¿QUIÉNES INTERVIENEN EN LA CRÍTICA?
A). EL SUJETO QUE CRITICA (EL CRÍTICO): ¿Quién crítica? Todos. Como ya mencioné este texto está pensado para el contexto cristiano, hijos del Padre Eterno así que todos los hijos de Elohim pueden y deben hacer crítica, todos pueden criticar y deben criticar.
“COMO SERES HUMANOS NUESTRO ETERNO CREADOR NOS CREÓ PENSANTES”
Adán, el primer hombre, era pensante, se comunicaba con Elohim, puso nombres a los animales, cuidaba la creación del Padre Eterno, Elohim le dio ordenanzas que él comprendió, lo envío a que gobernase sobre todo lo creado, etc. Todas las actividades que Adán realizó fueron acciones de hombre pensante.
“Al ser pensantes tenemos la capacidad de valorar lo que vemos, oímos, leemos, tocamos y sentimos. Contamos con unos sentidos que nos permiten percibir lo que está a nuestro alrededor y Dios nos ha dado la capacidad de valorar todas las cosas”.
Como hijos del Padre Eterno, tenemos al Ruaj Ha Kodesh y por eso podemos conocer a nuestro Elohim. Pablo afirma que Elohim nos ha revelado todas las cosas por su Ruaj Ha Kodesh (1ª. Corintios 2:10); al nacer de lo Alto, soy espiritual y el espiritual todo lo examina (1ª. Corintios 2:15).
Pablo, contrasta el conocimiento del hombre carnal y del hombre espiritual. El hombre carnal no puede entender todas las cosas porque no tiene el espíritu de Elohim, mientras que el hombre espiritual lo puede examinar todo, tanto lo carnal como lo espiritual.
Hay algo muy importante que hay que tener en cuenta. “CUANDO HABLAMOS DE LA CRÍTICA DIJE QUE LA CRÍTICA ERA UNA VALORACIÓN FUNDADA. ADEMÁS DE SER ESPIRITUAL EL CRÍTICO CRISTIANO DEBE SABER DE LO QUE VA A HABLAR, DE LO CONTRARIO ES PREFERIBLE QUE GUARDE SILENCIO PORQUE SUS PALABRAS NO AYUDARÁN”.
La crítica debe ser fundada, debe tener como base unos parámetros sobre los cuales va a expresar sus opiniones. Es imposible que alguien comente cuando no tiene el conocimiento suficiente para hacerlo. El crítico debe saber, debe tener conocimiento sobre lo que va a comentar. De ahí la importancia de tener conocimiento.
Si un crítico valora una predicación, en primer lugar debe hacerlo por el Ruaj Ha Kodesh, es decir:
• No debe ser su simple opinión sino lo que Elohim ponga en su corazón;
• Debe hacerlo con fundamento, todas sus valoraciones deben tener un fundamento, sea bíblico, académico, administrativo, pastoral, etc. El crítico debe ser el resultado de espiritualidad y conocimiento.
• Tienen que evitarse los extremos. Alguien sin conocimiento no puede ni debe criticar, así mismo alguien que solo tiene conocimiento no puede no debe criticar. Es común que los críticos, o los que se dicen ser críticos, se creen mejor que los demás. El crítico nunca debe pensar que es mejor o más que el criticado, ante todo el crítico debe ser responsable y respetuoso.
Pablo enseñó a la iglesia un principio moral muy importante para el crítico, el crítico debe pensar de sí mismo con cordura. (Romanos 12:3) “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.”
Así mismo otro principio que debe tener en cuenta el crítico es que no debe valorar negativamente los actos de otros cuando él hace los mismos actos. La enseñanza de Yahshúa respecto al juzgar a los demás nos enseña que uno no debe intentar quitar la paja del ojo del otro, cuando en mi ojo se encuentra un tronco.
B). ¿QUÉ SE PUEDE CRITICAR? (LO CRITICABLE): Todo puede criticarse. La base en las Sagradas Escrituras la podemos encontrar en: 1ª. Corintios 2:15. En este texto encontramos la respuesta a la pregunta anterior y también encontramos la respuesta a esta pregunta.
Pablo enseña en el capítulo 2 que el hombre carnal es diferente al hombre espiritual ya que este último tiene al Ruaj Ha Kodesh. Dado que el hombre carnal no tiene al Ruaj Ha Kodesh no entiende muchas cosas, el evangelio le parece una locura. El hombre carnal puede, entonces, examinar solo las cosas carnales. Por el contrario el hombre espiritual puede examinar todas las cosas, no solo las cosas espirituales sino también las cosas carnales, y ningún hombre carnal lo puede examinar, entender a él.
Este principio de las Sagradas Escrituras nos enseña que, mientras seamos hombres espirituales, podremos examinar todas las cosas, tanto lo carnal, como lo espiritual.
¿A qué se refiere Pablo con la palabra cosas? Creo que la labor del crítico debe recaer, en la medida de lo posible sobre los actos de los hombres más que sobre los hombres mismos. Cuando Pablo habla de todas las cosas hace referencia a los actos o hechos de los hombres, de lo contrario diría que el espiritual examina a todos.
Creo que un ejemplo nos puede ayudar. En las artes es muy común que exista un crítico de arte, un crítico de cine, en el caso del séptimo arte. Es la persona encarga de valorar la obra del cineasta antes que al cineasta en sí mismo. El crítico de cine valora la película en sí misma, el reparto, el argumento, la música, la fotografía, la dirección, las locaciones, el vestuario, etc. El crítico no valora a las personas sino el trabajo de las personas. En caso de ser necesario valorar a la persona se valora como productor artístico.
Dentro del contexto cristiano sería criticable el predicador y la predicación, el músico y su canción, el pastor y su administración, el maestro y su lección, el líder y su liderazgo, el escritor y su texto. No se olvide que la crítica debe recaer sobre la obra y sobre el autor de la obra, como autor no como persona ajena de la obra.
No olvidemos que, “El hecho que algo sea criticable no significa que podamos descargar despiadadamente todas nuestras valoraciones negativas”.
C). El Sujeto de la Crítica (LO CRITICADO): Dado que todos somos críticos y todos somos criticables es indispensable aprender a ser criticados.
El cristianismo es público, el evangelio es público. Yahshúa nunca se escondió para anunciar las nuevas buenas, los apóstoles siempre predicaron en plazas y sinagogas en la medida en que les fue permitido. Al ser público es imposible pretender que la valoración de semejante acción sea privada, es decir, que nadie diga nada.
Culturalmente estamos acostumbrados a recibir el reconocimiento, los halagos y valoraciones positivas de nuestros actos en una forma entusiasta y gustosa, sin embargo cuando surgen valoraciones negativas cuando nos equivocamos, siempre tenemos una justificación preparada, algunos buscan aliados o defensores para atenuar los errores cometidos, algunos se victimizan y se autocompadecen sin reconocer las equivocaciones.
En el mejor de los casos hay quienes toman todas las valoraciones para mejorar según el rol que desempeñen en el hogar, en el trabajo, en su profesión, a nivel ministerial o bien en la iglesia. Este tipo de personas es de las que Aprende, Crece y Cambia, en consecuencia logra un Desarrollo más Integral y Asertivo.
Todo crítico debe ser criticable y por lo tanto debe saber ser criticado, en otras palabras, debe aprender a recibir la crítica, la valoración positiva y negativa de sus actos. Si como espirituales podemos examinar las obras de los demás, los demás pueden examinar nuestras obras. Es importante tener la disposición para atender tanto las valoraciones positivas como las negativas, tal vez nuestro Padre Eterno nos esté hablando a través de cada una de esas críticas u opiniones, quizás está llamando nuestra atención para que hagamos una autovaloración de los acontecimientos, es muy importante que tengamos APERTURA, esto finalmente nos dará una experiencia de vida.
En nuestras iglesias es complicado que cuando algún predicador, por ejemplo, diga algo que no es bíblico, alguien se ponga en pie lo interrumpa y lo corrija. Culturalmente no estamos preparados para hacerlo ni para aceptarlo. Pero creo que es el momento de aprender a hacer crítica y de aprender a ser críticos.
Sería muy favorable que después de dicha predicación, el predicador pudiera escuchar la valoración de alguien con buenos oídos, sabiendo ser criticado.
“LA CRÍTICA Y SU FORMA”
Después de definir que es la CRÍTICA, sus características y los elementos que intervienen, es elemental dedicar un espacio referente a la forma de ¿Cómo hacer crítica?
Es importante debido a que “No sabemos cómo criticar los actos de los demás de manera responsable y respetuosa”. ES POR ELLO QUE PREFERIMOS MARCAR LA CRÍTICA COMO UNA ACCIÓN NEGATIVA, ANTES DE ENSEÑAR Y APRENDER A HACER CRÍTICA DE MANERA ADECUADA.
1. EL CRÍTICO, en el momento de valorar una obra o al autor de la obra, debe tener un objetivo específico. Es indispensable que el crítico tenga muy claro el fin, y que entienda que la valoración no es el fin, es solo un medio.
¿Cuál es el fin del la crítica, cuál es su objetivo?
• Pablo hace referencia al objetivo que debe tener lo que hacemos en la iglesia y para la iglesia. 1ª. Corintios 14, trata sobre los dones espirituales, el fin de ellos es la edificación de la iglesia (v. 12). El versículo 26 reúne todo lo que se podría hacer en la reunión de los santos, y Pablo dice: Hágase todo para edificación. En Efesios 4, Pablo explica a la iglesia los dones que Elohim repartió, y dice: a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Yahshúa.
• El fin de la crítica, como se ha descrito, DEBE SER LA EDIFICACIÓN DEL CUERPO DE YAHSHÚA. Si mi intención es edificar a otro y para ello necesito valorar lo que hace, es mi deber hacerlo. El crítico nunca debe pensar en criticar una obra para que él sobresalga, “SIEMPRE EL FIN DE LA CRÍTICA DEBE SER LA EDIFICACIÓN, EL APRENDIZAJE DEL OTRO”.
• Si la crítica no sirve para edificar al otro, no es crítica. Un dicho popular dice: “EL OBJETIVO DE LA CRÍTICA ES DEJAR AL CRITICADO CON EL SENTIMIENTO DE QUE HA RECIBIDO UNA AYUDA”.
Para que la crítica pueda resultar edificante debe tener algunas características:
A). Juan, en la introducción de su evangelio y hablando del Verbo hecho carne, afirma que habitó entre nosotros y vimos su gloria, y agrega lleno de gracia y verdad. Durante su ministerio YAHSHÚA no tuvo reparos para valorar las acciones de los demás, fue un crítico, pero siempre tuvo estos dos ingredientes: GRACIA Y VERDAD.
“La Gracia está directamente relacionada con el Amor”. El crítico debe decir las cosas con Amor, si en verdad tiene como fin que su aporte sea de edificación.
Hay un dicho popular que dice: “LA VERDAD NO PECA PERO INCOMODA”, pues ahí se esconden los groseros, altaneros y maleducados que no piensan para hablar.
Hace algunos años trabajé en una empresa de Transporte Terrestre de Pasajeros y mi Jefe en ocasiones decía las cosas más duras posibles, sin embargo hablaba bonito, como si te fuera a dar un regalo”, el asunto es que nunca nos agredió con sus palabras, pero siempre nos dejaba meditando y por lo general eran palabras que ayudaban a generar un cambió de conducta en los empleados.
El crítico también debe decir siempre la verdad. Yahshúa siempre habló con verdad y esto le dio credibilidad y autoridad. La crítica siempre debe ser fundada en parámetros previamente establecidos y aceptados. Las Sagradas Escrituras son el mejor parámetro de verdad. Las críticas fundadas en nuestras opiniones, en lo que pensamos, basadas en nuestra autoridad, en un porque sí o porque no, resultan pobres y ridículas.
El crítico debe pensar antes de criticar y formularse una serie de preguntas que nos pueden ayudar a la hora de decidir cómo criticar.
¿Aprovechará a otros mi valoración?,
¿Mi valoración será una carga para otros o será una oportunidad para mejorar?,
¿Mi opinión cubre hipócritamente lo que pienso sobre el otro?,
¿Mi conciencia y mis actos me permiten decir lo que voy a decir?,
¿Lo que voy a decir será un tropiezo para otros?,
¿Diría Yahshúa lo que voy a decir?,
¿Mi valoración busca que yo quede bien o busca darle la gloria a Yahshúa?
El asunto es comprender qué es la crítica y cómo hacerla, más que calificarla como negativa y rechazarla. Al rechazar la crítica está genera comentarios escondidos, tapados, en voz baja que terminan haciendo más daño que provecho.
CONCLUSIÓN:
Todos somos críticos por naturaleza. Nuestro Padre Eterno nos dio la capacidad de valorar la conducta de los demás, y cómo sus hijos tenemos al Ruaj Ha Kodesh para hacerlo. Lamentablemente en nuestra cultura cristiana se ve con malos ojos.
Es casi imposible y se convierte en una ofensa, que una oveja se acerque a su pastor y valore sus actuaciones.
Es casi un pecado terrible mencionar que el predicador dijo algo que no es verdad o que no se ajusta a lo que las Sagradas Escrituras dicen: La oveja tiene “prohibido” hablar de su pastor ¿por qué? ¿Cómo líderes, tenemos un ministerio público, estamos expuestos a la gente? ¿No sería adecuado que las personas con quienes trabajamos y para las que trabajamos nos digan en qué fallamos o que nos digan nuestros aciertos y nuestras debilidades?
Creo que es más importante ayudarnos entre nosotros a ver nuestros errores con el fin de mejorar y disminuir nuestros errores y fallas.
¿Por qué nos sentimos tan contentos cuando elogian nuestro trabajo y nos molestamos tanto cuando nos dicen que nos equivocamos?
He podido observar que resulta muy frecuente la molestia en Ministros, cuando alguien expresa lo que no quiere escuchar, a veces en las redes sociales te bloquean, te eliminan, te dejan de hablar o bien solo optan por quedarse en silencio. “Es importante meditar y tener una actitud más humilde para reconocer nuestros errores, esto nos ayudará a vencer nuestro egoísmo“.
La iglesia son los llamados por Elohim para ser su pueblo y según las Escrituras todos somos sus ovejas y Él es Él Padre Eterno, Él es el Grande, nosotros los pequeños, Él es el Rey, nosotros sus súbditos. Ese es el Reino de Elohim que Yahshúa anunció.
¿Por qué convertimos la iglesia en una pirámide?
Hay una historia sobre el sistema piramidal de las gallinas en un corral. Una de ellas tenía la potestad para picotear a todas, la segunda podía picotear a todas, menos a la primera, la tercera podía picotear a todas menos a la primera y a la segunda, etc. Al final había una gallina que no podría picotear a ninguna pero todas la podían picotear a ella, porque era la última.
¡La iglesia no es un corral, no puede existir la pirámide! “No es posible que los líderes puedan criticar a los liderados, pero que estos no puedan criticar a quienes los lideran”.
Las Sagradas Escrituras enseñan que todos somos un cuerpo, cada uno de nosotros somos un miembro del cuerpo, cada uno tenemos una función específica y por ello nadie es mejor que otro, todos somos hijos de Elohim. La iglesia no es un corral, es el redil de un pastor. Del Buen Pastor Yahshúa.
“SOMOS HIJOS DEL CREADOR ETERNO Y EN CONSECUENCIA DEBEMOS LLEVAR SU GENÉTICA EN NOSOTROS, ASIMILARLA Y VIVIR CON LA FORMACIÓN DEL REINO”.
Quiero aclarar que este documento es una atenta invitación para abrirnos a lo que los demás piensan de nosotros. Yahshúa lo hizo, ¿Por qué no hacerlo nosotros?
En nuestras iglesias debemos dar un paso adelante y en vez de hacer a un lado la crítica se nos debe enseñar a criticar, ver a la crítica como una valoración fundada que identifica los aspectos positivos y negativos de un hecho, enseñar que el crítico debe ser una persona espiritual que crítica a otros espiritualmente, con madurez, con responsabilidad, con Gracia y con Amor, que busca la edificación del otro y su crecimiento.
Si todos aprendiéramos qué es la crítica, examinaríamos todas las cosas y seríamos examinados por todos. Eso quiere decir que abriríamos un espacio de discusión –es decir abriríamos un canal de conversación- en donde todos aprendemos y somos edificados. Seríamos críticos y aprenderíamos a recibir la crítica.
“Muchas cosas nos resultan malas porque nos lo han dicho, a veces porque simplemente no las conocemos a fondo y no sabemos cómo hacerlas, por lo tanto las hacemos mal y se convierten en un problema”.
¡La Verdad expresada en un momento de Gracia puede convertirse en una extraordinaria hazaña que transforma vidas, de ahí surge la importancia de permanecer en el Amor a la Verdad!
Ruego a nuestro Amado Padre Celestial para que nos ayude a ser hombres y mujeres espirituales, que podamos examinar todas las cosas con Gracia y Amor a fin de edificarnos unos a otros y buscar el Crecimiento del Reino de nuestro Señor Yahshúa.
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