“Cuando llegó el día de
Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.
Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que
soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; Y fueron todos llenos
del Espíritu Santo.....” Hechos 2:1, 2, 4.
“La misión de la iglesia en el mundo se
extiende a todos los pueblos porque el Espíritu Santo, se derramó por toda la
humanidad. Es nuestra misión presentar
el evangelio de salvación a través de Jesucristo a toda persona en la
tierra. Tenemos el poder del Espíritu
Santo para ir al mundo a proclamar el reino y participar con Dios en la
edificación de su iglesia.”
Oramos
para que nuestras vidas sean santificadas y sean llenas del Espíritu Santo,
para que Dios se mueva en medio de todos aquellos que no le conocen, para ser
instrumentos de Dios ganando a los perdidos.
Por
sanidad física y espiritual, para que el mundo sea movido por el Espíritu Santo
a arrepentirse de sus pecados. Porque las iglesias y comunidades sean motivadas
a buscar la presencia de Dios.
Para
que Dios derrame de su paz para las
vidas transformadas por todo el mundo y la salvadora presencia del Padre sea
experimentada por todos en la tierra.
Clamamos
por los líderes de los gobiernos de todas las naciones, para que oigan SU voz
para guiar a los pueblos.
Porque
la Palabra llegue a toda lengua, raza y nación.
Para
que las nuevas congregaciones sean tocadas por el Espíritu Santo y puedan
llevar la Palabra de Dios de manera audaz y sabia. Oramos por los niños,
huérfanos y afligidos por las guerras y epidemias. Para que las próximas
generaciones puedan ver a Dios como el centro de sus vidas,
Para
que las iglesias trabajen en unidad, mientras Dios continúa cumpliendo sus
promesas de cambiar vidas, ciudades y naciones. Amén.
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