Alegría, dicha, contentamiento, regocijo, complacencia, satisfacción,
bienaventuranza.
"Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz
y gozo en el Espíritu Santo" Romanos 14:17.
El término "gozo" aparece sesenta veces en el Nuevo
Testamento. El verbo "regocijar" se encuentra setenta y dos veces. El
mensaje del evangelio es "buenas nuevas de gran gozo" Lucas 2:10.
Pablo aconsejó: "Estad siempre gozosos"
1ª Tesalonicenses 5:16. "Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez
digo:
¡Regocijaos!" Filipenses 4:4. Es la orden divina para el creyente.
Existe gozo en el creer. Cuando los samaritanos se entregaron al Señor había
gran gozo en la ciudad, Hechos 8:8. El Espíritu Santo es el Espíritu de gozo.
En el mundo se habla mucho de gozo. Existe el gozo natural, que no es
fruto del Espíritu sino que procede de la satisfacción de tener una esposa, una
familia. Existe el gozo de viajar, de contemplar la naturaleza; de participar
de un deporte; de
escuchar música agradable;
de desempeñar un trabajo correctamente; de deleitarse con una comida.
Pero todos esos gozos son efímeros, temporarios, pasajeros, momentáneos.
No son permanentes. La belleza de una flor se marchita, el vigor de la juventud disminuye,
la familia con los años se desintegra; los seres queridos se van. La alegría
terrena nunca es completa debido a la inestabilidad del ser humano y a la
fugacidad de la vida.
El sabio Salomón disfrutó de todas las alegrías que los mortales pueden
experimentar. No negó a sus ojos ninguna cosa que desearan, ni se privó de
ningún placer. Sin embargo, luego de aventurarse en toda clase de diversiones,
arriba a la conclusión de que. "Todo es vanidad y aflicción de Espíritu, y
sin provecho debajo del sol" Eclesiastés 2:11.
El Señor nos invita, a través de su Palabra, a que estemos
permanentemente gozosos. El gozo de sus Hijos no es sólo una emoción pasajera,
sino una corriente ininterrumpida en cualquier circunstancia, tanto en los
momentos de victoria, corno en las situaciones de pruebas y dificultades. La
alegría de Cristo es perenne. Tanto el creyente individual, como la iglesia en
general, deben vivir en una constante atmósfera de gozo.
¿Cuáles son las características del gozo del Espíritu que lo hacen
realmente incomparable?
1) - Debemos gozarnos en el Espíritu porque Dios mismo es el manantial
de dónde él procede. "Y el Dios de esperanza, os llene de todo gozo y paz
en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu
Santo" Romanos 15:13. Dios mismo constituye el secreto de toda alegría y
regocijo espiritual. David escribía desde la hondura de su alma. "Me
mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a
tu diestra para siempre" Salmos 16:11.
Los goces terrenos son efímeros porque provienen de cisternas rotas que
no retienen aguas, proceden de circunstancias pasajeras y cambiantes. El jardín
se engalana en primavera, pero el invierno le hurta la belleza. El dinero se
gasta y se va. El banquete dura sólo unos momentos. Pero el gozo que viene del
cielo no está sujeto a las vicisitudes de la existencia.
Dios es eterno, inmutable: sus virtudes son para siempre "Porque al
hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, ciencia y
gozo" Eclesiastés 2:26. Jesús dijo:
"Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y
vuestro gozo sea cumplido" Juan 15:11.
Pedro escribió: "En quién creyendo, aunque ahora no lo veáis, os
alegráis con gozo inefable y glorioso" 1ª Pedro 1:8. ¡Regocijaos en el
Señor siempre! Sólo él puede concedernos una alegría exuberante y duradera.
Jesús, durante su ministerio terreno, se regocijó en el Espíritu:
"En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te
alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque
escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a
los niños. Sí,
Padre, porque así te agradó" Lucas 10:21.
A su regreso de una gira evangelística los setenta volvieron llenos de
gozo por los milagros, señales y
liberaciones que habían hecho en el nombre de Jesús. El Señor entonces se
regocijó en el Espíritu, en lo más intimo de su ser, "se conmovió de
regocijo" por el amor y la sabiduría del Padre al revelar a los niños lo
escondido a los sabios y entendidos. Cristo se gozaba no sólo por lo que el
Padre hacía, sino también por lo que el Padre era en sí; fuente de amor, bondad
y misericordia.
Hoy también tenemos que gozarnos no sólo por las obras que Dios realiza,
sus sanidades y prodigios: sino también por lo que él es en sí "la
plenitud de nuestro gozo" y "la fuente de nuestra vida".
"Gócense y alégrense en ti lodos los que te buscan, y digan siempre
los que aman tu salvación, engrandecido sea Dios" Salmos 70:4.
2) - Debemos gozarnos en el Espíritu ante el privilegio de servirle.
Cristo se regocijó en la salvación de las almas. En el evangelio según San
Lucas, capítulo 15, Jesús pronunció tres parábolas: la de la oveja perdida, la
de la moneda perdida y la del hijo pródigo, cada una de las cuales enfatiza la
verdad del regocijo que hay en el Padre y en los ángeles cuando
un pecador se arrepiente El quiere que también nosotros poseamos este gozo del
Espíritu, pero para disfrutarlo es necesario que salgamos corno él a encontrar
la oveja perdida. Es preciso que busquemos con diligencia al pecador
extraviado; como la mujer a
la moneda perdida. Es imprescindible que tengamos un corazón misericordioso y
amante como el padre que recibe a su hijo pródigo.
Cuando el Señor nos bautiza con el Espíritu Santo, con la señal física
de hablar en otras lenguas, un gozo pleno satura el corazón. Pero ese gozo debe
traducirse en un entusiasta deseo de testificar, de anunciar el evangelio.
No olvidemos que al ser llenos del Espíritu Santo; recibimos poder de
Dios, dinamita divina para servir al Señor.
Cada uno de sus Hijos sellado por el Espíritu es un ganador de almas, ya que el
Espíritu actuando dentro de él lo va a impulsar para trabajar activamente por
la causa del Altísimo. El concede dones y ministerios para
servirlo mejor.
La tarea prioritaria de la iglesia es el evangelismo. Toda congregación
que quiera mantenerse viva y feliz debe realizar evangelisrno. La presencia del
Espíritu dentro del cuerpo de Cristo hace que éste se descentralice para
esparcirse corno un agresivo ejército para llevar las buenas nuevas de
salvación a los inconversos.
Las iglesias de mayor crecimiento en el mundo son las que oran más, las
que buscan más de las inagotables fuerzas del Espíritu Santo, las que se gozan
más.
Cuando Pablo y Bernabé iniciaron su primer viaje misionero, luego de
recorrer Chipre y predicar en Antioquía de Pisidia, estaban "llenos de
gozo y del Espíritu Santo" .
Hechos 13:52.
El apóstol Pablo le expresa a los tesalonicenses: "Vosotros sois
nuestra gloria y gozo"
1ª Tesalonicenses 2:20.
¡Hay gozo en los cielos cuando un pecador se arrepiente!
"Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas
volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas" Salmos 126:6
¡Qué gozo indescriptible produce el servir! ¡Qué alegría
inconmensurable! Los cielos retumban de regocijo cuando un alma se convierte,
los ángeles desbordan de alegría cuando un pecador se refugia al pie de Cristo. ¡Sirvamos, prediquemos, enseñemos, testifiquemos! ¡Los que enseñan
Justicia a la multitud resplandecerán como estrellas a perpetua eternidad!
3) - Debemos gozarnos en el Espíritu al hacer la voluntad de Dios.
Jesús se deleitaba al hacer la voluntad del Padre:
"Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la
voluntad del que me envió" Juan 6:38. Cuando los sabios y gobernantes le
hablan desechado y despreciado, cuando su pueblo le rechazó como Mesías, el
Señor manifestó gozo en aceptar el rechazo como la voluntad del Padre.
Las persecuciones, las afrentas, los vituperios que sufrimos en este
mundo por causa de Cristo son permitidas por Dios a fin de amoldarnos a la
semejanza de su amado Hijo y deben ser aceptados con gozo. "Hermanos míos,
tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la
prueba de vuestra fe produce paciencia" Santiago 1:2-3. "Gozaos
cuando sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en
la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. Si sois vituperados el
nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios
reposa sobre vosotros.
Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es
glorificado"
1ª Pedro 4:13-14.
Pablo testificaba. "Sobreabundo de gozo en todas nuestras
tribulaciones"
2ª Corintios 7:4. "Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las
debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias,
porque cuando soy débil, entonces soy fuerte" 2ª Corintios 12:10.
Cuando Pablo y Silas arribaron a Filipos en su segundo viaje misionero
para predicar el evangelio, fueron encarcelados por echar fuera el demonio de
adivinación de una joven. Luego de azotarlos brutalmente el carcelero les puso
los pies en el cepo, encerrándolos en el calabozo de más adentro. Pero ellos no
estaban tristes ni desanimados.
En la mitad de la noche oraban a Dios cantando himnos con regocijo. Y de
repente, sobrevino un gran terremoto de modo que los cimientos de la cárcel se
sacudían, se abrieron todas las puertas y las cadenas de todos se soltaron.
El carcelero viendo las puertas abiertas pensó que los presos se habían
escapado y sacó la espada para matarse. Pero Pablo clamó a gran voz y le dijo
"No te hagas ningún mal pues todos estamos aquí; y entonces el carcelero
se postra ante Pablo y Silas y les dice: ¿Qué puedo hacer para ser salvo? Y
ellos le dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú y tu casa"
Hechos 16:31. Y en aquella noche el carcelero se convirtió "y se regocijó
con toda su familia de haber creído en Dios" Con las espaldas heridas y
sangrientas, los discípulos no perdieron el gozo del Espíritu.
Ellos estaban allí cumpliendo la voluntad de Dios que les había enviado
a Filipos para predicar a Cristo. En medio de la adversidad, Cristo es
glorificado, y el carcelero con todos los suyos se regocijó por haber
encontrado la vida eterna.
Cuando todas las cosas marchan bien es fácil gozarnos, mas el genuino
gozo del Espíritu se muestra en medio de los problemas, pruebas y sufrimientos.
"El gozo del Señor es nuestra fortaleza".
Hacer la voluntad de Dios con alegría debe ser el blanco supremo de
nuestra vida; aunque ello implique tener que pasar por peligros, crisis y
tempestades. El divino Consolador nos dará un revestimiento especial de poder
para estas circunstancias y su gozo nunca faltará.
4) - Debemos gozarnos en el Espíritu pues el regocijo divino es
imperecedero, permanente, eterno. Gloriosas recompensas hay para nuestra labor
por el Señor.
Aun en medio de la agonía de la cruz, Cristo se gozó con anticipación de
ver linaje y el fruto del trabajo de su alma. "Con todo eso, Jehová quiso
quebrantarlo, sujetándolo a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en
expiación por el pecado, verá
linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano
prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por
su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades
de ellos" Isaías 53:10-11.
Hebreos 12:2 dice "Puesto los ojos en Jesús, el autor y consumador
de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz,
menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios"
Jesús tenía un gozo "puesto delante de él", él vivía mirando el
futuro, el porvenir, en la perspectiva de una gran cosecha de almas, de una
multitud incontable de redimidos en la gloria que llegarían allí por su
sacrificio expiatorio en la cruz.
Este gozo puesto en la seguridad de
la victoria final fue lo que mantuvo firme a Cristo hasta llegar al Calvario.
Como Hijos también esperamos este gozo inefable y glorificado cuando
escuche de labios del divino maestro las alentadoras palabras. "Bien, buen
siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el
gozo de tu señor" Maleo 25:21
El apóstol Pablo se gozaba grandemente ante la visión del galardón que
iba a recibir por su labor: "Así que, hermanos míos amados y deseados,
gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados" Filipenses 4:1.
"Porque ¿Cuál es la esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo
sois vosotros, delante del Señor Jesucristo, en su venida?1ª Tesalonicenses 2:19.
¡Qué gran privilegio ganar almas para el reino de los cielos! ¡Cuánta
recompensa! Dios tiene galardones, coronas incorruptibles de gloria, premios
especiales para los que siembran para la eternidad. Por eso es que el gozo del
Espíritu es inefable.
No se puede comparar con los goces del mundo; estos son fugaces, huyen y
desaparecen con rapidez, son de muy corta duración. En cambio el gozo divino es
continuo y eterno: "Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion
con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría,
y huirán la tristeza y el gemido" Isaías 35:10.
Vale la pena seguir testificando. Vale la pena seguir predicando.
¡Esforcémonos!
"Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano"
1ª Corintios 15:8.
No hay comentarios:
Publicar un comentario