera un fetiche de buena suerte que hasta incluimos a amigos, familia, pastores, iglesia y redes cristianas, y entonces ese inicio llega a su fin o ¿el final empieza?
Por fin aceptamos que todo terminó, que es el desenlace, el final, aceptamos que esa persona sólo va a pensar en nosotros como un recuerdo, tan bueno o malo como lo decidas tú, pero para poder ser eso, un recuerdo, hay que dejarlo en el pasado, "hay que cerrar círculos" dicen algunos.
A veces lo logras, a veces se puede, y ahí en algún lugar, en algún momento dejas a alguien y simplemente termina porque no todo es para siempre, casi siempre, mejor dicho, sin retornos, sin oraciones milagrosas, sin recriminaciones odiosas, sin depresiones fastidiosas, sin stalkeos estresantes, simplemente habrá que aceptarlo.
Esas lágrimas que no son de dolor sino de saberse parte de algo terminado, casi de resignación, de algo que pudo, pero no fue.
Ya no hay tiempo que se pueda perder porque en esa relación invertimos todo el tiempo que teníamos, pero gracias a Dios nos regala una eternidad, y otra oportunidad.
Antes de hacer el nuevo viaje, el de volver a empezar, volver a amar, debes aceptar que ese alguien se fue, antes de volverte a levantar debes resignarte, conformarte con su ausencia, saber a esa persona en el ayer, quedarte tal vez con la mirada un poco celosa y un algo dolida, con el corazón entripado, entender que seguimos siendo humanos, pero en proceso de renovación, ese proceso del que no podemos salir solos, pero para ello tenemos la oración, esa oración que nos da la fuerza para dejar ir lo que sin preguntar a Dios y esperar su respuesta nosotros quisimos tener.
Orar, pero no para que Dios nos quite a ese alguien, porque Él no va a quitar lo que no nos dió, pero lo que sí nos dará, será la fuerza de terminar ese proceso de sanación.
No es fácil decir adiós, no es fácil salir a caminar sin la compañía que antes teníamos, no es fácil recordar sabiendo que parte del pasado, lo que hasta ayer era presente se llevó parte de nuestro corazón, de nuestro tiempo, de nuestra vida, pero las buenas noticias, es que por fe, tenemos un Dios que hace las cosas nuevas, y no caminaremos la vida con un corazón remendado, con un pasado adolorido, cargando cadáveres del amor, porque “..Si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron he aquí todas son hechas nuevas”. 2Cor.5.17
Así que sin miedo ni remordimiento y menos resentimiento, seguir adelante para recibir completos a esa persona que viene en camino.
paco palafox
¡Gracias por leerme!

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