Todos somos criaturas de Dios, todos salimos de Él pero nos transformamos por medio de su Espíritu y a través de la sangre de Cristo nos convertimos en sus Hijos
Es el Espíritu Santo quien nos moldea y hace la nueva obra, su obra es perfecta y los cambios se dan cada día aunque no podamos identificar cada uno de los pasos.
Es el Espíritu Santo quien nos moldea y hace la nueva obra, su obra es perfecta y los cambios se dan cada día aunque no podamos identificar cada uno de los pasos.
La oración nos transforma porque hablamos al Padre y desnudamos al corazón y dejamos que en lo secreto corrija cada parte de nuestro ser.
Cuando oramos somos formados en un vientre espiritual, orando en lo íntimo, que es también el secreto del éxito en la vida pública. Nuestro Padre conoce cada uno de nuestros pensamientos, nuestros anhelos y deseos. Pues Él nos creo y sabe como tratarnos, sin embargo, es necesario que vayamos nosotros en busca de Él no esperando que las cosas sucedan sino solicitándole que sea Dios que a través de la oración transforme nuestra vida.
Nos corrige con amor para que crezcamos y heredemos el reino. Por gracia hemos sido salvos pero debemos mantenernos en Santidad y esto solo lo logramos a través de una estrecha relación con Él (Padre, Hijo y Espíritu Santo). El Anhelo de estar con Dios y el afán por buscarle es sin ningún motivo, Dios es Dios y porque es amor debemos anhelarlo.
Para ser lleno de su Espíritu,debemos vaciarnos de nosotros mismo y saber que el amor no se acaba porque somos fuente del perfecto amor.
Recorremos este camino para llegar a la madurez, para alcanzar altura y gracia delante de Dios y los hombres, pero en especial manera para añadir a nuestras vidas SABIDURÍA.
Transformamos nuestras vidas, a medida que Él nos llene. Amén
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