PROMESA

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miércoles, 6 de noviembre de 2013

MUNDO NATURAL Y MUNDO ESPIRITUAL

Para entender esta guerra invisible, primero debes entender los mundos natural y espiritual. El hombre existe en dos mundos: el mundo natural y el mundo espiritual.
El mundo natural es el que puede ser visto, sentido, tocado, escuchado, o tanteado. Es tangible y visible. El país, la nación, ciudad o villa en la cual vives es parte del mundo natural. Eres un residente en el mundo natural localizado en uno de los continentes visibles del mundo. Puedes ver la gente que es parte de tu ambiente. Puedes comunicarte con ellos. Puedes experimentar los paisajes, sonidos, y olores alrededor de ti.
Pero existe otro mundo en el cual tú vives. Ese mundo es un mundo espiritual. No puedes verlo con tus ojos físicos, pero es tan real como el mundo natural en el que vives.
Pablo habla de esta división entre lo natural y lo espiritual:
“Hay cuerpos celestiales y cuerpos terrenales” (1 Corintios 15:40).
Todos los hombres tienen un cuerpo natural que vive en el mundo natural. Pero el hombre es también un ser espiritual con un alma eterna y espíritu. El hombre es cuerpo, alma y espíritu. Tu ser espiritual (alma y espíritu) es parte del mundo espiritual así como tu cuerpo natural es parte del mundo natural.
Puesto que la guerra espiritual es justo eso... espiritual... debe ser entendida con una mente espiritual. En nuestro estado natural de pecado, nosotros no podemos entender las cosas espirituales:
“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura; y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”
1 Corintios 2:14
Es necesario usar “discernimiento espiritual” para entender las cosas espirituales.
Quizás uno de los mejores ejemplos de discernimiento natural y espiritual está registrado en 1 Reyes 6. Registra la historia de una batalla natural en la cual tropas de la enemiga nación de Siria habían rodeado un pequeño pueblo llamado Dotán donde el profeta Eliseo se estaba quedando. Cuando el siervo de Eliseo, Giezi, vio el gran ejército del enemigo sintió temor. Eliseo oró para que Dios abriera los ojos espirituales de Giezi para que él pudiera ver las huestes espirituales que los rodeaban y los protegían. En esta ocasión, Dios abrió los ojos espirituales de Giezi y le permitió ver visiblemente las fuerzas superiores de Dios alistadas para la batalla.
La historia de esta batalla en Dotán es similar a las condiciones espirituales en la Iglesia. Hay algunos, como Eliseo, que ven claramente dentro del reino del espíritu. Ellos saben que hay un conflicto que está ocurriendo, han identificado al enemigo, y reconocido las grandes fuerzas de Dios que aseguran la victoria. Hay otros como Giezi, que con un poco de aliento, serán capaces de abrir sus ojos espirituales y no serán más temerosos o derrotados por el enemigo. Pero tristemente, hay muchas personas quienes, como aquellos en la ciudad de Dotán, están durmiendo espiritualmente. Ellos no saben incluso que el enemigo los ha rodeado y está posicionado para el ataque.
Dentro de los reinos natural y espiritual de los cuales estamos hablando existen reinos separados que están gobernados por líderes naturales y espirituales.
Todos los hombres viven en un reino natural de este mundo. Ellos viven en una ciudad o en un pueblo el cual es parte de una nación. Esa nación es un reino del mundo. Un reino natural es un territorio o pueblo sobre el cual un rey o líder político es el gobernante soberano. La Biblia habla de estos reinos naturales como los “reinos del mundo”. Los reinos del mundo han venido a estar bajo el poder y la influencia de Satanás:
“Otra vez lo llevó [a Jesús] el diablo a un monte muy alto y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,9 y le dijo: —Todo esto te daré, si postrado me adoras” (Mateo 4:8-9).
1 Juan 5:19 tristemente nos recuerda que “ el mundo entero está bajo el control del maligno”.
La Palabra nos dice que 
La batalla que libramos no es contra gente de carne y hueso, sino contra principados y potestades, contra los que gobiernan las tinieblas de este mundo, ¡contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes! Efesios 6:12
Los principados son los lugares de gobierno de los  llamados demonios, y todos los hombres que viven en pecado y rebelión a la Palabra de Dios están bajo su influencia. Éstos, junto con el mundo y la carne, son las fuerzas espirituales del mal que obran en el mundo hoy.
El Reino de Dios consiste de Dios el Padre, Jesucristo, el Espíritu Santo, seres espirituales llamados ángeles, y todos los hombres que viven en justa obediencia a la Palabra de Dios. Éstas son las fuerzas espirituales del bien.
El Reino de Dios no es un iglesia denominacional. Las denominaciones son organizaciones de hechura humana de grupos de iglesias. Han sido establecidas con propósitos prácticos de organización y administración.  La Biblia nos habla de la verdadera Iglesia la cual no es una denominación u organización religiosa. La verdadera Iglesia está compuesta de todos aquellos que se han convertido en residentes del Reino de Dios.
En el tiempo presente en el mundo natural, el Reino de Dios existe individualmente dentro de cada hombre, mujer, niño o niña que haya hecho a Jesús el Rey de su vida. Existe comunitariamente en la verdadera iglesia y dondequiera que las personas hagan de este mundo el tipo de mundo que Dios quiere que sea. En el futuro, habrá una manifestación visible del Reino de Dios.
La guerra espiritual invisible es una batalla que envuelve a todos los hombres y mujeres. Puesto que Satanás pertenece a  un reino espiritual...
La guerra espiritual no es una batalla natural entre la sangre y la carne. No es una batalla del hombre contra el hombre. No es una batalla visible. Es un conflicto invisible en el mundo del espíritu. Es una batalla dentro y alrededor del hombre. No es una guerra visible porque los espíritus están involucrados y aprendemos de Lucas 24:39 que un espíritu no tiene carne ni huesos.
La guerra espiritual es “multidimensional”, lo cual significa que es librada en diferentes dimensiones. Es...

  • 1. Una batalla social entre el creyente y el mundo: Juan 15:18-27
  • 2. Una batalla personal entre la carne y el espíritu: Gálatas 5:16-26
  • 3. Una batalla supernatural entre el creyente y los poderes sobrenaturales malignos: Efesios 6:10-27

Toda persona viva está comprometida en esta guerra, se de cuenta o no. No hay campo neutro. Los no creyentes están bajo el yugo del mal y han sido llevados cautivos por las fuerzas del enemigo. Son víctimas de la guerra.
Los creyentes han sido librados del enemigo mediante Jesucristo y son victoriosos, pero están todavía comprometidos en la guerra. El versículo que vimos al principio indica que nosotros (todos los creyentes) combatimos contra fuerzas espirituales malignas.
“Combatir” implica contacto personal cercano. Ninguno está exento de esta batalla. Ninguno puede verla desde la distancia. Estás en el medio del conflicto ya sea que lo reconozcas o no. Si no lo reconoces será mejor... estás equivocado. La guerra del cristiano nunca cesa.

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