Damos inicio a un nuevo mes, llamado Kislev. Las Escrituras se refieren a este como "el noveno mes", pues es el noveno a partir de Nisan .
Kislev significa, confianza y fortaleza interior.
El símbolo Kislev es El Arco, como el arco iris que se ve en el cielo cuando llueve en un día soleado. En efecto, el primer arco iris que se vio después del Diluvio, apareció en el mes de Kislev. El versículo expresa (Génesis 9:12-13): Y Dios dijo, esta es la señal del pacto que he puesto entre Mi y vosotros, y entre todo ser viviente que esta con vosotros para la eternidad. Mi arco he puesto en las nubes, y sera la señal del pacto entre Mi y la tierra.
Es un mes de lluvias, la ausencia de ellas implicaba que el pueblo de Israel se preocupaba ya que era signo de que algo no estaba bien, y se ponían en ayuno para que Dios volviera su rostro a ellos.
Leemos en Oseas 6
1. Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará.
2. Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él.
3. Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra.
4. ¿Qué haré a ti, Efraín? ¿Qué haré a ti, oh Judá? La piedad vuestra es como nube de la mañana, y como el rocío de la madrugada, que se desvanece.
5. Por esta causa los corté por medio de los profetas, con las palabras de mi boca los maté; y tus juicios serán como luz que sale.
6. Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos.
7. Mas ellos, cual Adán, traspasaron el pacto; allí prevaricaron contra mí.
8. Galaad, ciudad de hacedores de iniquidad, manchada de sangre.
9. Y como ladrones que esperan a algún hombre, así una compañía de sacerdotes mata en el camino hacia Siquem; así cometieron abominación.
10. En la casa de Israel he visto inmundicia; allí fornicó Efraín, y se contaminó Israel.
11. Para ti también, oh Judá, está preparada una siega, cuando yo haga volver el cautiverio de mi pueblo.
Palabras fuertes son estas, pero muy actuales, ya que este es el tiempo en que el Pacto que hemos hecho con Dios se renueva. El número 9 implica un nuevo nivel espiritual es subir a algo aun mayor, Nueve es el cuadrado de tres, y tres es el número de la perfección divina, así como el número peculiar del Espíritu Santo. No es sorpresa, por lo tanto, descubrir que este número indica: «finalidad» en los asuntos divinos. Existen nueve elementos en el «fruto del Espíritu»: (1) amor, (2) gozo, (3) paz, (4) paciencia, (5) benignidad, (6) bondad, (7) fe, (8) mansedumbre, (9) templanza. (Gl. 5:22-23). El 9 viene después del 8, que representa el nuevo nacimiento. Cuando se tiene un árbol bueno, lo que se espera en seguida de él es un buen fruto. De la misma manera que el 9 sigue al 8, así también el buen fruto, el fruto del Espíritu se presenta como resultado de nuevo nacimiento. En 1 Co. 12:8-10 vemos 9 dones del Espíritu. El Señor dio inicio al sermón del monte con nueve «bienaventuranzas», en relación al carácter de los discípulos en el reino celestial.
Así que tomemos este nuevo mes que inicia, para renovar nuestro Pacto con el Padre.
Apocalipsis 2
12 Escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: Así dice el que tiene la espada aguda de doble filo:13 »Yo sé dónde vives, y dónde está el trono de Satanás. Sin embargo, te mantienes fiel a mi nombre, y no has negado mi fe, ni siquiera cuando a Antipas, mi testigo fiel, lo mataron en esa ciudad, donde vive Satanás. 14 Pero tengo algunas cosas contra ti. Tienes contigo a los que se aferran a la doctrina de Balaam, el que enseñó a Balac a poner tropiezos a los hijos de Israel, a hacerlos comer de lo sacrificado a los ídolos, y a caer en inmoralidades sexuales. 15 También tienes contigo a los que se aferran a la doctrina de los nicolaítas. 16 Así que, ¡arrepiéntete! De lo contrario, pronto vendré a ti, y con la espada de mi boca pelearé contra ellos. 17 El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias: Al que salga vencedor, le daré a comer del maná escondido, y le daré también una piedrecita blanca; en ella está escrito un nombre nuevo, que nadie conoce sino el que lo recibe.
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