PROMESA

PROMESA

martes, 27 de enero de 2015

DOS ARBOLES EN EL JARDÍN

Cuando Dios creó al ser humano, Él preparó un lugar especial para el hombre, no lo puso en cualquier lugar.
Entonces el SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un ser viviente.  Y plantó el SEÑOR Dios un huerto hacia el oriente, en Edén; y puso allí al hombre que había formado. Génesis 2:7-8
Ese lugar especial se conoce como “el Jardín del Edén”.
 ¿Qué había en ese Jardín?
 Y el SEÑOR Dios hizo brotar de la tierra todo árbol agradable a la vista y bueno para comer; asimismo, en medio del huerto, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.Génesis 2:9
Entonces el SEÑOR Dios tomó al hombre y lo puso en el huerto del Edén, para que lo cultivara y lo cuidara. Génesis 2:15
Dios no puso al hombre en un vacío, sino en un lugar especial. Ahora, el hombre debía cuidar de él y mantenerlo. Muchos de esos árboles producían frutos comestibles, y el hombre podía comer de cualquiera de ellos…excepto de uno.

 Y ordenó el SEÑOR Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer,  pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás.Génesis 2:16-17

a. el Árbol de la Vida
b. el Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal

Éstos eran plantas físicas, pero también representan dos conceptos espirituales. 

 Árbol de la Vida
En Proverbios está escrito lo que representa este “Árbol de Vida” (heb. etz chayim):
 Hijo mío, no te olvides de mi ley, y tu corazón guarde mis mandamientos. ... Ella es el árbol de vida a los que de ella echan mano, y bienaventurados son los que la retienen. Proverbios 3:1,18

El Árbol de la Vida era la Palabra o Torá. Es la fuente de sabiduría, que nos revela lo que está bien o mal según el orden de Dios.
Se hace referencia al “Árbol de Vida” en el principio de la Biblia, Gen. 2:9 , en medio, Pro. 3:18 , y también al final. 
 Y me mostró un río de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero,  en medio de la calle de la ciudad. Y a cada lado del río estaba el árbol de la vida, que produce doce clases de fruto, dando su fruto cada mes; y las hojas del árbol eran para sanidad de las naciones. Apocalipsis 22:1-2

Este Árbol de Vida volverá a estar entre nosotros, en la Nueva Jerusalén. Sus hojas son la sanidad para las naciones. Ya no habrá más corrupción ni injusticia, porque los hombres vivirán como Dios manda, siguiendo el orden establecido desde el principio y cumpliendo el propósito por el cual fueron creados.
 Y ya no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará allí, y sus siervos le servirán.  Ellos verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.  Y ya no habrá más noche, y no tendrán necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y reinarán por los siglos de los siglos. Apocalipsis 22:3-5
¿Quiénes tendrán derecho a comer del árbol de la Vida?
 Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida y para entrar por las puertas en la ciudad. Apocalipsis. 22:14
Si el Árbol de Vida es la Palabra , el orden establecido por Dios, entonces ¿qué representa el otro árbol?
 Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal
Este árbol representa la voluntad del hombre a decidir que es “bueno” y qué es “malo” para él, no basado en la Palabra de Dios, sino en su propia opinión. 



La palabra que se traduce como “Conocimiento”, en hebreo es Daat.
El conocimiento no sólo es a nivel intelectual, sino también vivencial, a través de las experiencias. Al principio, Adán y Eva no sabían lo que era el mal. No lo comprendían a un nivel intelectual, pero decidieron experimentarlo, a pesar que Dios les advirtió que no lo hicieran. 

¿Cuál era la consecuencia de probar del fruto prohibido?
La consecuencia era la muerte. Dios se los había dicho. Si ellos lo sabían, entonces, ¿por qué arriesgaron su vida? Porque la realidad es que le creyeron a la serpiente y a sus propios deseos, en lugar de creerle a Dios. Ellos “consideraron” que el fruto era bueno, y lo tomaron. 

¿No es esto mismo lo que hace el ser humano día a día, cuando hace a un lado las ordenanzas de Dios porque las considera “anticuadas”, o tal vez “irracionales” a sus ojos? Muchos confían más en su propia razón, o siguen los latidos de su corazón, en lugar de creer en lo que Dios ha dicho en Su Palabra.
En un momento en que Eva y Adán estaban separados, la serpiente antigua, Satanás, engañó a la mujer. 
 Y la serpiente era más astuta que cualquiera de los animales del campo que el SEÑOR Dios había hecho. Y dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: "No comeréis de ningún árbol del huerto"?Génesis 3:1

¿Era eso cierto?  ¿Acaso no podían comer de “ningún” árbol del huerto?  Una mentira “a medias” es más engañosa pues tiene un poco de verdad.  La verdad es que podían comer de todos los árboles menos uno: el Árbol del Conocimiento.  Esto lo sabía Eva, y se lo dijo a la serpiente, pero añadió algo más…
(Génesis 3:2-3)  Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer;  (3)  pero del fruto del árbol que está en medio del huerto, ha dicho Dios: "No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis."

Dios había dicho que no podían comer, pero ella añadió que tampoco podían “tocarlo”.  Esa tendencia a “añadir” a los mandamientos de Dios se vuelve a repetir en la historia.  El hombre añade doctrinas humanas a los mandamientos, y luego la gente se confunde entre lo que dijo Dios y lo que dice el hombre (Marcos 7:7-9).  Esto es precisamente lo que señalaba Pablo en su carta a los Corintios:
 Pero temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestras mentes sean desviadas de la sencillez y pureza de la devoción a Cristo.   Porque si alguien viene y predica a otro Jesús, a quien no hemos predicado, o recibís un espíritu diferente, que no habéis recibido, o aceptáis un evangelio distinto, que no habéis aceptado, bien lo toleráis. 2° Corintios 11:3-4 

Luego la serpiente  dijo lo siguiente:
  Y la serpiente dijo a la mujer: Ciertamente no moriréis.  Pues Dios sabe que el día que de él comáis, serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal.Génesis 3:4-5

En ese momento, Eva comenzó a ver el árbol con otros ojos.  Tal vez su fruto no era tan malo como Dios lo había hecho parecer…
  Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido que estaba con ella, y él comió.Génesis 3:6

Eva tuvo que tomar una decisión: creerle a Dios o dejarse llevar por su instinto y por la vista.  La serpiente la tentó con el mismo pecado con que Satanás cayó: ser igual a Dios.  Y antes de saltar a criticar a Eva, debemos darnos cuenta que cada uno de nosotros tenemos esa prueba delante de nuestros ojos.  Por eso Juan dijo:
No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.    Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos y la arrogancia de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.   Y el mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. 1° Juan 2:15-17

La misma tentación la tenemos el día de hoy: decidir lo que es bueno/malo a nuestros propios ojos, en lugar de atender lo que Dios ha dicho.
 Confía en Jehová con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia.  Reconócelo en todos tus caminos y él hará derechas tus veredas.  No seas sabio en tu propia opinión, sino teme a Jehová y apártate del mal. Pro. 3:5-7
Hay camino que al hombre le parece derecho, pero es camino que lleva a la muerte. Pro. 14:12
EFECTO DEL FRUTO
Eva comió del fruto prohibido.  Luego se lo dio a Adán, y él comió sin pensarlo. Lo interesante es que el pecado no se hizo evidente sino hasta que Adán comió.
 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; y cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales. Génesis 3:7
Adán, como cabeza de matrimonio, pudo haber anulado la decisión de Eva.  Pero, en lugar de frenarla y confrontarla, simplemente le siguió la corriente.  No fue sino hasta que él comió del fruto que ambos se dieron cuenta de su pecado.   Pablo lo explicó de la siguiente manera:
 Porque Adán fue creado primero, después Eva.  Y Adán no fue el engañado, sino que la mujer, siendo engañada completamente, cayó en transgresión. 1° Timoteo 2:13-14

Por primera vez, Adán y Eva tenían algo que esconder, y por eso se sintieron “desnudos”.  Por ello trataron de taparse, y se escondieron.
Y oyeron al SEÑOR Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del SEÑOR Dios entre los árboles del huerto. Génesis 3:8
Además convengamos que si ellos estaban desnudos todo el tiempo como nos pintan los cuadros y los cuentos, ¿De qué se asombraron? La desnudez de la que habla es la cobertura de divina que perdieron al salirse del propósito.
¿Acaso podían esconderse de Dios?   Sabemos que Él todo lo ve y todo lo sabe. 
  Porque sus ojos observan los caminos del hombre, y El ve todos sus pasos.  No hay tinieblas ni densa oscuridad donde puedan esconderse los que hacen iniquidad. Job 34:21-22

  ¿Adónde me iré de tu Espíritu, o adónde huiré de tu presencia?   Si subo a los cielos, he aquí, allí estás tú; si en el Seol preparo mi lecho, allí estás tú.   Si tomo las alas del alba, y si habito en lo más remoto del mar,    aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. Salmo 139:7-10

La tendencia del hombre cuando peca es huir de Dios.  Pero en esos momentos es cuando más lo necesitamos.  Si le buscamos en arrepentimiento, Dios nos da una segunda oportunidad.  Tal vez eso fue lo que Dios trató de hacer cuando los llamó.  Él ya sabía dónde estaban, pero les estaba dando la oportunidad de dar el paso de arrepentimiento…
  Y el SEÑOR Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás? Génesis 3:9
En hebreo, la palabra “¿dónde?” no es la que típicamente se usa (Eifo), sino que usa “Ai”, que también puede traducirse: de dónde o cómo. 

Dios sabía dónde estaba Adán, y sabía lo que había hecho.  Aun así, lo llamó, dándole la oportunidad de confesarse y arrepentirse.  Pero no lo aprovechó…en lugar de confesarse, se excusó…
 Y él respondió: Te oí en el huerto, y tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí. Génesis 3:10

Cuando Dios lo confrontó, él volvió a excusarse, pero no salieron palabras de perdón ni de arrepentimiento de su boca. 
Y Dios le dijo: ¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del cual te mandé que no comieras? Y el hombre respondió: La mujer que tú me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. Génesis 3:11-12 
Adán echó la culpa a Eva, y de rebote a Dios por haberle “dado” a su mujer.

Cuando le llegó el turno a Eva, tampoco ella asumió su responsabilidad, sino que se excusó, echándole la culpa a la serpiente.
Entonces el SEÑOR Dios dijo a la mujer: ¿Qué es esto que has hecho? Y la mujer respondió: La serpiente me engañó, y yo comí. Génesis 3:13

Las excusas no son muestras de arrepentimiento, sino una justificación. Pero, sin arrepentimiento, no habrá cambio, y no hay perdón.

Adán y Eva cubrieron su desnudez.  Taparon su falta, en lugar de confesar y corregir.  Pero la cubierta que ellos hicieron no era suficiente.  Dios les mostró cuál era el único elemento que podría cubrirlos de verdad.
E hizo el Eterno Dios para el hombre y para su mujer túnica de piel, y los hizo vestirse. Gen. 3:21

Esta es la primera instancia de un sacrificio animal en la Biblia.  Dios tomó la vida de un animal, y con sus pieles cubrió al hombre.  El hombre debía morir por su pecado, pero Dios proveyó sustituto para cubrir su pecado, y así poder tener acceso a la reconciliación con Dios.   Este concepto se desarrolla a lo largo de toda la Biblia, y llega a su culminación con el sacrificio de Yeshua, el Cordero de Dios, cuya muerte en la cruz es nuestra reconciliación con Dios. 
 …sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de del Mesías, como de un cordero sin mancha y sin contaminación. 1° Pedro 1:18-19

Este mes debemos plantearnos que clase de árbol somos. Y que fruto estamos dando.

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