PROMESA

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viernes, 15 de agosto de 2014

FRUTO DE LA PROFECÍA

Aprendimos que el fruto de la profecía revela la fuente. Cristo nos dijo que conoceremos a los profetas verdaderos de los falsos “por sus frutos”, no por sus profecías o manifestaciones sobrenaturales (Mateo 7:15-20).
Las tres posibles fuentes que identificamos son:
• El Espíritu Santo de Dios
• El alma del hombre
• Influencia demoníaca
El Apóstol Pablo nos exhorto en cuanto a la profecía, “examinadlo todo, retened lo bueno” (1°Tes. 5:21), indicando que una profecía puede ser influenciada por el alma humano o de otro espíritu. En otra escritura somos mandados a probar los espíritus si son de Dios (1°Juan 4:1). Obviamente algunas manifestaciones sobrenaturales, aun en la iglesia, no vienen de Dios.
Vamos a continuar el tema de como discernir la fuente de una profecía examinando los demás elementos de la profecía…
• El objetivo
• El mensaje
• La persona que profetiza
• El método de entrega de la profecía
• La persona que recibe la profecía
El objetivo de la profecía
Cuando Dios habla, lo hace con un propósito. El propósito de Dios siempre es positivo y para darnos vida.
1. Hay que preguntar entonces, ¿La profecía ministra vida? Jesús dijo en  Juan 6:63 “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida…” Muchas supuestas profecías ministran muerte y condenación en vez de vida. El fruto revela la fuente.
2. Si la profecía edifica a la iglesia, puede ser de Dios.
o Cristo esta en el proceso de edificar a Su Iglesia, no en destruirla. (Mateo 16:18). Si la profecía causa división y sospecha en el Cuerpo de Cristo, no es de Dios.
o Si promueve un exclusivismo (que somos los únicos con la verdad no adulterada) no es de Dios. El Reino de Dios es mas grande que un pequeño movimiento.
o Si la profecía demanda una fe ciega hacia un ser humano no es de Dios. Ministros verdaderos no demandan que les sigamos ciegamente. Pablo dijo en 1° Corintios. 11:1, “Sed imitadores de mi, así como yo de Cristo.”
 Tenemos que seguir a Cristo, solo podemos seguir a un hombre a la medida que este siguiendo a Cristo. Es peligroso rodearte solamente de personas que siempre se ponen de acuerdo contigo sin opinar algo diferente. No somos infalibles. Cualquier ministro con corazón honesto tendría que admitir que comete errores de vez en cuando, y necesita de alguien que le pueda decir la verdad en amor aunque la verdad no le agrade.
o Si la profecía exige dinero del pueblo por temor de una maldición, o si una ofrenda de cierta cantidad es requerida para recibir una bendición, no es de Dios. Dios nunca usa motivaciones negativas como la manipulación o el temor. Dios nos motiva con fe, en gozo y el amor. Dios tampoco considera tanto la cantidad que estamos dando, sino la cantidad que nos sobra. Y es mucho mas importante lo que estamos dando, pues Dios mira el corazón. Si no podemos dar con fe y gozo, realmente a Dios no lo podemos honrar. Cualquier ministro que exige ofrendas causándoles dar por obligación o por temor esta robando a la gente.
El mensaje de la profecía
 Si la profecía esta de acuerdo con principios bíblicos (la letra y el espíritu de las Escrituras), especialmente con la doctrina de los apóstoles del Nuevo Testamento puede ser de Dios. Dios no se contradice.
o Hay que preguntar, ¿Es el contenido es bíblico? ¿Cómo se alinea esta  profecía con lo enseñado por  los apóstoles? Recuerda que estamos en el Nuevo Pacto, no en el Antiguo. Hay unas diferencias muy marcadas. Ya no estamos bajo la Ley. Estamos bajo la gracia de Dios. Dios no está enojado con nosotros. Toda la ira de Dios fue puesta sobre Cristo en la cruz del Calvario.
o Hay que preguntar también, ¿La profecía promueve el legalismo o la justicia y gracia de Dios? ¿La profecía condena? U ¿Ofrece la misericordia de Dios y restauración? La meta de Dios en la profecía personal, que es reconciliación y restauración. A Dios no le agrada el sufrimiento de Su creación. Recuerda los habitantes de Nínive, aunque Dios anuncio su destrucción, cambio de planes cuando ellos se arrepintieron.
o Un espíritu de error frecuentemente usa o distorsiona algunos versos bíblicos para convencerte de no creer otro verso o verdad bíblica. El diablo conoce bien las escrituras, y aprovecha de nuestra falta de conocimiento del corazón de Dios para engañarnos. Por eso, los que profetizan deben  hacer todo esfuerzo para conocer mas de Dios y de Su Palabra. Toda ministración profética debe de ser basada sobre relación con El y sobre Su amor por Su Iglesia y Su Creación.
 ¿Tiene sustancia el mensaje de la profecía?
o Demasiadas personas solo quieren lucir frente los demás. Pero si Dios habla, es que tiene algo importante que decirnos. Podríamos decir que es “la prueba del propósito.”
o ¿Que es lo que comunica la profecía? Si atrae demasiada atención hacia la persona, en vez de a Dios, algo esta fuera de orden.
o Algunos empiecen con una profecía verdadera y mensaje de Dios, pero terminan en dar consejo personal porque no disciernen entre los pensamientos que Dios esta inspirando y sus propios pensamientos que provienen de su alma.
o El mensaje profético debe de guiarnos mas cerca de Dios y motivarnos a vivir en victoria y en santidad. Las cosas predichas deben de cumplirse (tomando en cuenta la naturaleza condicional de las profecías personales).
La persona que profetiza 
El que profetiza tiene cierta responsabilidad cuando se atreve decir, “así dice el Señor”. Debamos tomar en cuenta los siguientes puntos:
1. ¿Es Jesús el Señor de su vida? Debe haber suficiente evidencia que la persona se ha entregado al Señor y esta haciendo un esfuerzo para vivir de acuerdo con principios del Reino de Dios.
2. ¿Es la persona llena del Espíritu Santo? La profecía es uno de los dones del Espíritu Santo. Nadie puede esperar profetizar o ministrar los dones del Espíritu Santo sin la gracia y habilidad del Espíritu Santo en su vida.
3. ¿Hay evidencia de una vida consagrada al Señor? Aunque nadie es perfecto, debemos todos de estar viviendo y creciendo en cierta santidad y consagración, demostrando el fruto del Espíritu Santo.
4. ¿Ministra la profecía con amor? Aun cuando Dios tiene que corregirnos, lo hace con amor. Dios es amor. Los que ministren con condenación o con una actitud de critica no conocen el corazón de Dios.
5. Debemos conocer a los que ministren a nuestras congregaciones. No debemos de permitir a un desconocido profetizar sin primero entrevistarlo y tener una idea de las “credenciales espirituales” que lleva. Podamos decir que este es “la prueba de relación.”
.. Un profeta verdadero (o cualquier ministro, incluso apóstoles) no tendrán problema en sujetarse a la autoridad del líder de una congregación. Él es quien tiene la responsabilidad de esa congregación. 
El método de entrega de la profecía.
Hay diversidad de dones y de estilos. Pero hay una diferencia grande entre el estilo de ministración que uno aprendió y la unción del Espíritu Santo.
1. ¿Puede la congregación oír y entender la profecía? Dios es Dios de orden y de paz. En una congregación grande será necesario de establecer un protocolo para que los que profetizan puedan usar un micrófono para ser escuchados. Los que no pueden guardar el protocolo están fuera de orden.
2. ¿Tiene la persona dominio propio? Estando bajo la influencia del Espíritu Santo puede ser algo emocionante. Sin embargo, las emociones no deben de dominar la ministración o distraer de lo que Dios quiere comunicar. Algunos se emocionan tanto (con sollozos u otra cosa) que no les pueda entender. Si no se puede entender, la ministración no será de provecho y la persona debe de callar, calmarse y esperar el tiempo oportuno. Las emociones provienen del alma, no del Espíritu. Por eso, las emociones nunca deben de dominar la ministración del Espíritu.
3. El método de entrega de la profecía no debe de ser ostentoso o de una forma que finge una super espiritualidad. No debe de ser hecho de una forma melodramática que atraiga la atención hacia la persona. Algunos no han visto otra forma de ministración y piensan que tienen que ser “espiritualoides” para ser espiritual. A estos les falta enseñanza y entrenamiento.
o Hay que tomar en cuenta que Dios a veces escoge ministrar una profecía de una forma dramática, con un acto profético (ej.: Agabo y el cinturon de Pablo en Hechos 21:10-11). Dios a veces escoge usar un acto profético (una drama) igual como Cristo uso parábolas para enseñar.
4. ¿Combina bien la profecía con el orden y el fluir del servicio?
o Otra vez, Dios es Dios de orden y de paz. La profecía no debe de cambiar radicalmente el orden y el fluir del servicio.
o A veces alguien recibe una revelación que es solo para el mismo y no para la congregación entera. Es normal que durante un culto que muchas personas reciban revelación profética – pero no toda revelación es para compartir en publico.
o A veces Dios solo esta confirmando algo a nuestro corazón para nuestro beneficio personal. A veces, Dios quiere que intercedamos solamente.
o Es sabio preguntar al Señor si El quiere que compartas la revelación y si seria de provecho antes de buscar el micrófono. “A cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho”, o para el beneficio de todos (1° Cor. 12:7). Queremos que lo que es de provecho sea hecho, pero que no sea hecho lo que no es de provecho.
o Algunos, por su inmadurez o carnalidad, manipulan usando el pretexto de una supuesta profecía para controlar, intimidar (mantener control) o para que hagas lo que ellos quieren. Hay que entender que esta clase de fruto revela una fuente que no es Dios sino de un espíritu de Jezabel.
o Hay que comenzar a confiar en el Espíritu Santo que esta en ti cuando hay una falta de paz acerca de una profecía de esta clase. Esa inquietud puede ser Dios llamándote la atención y diciendo, “esa es una profecía inexacta”.
El que recibe la profecía.
1. Si el Espíritu Santo da testimonio a tu espíritu que es de Dios, puede ser de Dios. (Tomando en cuenta que nosotros mismos podemos tener paradigmas equivocados o puntos ciegos.) Los que escuchan la profecía deben de sentir el testimonio del Espíritu Santo aprobando la profecía.
o El mismo Espíritu Santo que nos da testimonio de que somos hijos de Dios, nos da testimonio si una profecía viene de Dios (Ro. 8:16). Muchas veces ese testimonio del Espíritu viene como una paz interior. Si hay una falta de paz, es posible que algo esta mal. Jn. 10:14 – “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen.”
2. Podemos también preguntar, ¿Siento yo la inspiración y paz de Dios? ¿Me siento yo animado y fortalecido en mi fe y deseoso de crecer en Dios? ¿Puedo yo ver como el Señor utilizo la profecía para motivarme y ayudarme a mejorar y madurar mi carácter y vida espiritual? Si no hay un resultado positivo, entonces la naturaleza de la profecía es dudable.
3. Por otro lado, si la profecía causa confusión, duda, o condenación no es de Dios. Recuerda que el enemigo es un experto en usar las escrituras y distorsionarlas para su propia agenda.
En conclusión, una manera fácil y sencilla es que hay que recordar que es bueno y sabio juzgar las profecías:
 Si exalta el señorío de Cristo,
 Si esta de acuerdo con las Escrituras y
Si el fruto de la profecía es de acuerdo
 con el fruto del Espíritu.
Entonces es de Dios.

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