Estamos
viviendo el tiempo donde la paternidad
de Dios está más presente que nunca. La Biblia nos da a conocer a través de
distintos pasajes, características paternales muy importantes de las cuales
Dios nos quiere hacer partícipes, con el propósito de poder acercarnos a él con
confianza (Ef.3:12), y como consecuencia de ello entablar con sus hijos,
osea nosotros, una relación paternal.
Él hará volver el corazón de… los hijos hacia los padres Malaquías. 4:6
La
palabra restauración, viene del heb. Kapotastasis; apo que sig. de vuelta, de nuevo y katastemi que
sig. poner en orden, sabemos que el
causante de la pérdida de una relación adecuada de padres a hijos es el enemigo,
quien ha venido con engaño a robar la figura paterna, con el propósito que
descuidemos nuestra viña (Cnt. 1:6), haciéndonos poner la mirada en las cosas
del mundo, sabiendo que el que ama al mundo no puede conocer el amor del Padre
( 1° Jn. 2:15-17). También el término restauración se refiere a recuperar o
recobrar, reparar, renovar, volver a poner una cosa en el estado que tenía al
principio.
La
Biblia nos enseña que cuando algo es restaurado, se predispone a crecer, multiplicarse o mejorarse, de manera
que su condición final supera la inicial (Joel 2:24-27), (Job. 42:12-17). Otra
palabra que puede ayudar a comprender más acerca de la restauración es la
palabra volver, que viene del heb. shuwb shoob que sig. Prestarle atención a alguien, lo que
nos permite entender que como padres de
familia debemos prestar atención a nuestros hijos y permitirles que se acerquen
confiadamente a nosotros para suplirles todas sus necesidades materiales y
espirituales, así como nosotros nos acercamos confiadamente a Dios (Ef. 3:12).
La
Biblia nos dice que Jesús clamó al padre
utilizando la palabra Abba,(Mr.14:36) que literalmente significa Oh
Padre, como un ruego de un hijo hacia un padre amado, pero seguido de
una afirmación de obediencia incondicional, lo que nos deja entender la
confianza, intimidad y sumisión, juntamente con un aprecio maduro de la
relación filial y sus responsabilidades. Se afirma que esta palabra, estaba
prohibida a los esclavos, para dirigirse al padre de familia; nosotros en otros
tiempos éramos esclavos, pero Dios nos ha hecho libres por medio de su hijo
Jesucristo, por lo cual podemos decir con toda libertad Abba Padre (Gal.4:6-7).
El
Padre es bueno y nos desea abundar en todas las cosas. Por lo tanto debemos acercarnos
a él con confianza, aún si le hemos fallado, ya que también nos ofrece la
abundancia de su misericordia (Ef.2:4). También debemos de saber que en medio
de nuestra necesidad, nuestro Padre puede abundar aun en lo poco que nos quede,
como en el caso de los panes y los peces (Mt. 15:32-39), y el de la viuda que
alimentó a Elías (2° Re.4:1-7).
El
Padre quiere enseñarnos que él nos da regalos aún mayores a los que deseamos, y
que no es mentiroso, sino fiel para cumplir sus promesas, y aún los deseos de
nuestro corazón. Por eso sabemos que todo don perfecto desciende de lo alto (Stg.1:17),
y como hijos debemos anhelar los dones o regalos, que aunque no los merecíamos,
nos los da gratuitamente (1°Co. 14:1).
Uno
de esos regalos hermosos fue el permitirnos conocer a su hijo Jesucristo para
que fuésemos salvos (Jn.3:16), pero no solo eso, sino con el hijo nos dio todas
las cosas.
Cuando
hablamos de Dios como Padre vemos que como tal él nos defenderá de toda
agresión, de todo gigante que se levante en contra nuestra, así como defendió a David, cuando un gigante lo quería matar.
(2° Sam. 21:16¾17), lo cual que
nos da seguridad, sabiendo que aunque existen gigantes que se van a levantar en
contra de nosotros, que nuestro Padre es poderoso gigante (Jer. 20:11), y así como
Dios tiene cuidado de nosotros (1° Pd. 5:7), de esa misma manera debemos de
cuidar de nuestros hijos cuando el enemigo se quiera levantar en contra de
ellos.
Estos
tiempos son finales, y las promesas de
Dios se cumplirán, la restauración de la paternidad, está a la puerta, solo
necesitamos un corazón dispuesto y debe iniciar en nosotros como hijos de Dios
y luego como padres, en un circulo virtuoso, sabiendo que en Cristo somos
nuevas criaturas y si alguien ha sido mal ministrado por sus padres terrenales
o espirituales; la Biblia nos enseña que todas las maldiciones han sido
clavadas en la cruz del calvario (Col. 2:14). Y que ahora podemos acercarnos
con confianza a Dios sabiendo que El cumple todas sus promesas (2° Co.1:2).
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