PROMESA

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lunes, 21 de diciembre de 2015

MITOS Y REALIDADES DE LA NAVIDAD

Como cada año desde que iniciamos este blog, explicamos que estas fechas llamadas Navidad, no son mas que dadas al consumismo, al dios Mamón y al egocentrismo, sentirme bien.
El pan dulce lleno de frutas secas, abetos decorados y un gordo súper abrigado que entre por las chimeneas... No hay fiesta navideña sin ellos, son parte de los rituales que, año a año. ¿Irracionales? ¿Absurdos? 
Nos encanta ver que las vidrieras decoradas con nieve de algodón y piñas de coníferas, como si en las pampas tuviéramos tantos bosques de pinos y tanta nieve en pleno verano.
Vestirse de Papá Noel con ropa que es la adecuada en esta época para el Ártico, es ridículo. Escuchar villancicos que hablan de pastores es aún peor. Pero…como decía Nietzche “a lomo de las paradojas se cabalga hacia las grandes verdades”. Creemos que  eso son las fiestas: un motivo para festejar, adornar, cocinar rico y tratar de pasar un buen momento, aunque sea una vez al año.

En general, siempre nos resulta extraño eso del pesebre con gente vistiendo a la moda del año cero, Reyes Magos que se ven como Alí Babá, todo junto un abeto pintado de blanco en una ciudad en la que nos derretimos del calor. Todo eso mezclado con un gordo barbudo que no se sabe si se llama Santa Claus o Papá Noel o es el Niño Jesús, pero que compensa su extrema timidez con un exceso de generosidad, mandándose una maratón ciclópea de repartir regalos a todo el mundo en un plazo de 24 horas ¡y que encima pasa su exceso de kilos por las chimeneas!

¿Cómo se nos mezcló así la historia? 

Investigando, podemos saber que la Navidad existe solo desde el año 337 después de Cristo, por disposición del emperador romano Constantino. La verdad es que Jesús nació en un día de abril, pero las fiestas paganas llamadas Saturnalias se celebraban el 25 de Diciembre, y eran tan importantes y tan imposibles de erradicar, que se resolvió correr el cumpleaños de Jesús para hacerlo coincidir con estas celebraciones. Las Saturnalias se realizaban en el día mas corto del año en el hemisferio Norte, y festejaban el regreso del Dios Sol a la tierra. Los antiguos astrónomos ya sabían que a partir de Navidad, los días del hemisferio Norte se hacen más largos y soleados, prometiendo los cálidos días de primavera. En las Saturnalias, todo el mundo se emborrachaba, comía de más, danzaba y trataba de formar pareja, alejando los fantasmas del crudo invierno imperante. 
Lo antiguos romanos intercambiaban regalos para estas felices fechas que marcaban el principio del fin de la estación más fría del año. En varios países se agasajaba a un viejito llamado Woden (Señor Invierno) dándole mucho de comer para que la temporada fuera menos cruda.

En el siglo 4 DC, un obispo de Bari, San Nicolás, salía de noche a dejar regalos en las medias de los pobres en Navidad .De ahí tanta media roja de adorno. Su nombre, Saiont Niklas, se deformó en Santa Claus y su figura se mezcló con la del pagano Woden.

Dos mil años después, nos encontramos con que la imagen de Jesús, el pesebre, María y José siguen sin poder desplazar lo pagano: el muérdago que para los celtas era la eternidad, el abeto que era árbol sagrado y protector, el Señor Invierno abrigado desde 1934 con los colores de Coca Cola, gracias a una campaña navideña fabulosamente exitosa (antes de eso papá Noel se vestía de marrón )…¡La confusión es total! 

No podemos contarles a nuestros hijos la verdadera razón del despiole histórico que venimos heredando en las fiestas. Pero podemos explicarles la verdadera razón por la cual hará mas de 2000 años, Dios nos amó de tal manera que envió a su único hijo por la humanidad.
Dejemos de  fingir, que nos estamos creyendo la historia de Papá Noel y el árbol sagrado¿Alguien cree, acaso, que los romanos creían en serio en Zeus y en los ritos de las Saturnales? Nadie creyó nunca nada de eso y, sin embargo, todos nos sentimos más unidos si seguimos cuidando estas tradiciones que, al fin y al cabo, nos dan uno de los pocos momentos de la vida con licencia para festejar, estar contentos y repartir regalos y buenos deseos a los demás.
En lugar de unirnos una sola noche en familia, porque no tomamos la costumbre de hacerlo mas seguido, solamente por el placer de compartir con ellos, porque no sorprender a los seres que amamos con un presente solo porque sí, preparemos una gran mesa y compartamos con quienes ocupan una parte de nuestro corazón.
Que los 365 días del año sean una Buena Noche para celebrar.
Que nuestros hijos sepan cual es la verdad y no unirlos a una mentira colectiva. Solo por unirnos al "espíritu"
Y que ese tiempo de dar no sea solo una noche sino cada día del año.
¿Y porque no escenificar un pesebre en Septiembre cuando realmente nació nuestro amado Señor?.
¡Felicidades

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