PROMESA

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miércoles, 2 de abril de 2014

4° DÍA LIBERTAD FINANCIERA

Señor, me arrepiento por mí, mi familia y mis antepasados de amar al dinero, de servir a las riquezas, por la codicia y la avaricia; de creer que el dinero es la respuesta a todo en nuestras vidas; de esperar que el dinero sea nuestra respuesta y nuestro amigo. 
Me arrepiento por mí, mi familia y mis antepasados de abandonarte a Ti como fuente de mi vida y por poner nuestros ojos en la búsqueda de riquezas, perjudicándonos a nosotros y a los demás; por escoger servir al dinero en lugar de a Ti, lo cual ha llenado nuestras vidas de tinieblas.Me arrepiento por mí, mi familia y mis antepasados de no haber tratado y valorado al Reino del Cielo como debíamos, y por haber cambiado los valores del Reino del Cielo por los deseos de nuestros corazones en la forma de un reino terrenal. 
Señor, me arrepiento por mí, mi familia y mis antepasados de habernos afanado acerca de la vida, los alimentos y la ropa; por acumular tesoros en la tierra donde destruyen la polilla y la herrumbre, y donde entran a robar los ladrones. 
Me arrepiento por mí, mi familia y mis antepasados de robarle al Señor, y de no dar nuestros diezmos y ofrendas libre y gozosamente con un corazón de amor y agradecido.
Renuncio, tanto por mí, como por mi familia y mis antepasados, a todo pacto hecho con el dinero, por medio de usarlo de manera impía y para propósitos impíos; de tener doble ánimo con el dinero, y de ser inestables en nuestros caminos. 
Elijo por mí y mi familia, amarte a Ti, Señor, con todo nuestro corazón y poner nuestro tesoro ahí donde está nuestro corazón, o sea, en el Reino del Cielo, para que Tú lo uses del modo que te parezca. 
Me arrepiento por mí, mi familia y mis antepasados de convertir el dinero en nuestra defensa, nuestra seguridad y nuestra protección; por haber creído que los encantamientos, el destino, la superstición y la suerte, o cualquier otra cosa de las tinieblas, proveerían el dinero que necesitábamos.
Me arrepiento por mí, mi familia y mis antepasados, por haber usado diversas medidas y pesos, y por no pagar debidamente a nuestros empleados; por el orgullo en cualquier de sus manifestaciones y raíces, pero principalmente de aquel que viene de la posesión de bienes y riquezas, de obtener riquezas de modo deshonesto y del vano afán por el oro y la plata. 
Me arrepiento por mí mismo, mi familia y mis antepasados, de no ejercer nuestra responsabilidad de pagar dinero que debíamos al gobierno evadiendo impuestos; de defraudar, engañar, mentir y robar al gobierno, y también por una actitud reacia y amarga al pagar los impuestos; por no reconocer la unción del gobierno para proporcionar las necesidades básicas para nuestra vida en comunidad; por criticar, quejarme, y maldecir a nuestro gobierno diciendo que no provee lo suficiente para el pueblo. 
Me arrepiento por mí, mi familia y mis antepasados de buscar, aceptar, atesorar y beneficiarme de dinero sucio, y también de añadirlo a la herencia de nuestros hijos. 
Elijo perdonar en nombre de mis antepasados, mi familia y yo mismo, a las instituciones financieras que han ejecutado hipotecas y que han robado propiedades que nos correspondían por derecho a nosotros y a nuestros descendientes como herencia, 
Me arrepiento en nombre de toda mi línea de antepasados, por abandonar y sacrificar la familia y las relaciones, la tierra y la cultura, e incluso la fe en Dios, en la búsqueda de oro y tesoros terrenales. Escogemos buscar el tesoro supremo de nuestro Señor Jesucristo con todo nuestro corazón. 
Me arrepiento por mí mismo, mi familia y mis antepasados por creer en una mentalidad de pobreza, y por ser avaro con el cuerpo de Cristo. Declaro que Jesús vino a darnos vida abundante. Padre, en Tu misericordia, libéranos a nosotros y a nuestras futuras generaciones de las consecuencias de esto. 
Me arrepiento por mí, mi familia y mis antepasados por haber creído y confesado de alguna manera que la piedad significa pobreza, carencia de lo básico, vivir en pobreza, siempre tener necesidad y que los hijos jamás podrán permitirse tener estudios. 
Elijo creer y aceptar que Dios suplirá todas nuestras necesidades y que habrá una herencia por mil generaciones y que nuestros descendientes no tendrán que mendigar para poder comer, y que todas nuestras necesidades serán suplidas. 
Me arrepiento por mi, mi familia y mis antepasados, por haber estado desconectados del Río de Vida de la provisión sin fin de Dios. Escojo por mi, mi familia y mis descendientes, estar conectado al Río de la vida, donde Dios nos concederá la capacidad de adquirir riquezas para Su Reino. Me arrepiento por mi, mi familia y mis antepasados, de gastar dinero en lo que no satisface, y por no venir a beber de tu agua viva. 
Me arrepiento por mí, mi familia y mis antepasados, por endurecer nuestros corazones y cerrar la mano en contra de nuestros hermanos más pobres en su necesidad, y declaro que ello no volverá a pasar en mi generación ni en nuestros descendientes.
Me arrepiento por mi, mi familia y mis antepasados de aferrarnos a nuestras posesiones y servicios para obtener precios más altos de las personas que los necesitaban. Declaro que de ahora en adelante abriremos nuestras manos y corazones a los pobres, compartiendo nuestros recursos, según Tú nos dirijas, para que a nadie le falte, y Tu poder no estará obstaculizado, y Tu gracia permanecerá. 
Escogemos yo, mi familia y mi descendencia, no apartarnos de los necesitados. En el nombre de Jesús rompo las maldiciones que han venido en contra de mí y de mi línea generacional por exigirle a los necesitados unos precios injustos. Señor, desencadena Tus bendiciones y gracia en nuestras ventas y transacciones, especialmente para las personas necesitadas. Me arrepiento por mi, mi familia y mis antepasados de no haber dado de comer al pobre ni de cuidar a las viudas y a los huérfanos. 
Me arrepiento por mí y por mi línea familiar por no recibir la herencia que Tú tenías para nosotros y escogemos de ahora en adelante, recibir la herencia, abundancia y dones que Tú tienes para nosotros. Pido que venga con tanta abundancia, que podamos dejar una herencia para nuestros hijos y nietos. 
Señor, te pido que desconectes mis antepasados, a mí mismo y a mis descendientes de dinero ligado a la francmasonería, sociedades secretas, planes secretos, operaciones ilegales y/o encubiertas, patrocinios impíos de personas e instituciones, y a la construcción de altares impíos y del pago de prostitutas, alcoholismo, drogas y cualquier acto delincuencial y/o prohibido por Tu Palabra y las leyes terrenales. 
Señor, rompe la maldición sobre mí, mi familia y nuestra descendencia, de sembrar mucho y cosechar poco, comer y no saciarnos, y ganar un salario para ponerlo en una bolsa con agujeros. 
Señor, te pido que destruyas los conectores, y limpies las líneas entre mí, mi familia y mis descendientes y los tesoros terrenales de tal manera que a pesar de tenerlos, estemos conectados sólo a Ti, elijamos no aferrarnos a nada ni a nadie más que a Ti, dándote todo lo que tengamos.
Me arrepiento por mí, mi familia y mis antepasados, por el juicio de que los dones del Espíritu Santo pudieran venderse o comprarse. Rompo la maldición de que el dinero en mi línea generacional y en mi vida perecería conmigo. Me arrepiento de mi maldad y de la maldad de mi generación y de mis antepasados, y pido que nuestro corazón sea restaurado a una buena relación contigo. 
Señor, me arrepiento por mi, mi familia y mis antepasados por hacer que nuestras dádivas sean una obligación hacia Ti en lugar de un acto libre de mi amor. Señor, elimina el yugo de obligación en nosotros. Elimina la capa de la ley y la obligación en nosotros. Señor, permítenos vivir en Tu gracia y Tu provisión. Te pido, Espíritu Santo, que seas Quien nos guíe en cuánto al dar. Señor, haz que nuestros diezmos, ofrendas y primicias vengan de una actitud de agradecimiento y de amor. Escogemos buscar y seguir Tu dirección en lo que demos. 
Señor, me arrepiento por mi, mi familia y mis antepasados de no confiar en Ti, y no confiar en que proveerás.
Escojo perdonar, por mí, mi familia y mis antepasados, así como por mis futuras generaciones, a los que nos han estafado, especialmente los bancos y las instituciones financieras y administraciones gubernativas y los particulares, los que nos han cobrado con usura, y los que nos han intentado mantener en la pobreza, desheredando a nuestros hijos. 
Declaro que estaremos constantes y agradecidos con nuestros salarios, sea cual fuere nuestro estado financiero, sabiendo que ellos irán en aumento en el corto, mediano y largo plazo, porque tú eres un Dios que hace que nuestra vida sea como la luz de la aurora que va en aumento hasta que el día es perfecto. Señor, gracias por darnos la creatividad para producir riquezas en semilla. Espíritu Santo, enséñanos qué sembrar, qué cosechar, y qué segar para tus propósitos.
Declaro que yo, mi familia y mis descendientes, comeremos del pan de vida y nos deleitaremos en Tu abundancia. Declaro que somos un miembro de muchos en el cuerpo de Cristo, en quien están los tesoros escondidos de sabiduría y conocimiento. 
Señor, por favor concédeme a mí, mi familia y mi descendencia, la bendición del gozo y de dar libremente, según Tu voluntad para nuestras vidas. Señor, ayúdanos a ver el dinero con ojos espirituales, sabiendo que es Tu recurso y te pertenece a TI. Señor, desencadena por favor los tesoros que el enemigo nos ha robado a mí y a mi familia. 
Señor, danos un corazón circuncidado, para poder desencadenar Tu tesoro del Cielo. Todo esto lo pedimos en el precioso nombre de Jesucristo
Declaro lo que dice tu Palabra: 
Tú irás delante de nosotros y enderezarás las veredas torcidas. Prov. 2:15
Romperás los cielos de bronce y las puertas de hierro. Is. 46:7
Tú nos darás los tesoros de las tinieblas y las riquezas escondidas de lugares secretos.
Tú eres quien da poder para obtener riquezas para establecer Tu pacto, que juraste a nuestros padres, como es hoy. Dt. 8:1-20
La bendición del Señor nos da riquezas, sin añadir dolor. Prov 10:22
 El alma generosa será enriquecida, y el que riega, también será regado. Prov. 13:4
Gracias por permitirnos dejar una herencia a nuestros hijos y a nuestros nietos. 

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