PROMESA

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lunes, 13 de enero de 2014

EL MENSAJE DE LOS VIERNES (ATRASADO) “TRES JOYAS PRESTADAS”- DANTE GEBEL


Hoy casi no publico el mensaje habitual de todos los viernes. Sucede que estoy con muchísimo trabajo y en los trámites de conseguir nuestro propio lugar para congregar a la familia de Favorday. Pero Dios fue providente y recordé tres hermosas gemas, que me permití adaptarlas un poco para que tu viernes sea el día ideal para decir “te amo”.

La primera le pertenece a un talentoso autor Uruguayo llamado Andrés Miranda y va dedicado a aquellos que no la están pasando muy bien con la vida que eligieron y aunque no habla específicamente del amor, me pareció de una belleza y una prosa extraordinaria; estoy seguro que te va a conmover hasta el alma, tal vez porque cada vez que alguien evoca nuestra niñez, nos recuerda a ese niño que nunca debemos olvidar.
La segunda joya es simplemente una dama explicando sus razones del por qué ama tanto a ese hombre; y sin que necesariamente sea una poeta, expone en palabras sencillas todo lo que una mujer desea para entregar su corazón incondicionalmente.
Y finalmente (y no lo suelo hacer siempre) te regalo la tercera joya escondida, que se resume en uno de los videos mas conmovedores de los que hayas visto alguna vez; y que trata de cómo una pequeña decisión puede cambiar tu vida para siempre. Creo que resume lo que tantas veces he escrito en este mismo espacio y no tiene desperdicio. Feliz viernes.

LA VIDA QUE ELEGISTE
Hay días que quisieras escaparte y regresar. Meterte al túnel del tiempo o tomar en tu mano el tiempo y arrugarlo como una hoja de papel y decir: todo esto no pasó. Entonces levantar la mirada y observar que a tu alrededor todo está igual…La casa de tus papás, tus hermanos jugando, el olor de la comida del domingo, el mismo sol, aquellos amigos. Hay días que quieres meterte de nuevo en la foto, cuando éramos unidos y estábamos juntos. Cuando a nadie se le ocurrían las distancias, y pensábamos que siempre seríamos pequeños, que siempre jugaríamos a la pelota en la calle, que nadie se iba a morir, que una casa bastaba para todos. Hay días que darías todo el oro del mundo para volver a estar aunque sea un minuto, en uno de aquellos momentos perfectos. Tomado la leche de la tarde, acariciando el rostro sin afeitar de tu padre, haciendo un dibujo lleno de amor para el día de la madre, pensando que harías miles, un cada año o cada mes…y solo fueron dos o tres. Los días sin heridas, sin temores, cuando se cerraba la puerta después que entraba el último. Cuando ni en sueños pensabas faltar a un cumpleaños y ahora no puedes ir a ninguno. Y te sientes afuera, lejos, mirando por el cristal empañado de la ventana del tiempo que lindas cosas ocurren allá lejos y hace tiempo. Luego te das vuelta, como un forastero que espió por la ventana de una casa ajena, metes tus manos en los bolsillos y con una lágrima en la mejilla te pierdes en la oscuridad de la noche. Mañana será otro día y amanecerás en la vida y la realidad que elegiste...

¿POR QUÉ TE AMO TANTO?
Hoy me preguntaste: “¿Por qué me amas tanto?” Te miré sorprendida, no me esperaba de ti ese cuestionamiento, me quedé callada un segundo me incliné hacia a ti y fue entonces que mirándote a los ojos te respondí:
Te amo tanto, porque desde el día que nos presentaron no dejaste de decirme lo maravilloso que era pasar el tiempo conmigo, ni desististe de conquistarme nunca.
Te amo tanto, porque cuando me miras aún logras hacer que me derrita y no sepa que decir o qué hacer.
Te amo tanto porque cada palabra que ha salido de tu boca hacía mi ha estado cargada de respeto y de dulzura.
Te amo tanto porque me has permitido compartir contigo un sin fin de penas y alegrías. Te amo tanto porque a pesar de que engorde o que adelgace, para ti siempre te parezco hermosa.
Te amo tanto porque has respetado mi independencia, mi vida profesional, mi familia y mis deberes sin sentirte menospreciado.
Te amo tanto, porque cuando sonríes o me dices “Hola”, alejas de mí todas las tristezas. Te amo tanto, porque no importa lo que ocurra, tú siempre regresas.
Te amo tanto porque ere un simple mortal con defectos y virtudes, pero con un alma buena; eres un gran hombre. Te amo tanto, porque eres amigo y consejero y a pesar de conocer mis secretos y mi pasado, nunca me has reprochado nada.
Te amo tanto, porque aunque vayamos a comer pizza, logras que se convierta en una velada romántica. Te amo tanto, porque cada latido y cada pensamiento mío van dedicados a ti. Te amo tanto, que le pido a Dios que te cuide mucho cuando yo no puedo cuidarte y no me canso de agradecerle el que te haya puesto en mi camino.
Te amo tanto, que sin un día murieras, seguramente en dos segundos yo me iría a tu lado, pues no hay manera de separarme de tu amor...
Te aclaro que no eres perfecto, pero siempre estás aquí.

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