PROMESA

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lunes, 29 de junio de 2015

VOLTEANDO LAS MESAS PARA SENTARNOS EN LA MESA DEL SEÑOR - KATHI PELTON

Recientemente, durante un tiempo poderoso de adoración recibí una visión de Jesús entrando para voltear las mesas en nuestras vidas. Pregunté qué significaba y luego el Señor habló: “Estoy yendo a cada lugar en las vidas de mi pueblo donde el enemigo estableció mesas y estuvo haciendo transacciones con ellos. Les estuvo dando algo falso en lugar de las cosas puras que tengo para ellos. Estoy volteando esas mesas y ahora habrá transacciones puras y santas para muchos. Los estoy llevando a la Mesa del Señor”. 
Este es un tiempo muy serio de preparación en el Cuerpo de Cristo. El amor de Dios por nosotros es tan profundo que está yendo hacia las mismas raíces de las ataduras, las creencias falsas y las mentiras que levantaron “tronos” y “altares” en nuestras vidas. No solo vi que las mesas se volteaban, pude ver un pie pateando los altares de impiedad en nuestras vidas.
Es importante que en la medida que nos vayamos dando cuenta de los pensamientos o acciones perversas y enfermas en nuestra vida, que nos sentemos ante el Señor y le preguntemos qué quiere que hagamos acerca de estos asuntos. Luego debemos colaborar con su Espíritu para desmantelar estos altares y voltear estas mesas. El Señor quiere tomar autoridad sobre cada lugar donde el enemigo ejerció influencia en nuestra vida.

Un gran desvío

La mañana que recibí esta visión, mi esposo y yo estábamos invitados a una congregación en Washington. Compartí la visión con la congregación y les dije cómo Dios estuvo volteando mesas en mi vida. Expliqué que el Señor estuvo tratando con las raíces de la duda, removiendo de mi vida cada vestigio de seguridad que estaba arraigado en mamón.
Quiero que cada acto de obediencia a la voz de mi Salvador esté arraigado en una fe sólida y en la seguridad que Él me está guiando. No quiero que mi obediencia dependa de los fondos que tengo para poder cumplir con lo que Él me ordenó.Dios está moviendo nuestra “posición” hacia la fe, en lugar del temor. Él no nos pide que hagamos algo sin un plan establecido para proveer los medios para concretarlo. Cuando terminé de compartir la visión, el pastor de la congregación, quien nos estuvo entrevistando mientras estábamos sentados en la mesa frente a la congregación, le preguntó a la gente si querían pasar al frente a depositar una ofrenda financiera sobre esa mesa.
Me encantó que mientras Dios me llevó a compartir esto, había una mesa física ante nosotros. En todos estos años no creo haber hablado alguna vez sentada en una silla detrás de una mesa. Esta fue una asignación divina. Cuando terminé, se acercó una mujer y me dijo: “¿Pudo ver que cuando compartía sobre cómo Dios volteaba las mesas de las falsas seguridades en su vida, inmediatamente se estableció una mesa de provisión, bendición y honor delante de usted? Simplemente la dio vuelta para usted”. 
No me había dado cuenta que estaba ocurriendo un acto profético justo delante de mí. Dios estaba desplegando la verdad delante de nosotros donde, mientras volteaba las mesas establecidas por el enemigo, las transformaba en la mesa para el Señor. Estableció un banquete para nosotros lleno con todo lo que necesitamos y con toda su bondad desplegada. Una vez más Jesús tomó su lugar en la cabecera de la mesa en nuestras vidas.

Somos una casa de oración

Mateo 21:12-13 dice: “Cuando Jesús entró en la ciudad de Jerusalén, fue al templo y empezó a sacar a todos los que estaban vendiendo y comprando cosas. Derribó las mesas de los que cambiaban dinero de otros países por dinero del templo, y también tiró los cajones de los que vendían palomas. Y les dijo: Dios dice en la Biblia: mi casa será llamada: ‘Casa de oración’. Pero ustedes la han convertido en cueva de ladrones”. 

Fuimos llamados a ser templo del Señor, aun así el enemigo estableció mesas donde se realizan transacciones perversas. Dios nos está llamando a ser una casa de oración, un lugar donde habita su presencia y se cumple su voluntad. Dios está tratando con cada lugar donde el ladrón pueda estar en nosotros, trabajando a través de nosotros. El Señor está echando a los ladrones de nuestro templo para que podamos ser una casa de oración.
La búsqueda de su presencia y el acuerdo con su intercesión para ver su Reino en la tierra como en el cielo, debe ser nuestro clamor. El Padre anhela tener un lugar en nuestra vida donde el Cielo se suelte en la tierra y su presencia cambie la atmósfera. Si vamos a transformar una atmósfera de temor, entonces debemos ser un pueblo de paz; si vamos a cambiar una atmósfera de engaño, debemos ser un pueblo verdadero. Si vamos a ser restauradores, debemos remover a los ladrones de cada lugar en nuestra vida.
¿No son buenas noticias? Qué maravilloso es nuestro Padre para voltear las mesas de cada ladrón en nuestras vidas. Qué asombroso es ser capaz de sentarnos en la mesa del Señor para que remueva cada lugar desde donde el enemigo ejerce influencia en nuestras vidas. Este es el tiempo para permitirle a Jesús voltear cada mesa en nuestra vida que nos impide sentarnos en la verdadera mesa del Señor. Él está preparando un pueblo para sí mismo que camine en la búsqueda pura de su presencia que solo tendrá hambre por su justicia. Comerán de la mesa del Señor e invitarán a muchos a sentarse en su mesa en los días por venir.

El Salmo 23:5-6 dice: “Aunque se enojen mis enemigos, tú me ofreces un banquete y me llenas de felicidad; ¡me das un trato especial! Estoy completamente seguro de que tu bondad y tu amor me acompañarán mientras yo viva, y de que para siempre viviré donde tú vives”. 

Kathi Pelton

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