“Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina, que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor y la paciencia. Las ancianas así mismo sean reverentes en su porte. Que no sean calumniadoras ni esclavas del vino sino maestras del bien. Que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la Palabra de Dios no sea blasfemada. Exhorta así mismo a los jóvenes a que sean prudentes, Preséntate tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza, mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence y no tenga nada malo que decir de vosotros. Exhorta a los esclavos a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no sean respondones. Que no roben, sino que se muestren fieles en todo, para que en todo adoren la doctrina de Dios, nuestro Salvador.” Tito 2:1-10
Los líderes cristianos no están
llamados a realizar sus funciones solos.
Al contrario, deben incorporar a otros fieles para ayudarle a atender el
pueblo de Dios. La primera obligación
del líder es enseñar.
Clamamos
para que Dios nos ayude a ser ejemplos para otros líderes, y que podamos
enseñarles a ser ellos ejemplo también, a mantenerse siempre leales a Dios y a
la congregación más que al hombre.
Que
Dios nos ayude a asumir un papel activo en la congregación así otros pueden
copiar nuestra actitud.
Porque
los ancianos de las iglesias puedan compartir sus experiencias en el ministerio
con los nuevos líderes. Amén.
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