PROMESA

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sábado, 18 de octubre de 2014

LA RESTAURACION DE LA PATERNIDAD


Estamos viviendo el tiempo donde  la paternidad de Dios está más presente que nunca. La Biblia nos da a conocer a través de distintos pasajes, características paternales muy importantes de las cuales Dios nos quiere hacer partícipes, con el propósito de poder acercarnos a él con confianza (Ef.3:12), y como consecuencia de ello entablar con sus hijos, osea nosotros, una relación paternal.

Él hará volver el corazón de… los hijos hacia los padres Malaquías. 4:6
La palabra restauración, viene del heb. Kapotastasis; apo que sig. de vuelta, de nuevo y katastemi que sig. poner en orden, sabemos que el causante de la pérdida de una relación adecuada de padres a hijos es el enemigo, quien ha venido con engaño a robar la figura paterna, con el propósito que descuidemos nuestra viña (Cnt. 1:6), haciéndonos poner la mirada en las cosas del mundo, sabiendo que el que ama al mundo no puede conocer el amor del Padre ( 1° Jn. 2:15-17). También el término restauración se refiere a recuperar o recobrar, reparar, renovar, volver a poner una cosa en el estado que tenía al principio.
La Biblia nos enseña que cuando algo es restaurado, se predispone  a crecer, multiplicarse o mejorarse, de manera que su condición final supera la inicial (Joel 2:24-27), (Job. 42:12-17). Otra palabra que puede ayudar a comprender más acerca de la restauración es la palabra volver, que viene del heb. shuwb shoob que sig. Prestarle atención a alguien, lo que nos permite entender  que como padres de familia debemos prestar atención a nuestros hijos y permitirles que se acerquen confiadamente a nosotros para suplirles todas sus necesidades materiales y espirituales, así como nosotros nos acercamos confiadamente a Dios (Ef. 3:12).
La Biblia nos dice  que Jesús clamó al padre utilizando la palabra Abba,(Mr.14:36) que literalmente significa Oh Padre, como un ruego de un hijo hacia un padre amado, pero seguido de una afirmación de obediencia incondicional, lo que nos deja entender la confianza, intimidad y sumisión, juntamente con un aprecio maduro de la relación filial y sus responsabilidades. Se afirma que esta palabra, estaba prohibida a los esclavos, para dirigirse al padre de familia; nosotros en otros tiempos éramos esclavos, pero Dios nos ha hecho libres por medio de su hijo Jesucristo, por lo cual podemos decir con toda libertad Abba Padre (Gal.4:6-7).
El Padre es bueno y nos desea abundar en todas las cosas. Por lo tanto debemos acercarnos a él con confianza, aún si le hemos fallado, ya que también nos ofrece la abundancia de su misericordia (Ef.2:4). También debemos de saber que en medio de nuestra necesidad, nuestro Padre puede abundar aun en lo poco que nos quede, como en el caso de los panes y los peces (Mt. 15:32-39), y el de la viuda que alimentó a Elías (2° Re.4:1-7).
El Padre quiere enseñarnos que él nos da regalos aún mayores a los que deseamos, y que no es mentiroso, sino fiel para cumplir sus promesas, y aún los deseos de nuestro corazón. Por eso sabemos que todo don perfecto desciende de lo alto (Stg.1:17), y como hijos debemos anhelar los dones o regalos, que aunque no los merecíamos, nos los da gratuitamente (1°Co. 14:1).
Uno de esos regalos hermosos fue el permitirnos conocer a su hijo Jesucristo para que fuésemos salvos (Jn.3:16), pero no solo eso, sino con el hijo nos dio todas las cosas.
Cuando hablamos de Dios como Padre vemos que como tal él nos defenderá de toda agresión, de todo gigante que se levante en contra nuestra, así como defendió  a David, cuando un gigante lo quería matar. (2° Sam. 21:16¾17), lo cual que nos da seguridad, sabiendo que aunque existen gigantes que se van a levantar en contra de nosotros, que nuestro Padre es poderoso gigante (Jer. 20:11), y así como Dios tiene cuidado de nosotros (1° Pd. 5:7), de esa misma manera debemos de cuidar de nuestros hijos cuando el enemigo se quiera levantar en contra de ellos.
Estos  tiempos son finales, y las promesas de Dios se cumplirán, la restauración de la paternidad, está a la puerta, solo necesitamos un corazón dispuesto y debe iniciar en nosotros como hijos de Dios y luego como padres, en un circulo virtuoso, sabiendo que en Cristo somos nuevas criaturas y si alguien ha sido mal ministrado por sus padres terrenales o espirituales; la Biblia nos enseña que todas las maldiciones han sido clavadas en la cruz del calvario (Col. 2:14). Y que ahora podemos acercarnos con confianza a Dios sabiendo que El cumple todas sus promesas (2° Co.1:2).

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