Él hará volver
el corazón … de los hijos hacia los padres (Mal. 4:56)
A medida que entendemos el diseño paternal que el
Señor ha venido ministrando nuestros corazones y manifestándose en las
diferentes facetas de Padre, con el propósito de poder alcanzar la plenitud de
la paternidad (Mt.5:48) en nuestras vidas y en nuestros hogares y a través de
ello suplir las necesidades de nuestros hijos de la misma manera en que Dios
suple todas nuestras necesidades. (Mt.7:11).
Seguimos viendo que Dios se ha mostrado como Padre a
lo largo de toda la Biblia. En Jn 14:79 nos deja ver como Dios se manifiesta a
través de nuestro Señor Jesucristo, una de las funciones para lo cual vino el
Hijo de Dios fue para restaurar la relación paterna entre Dios y sus hijos,
Felipe le pide a Jesucristo que les muestre al Padre, denotando en ello la
necesidad de un hijo de Dios de tener una imagen adecuada de su Padre
celestial, pero Jesús le responde:
¿Tanto tiempo hace
que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto, ha visto
(también) al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿No crees que
yo soy en el Padre, y el Padre en mí?
(Jn 14:9,10)
Jesús no usa la palabra mostrar (que viene del
griego Deiknuo que significa mostrar dando pruebas) si no que usa la palabra
conocer (que viene del griego Ginosko, que en griego significa conocimiento),
Dios quiere que como padres cambiemos nuestra manera de pensar acerca de la
paternidad de Dios, por medio de un conocimiento pleno y una relación personal
con él como Padre. A continuación seguiremos con la secuencia de nombres que
describen características de la paternidad de Dios.
Dios padre desea que sus hijos reconozcan su
señorío, como lo podemos ver en el libro de Isaías 1:2-3 en donde El Señor
dice:...he criado hijos y los he
engrandecido y ellos se han rebelado contra mí. Hasta el buey reconoce a su
dueño (señorío), pero Israel no me reconoce y mi pueblo no entiende mi voz.
Al analizar el verso podemos entender que cuando reconocemos
a Dios Padre como rey, vamos a entender su voz, para conocer su voluntad, a
veces manifestada por medio del mensaje de sus ministros, por sueños, por
profecía y aún por las circunstancias. Como ejemplo de ello podemos ver a otro
rey Abimelec (Gn. 26:28) que gobernó en la misma tierra de Gerar, solo que en
el tiempo de Isaac, por lo que reconoce que Dios está con él.
Dentro de los beneficios de reconocer al Padre como
Rey, están:
- · Se recibe justicia (Sal.72:1),
- · Somos herederos del reino ( Ro.8:17)
- · Reconocemos la voz de Dios (Is.1:3)
- · Conocemos sus recamaras (Cnt.1:4)
- · Morimos a nosotros mismos (Is.6:1)
Dios de Paz (Fil 4:9, 1° Co.14:33), reconocer que la
paz de Dios sobrepasa todo entendimiento ,que concede paz en todas las circunstancias
(2° Ts 3:16), que el Dios de paz aplastara a sus enemigos bajo la planta de sus
pies (Ro.
16:20), conocer al Dios de paz que resucita (Heb 13:20), el Dios de paz que
santifica (1°Ts 5:23), el Dios de paz que guarda nuestros corazones (Fil.4:7).
David sabía que Dios quiere darnos paz, esto los podemos alcanzar por medio de
nuestro Señor Jesucristo, que llevo el castigo por nuestra paz (Is 53:5).
Además de desear la paz de Dios Padre, es necesario
ministrarla. Vemos además como en todas las cartas de Pablo un padre espiritual
(1°Co.4:15), tiene en común dos deseos proféticos, como las escribe:
Gracia y PAZ
DE DIOS PADRE, pero también deja ver como la ministra a
su hijo Timoteo
“a Timoteo
amado hijo......me acuerdo de ti, Deseando verte, al acordarme de tus lagrimas
me lleno de alegría,... reconoce sus cualidades... tengo presente la fe sincera
que habita en ti.” (2°Tim.1:2)
Vemos como el deseo de un padre espiritual para sus
hijos es ministrar la paz de Dios Padre, por ello le ministra con actitudes que
conducen a la paz de Dios.
Dios es multifacético, y cada una de sus
características son una bendición para nuestra vida, conocerlo en la faceta de
rey y dejarnos envolver por la paz de su paternidad. Nos deja vivir
abundantemente aún en medio de las circunstancias adversas, sabiendo que todo está
bajo su control, y que todas las cosas que nos acontecen si le amamos, nos
ayudarán a bien. El volvió su corazón a nosotros dando lo que más amaba por
nuestro rescate, ahora debemos dejar que nuestro corazón se vuelva a Él y que
podamos ser mudados conforme a la imagen de Cristo.
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