“pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu
Santo, y me seréis testigos en Jerusalén…” Hechos 1:8.
En varias referencias del Nuevo Testamento,
Jesús encarga a sus discípulos a predicar el evangelio en todo lugar.
En esta primera parte, pediremos ser testigos
“en Jerusalén”, es decir, localmente.
Oramos para que Dios nos provea de fuerzas y entereza para
que otros puedan ver a Cristo en nosotros y llevarles al arrepentimiento. Para
que con el poder del Espíritu Santo podamos ganar a nuestra familia en primer
lugar.
Para
poder llevar el mensaje de salvación a nuestros compañeros de trabajo, para que
nos de capacidad de testificar en la escuela, colegio o universidad.
Clamamos
por nuestros vecinos para que lleguen a los pies de Cristo a través de nuestro
testimonio. Amén.
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