“Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.” Colosenses 3:18-19, 23, 24
Los esposos y las
esposas están llamados a actuar según el orden divino de Dios. El papel que Dios le asigna a los esposos es
el de cuidar y proteger a su esposa.
Asimismo, desde una posición diferente, la esposa debe servir al esposo.
Bendecimos
a nuestros esposos/ as, nos tomaremos tiempo para orar cada día por ellos,
clamamos para vivir en armonía con nuestra pareja, bajo los estatutos de Dios,
para mantener la fidelidad a nuestra pareja, cortamos todo espíritu de
infidelidad, recordamos el día en que frente a Dios y a la ley prometimos
cuidarlo, honrarlo y servirlo en cualquier circunstancia y que el Señor nos
ayude a cumplir cada día esa promesa, ayúdanos a aceptarnos mutuamente con
defectos y virtudes. Entendiendo que somos un solo cuerpo. Amén
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