Podríamos decir que si tengo un naranjo en mi patio plantado no puedo esperar que me dé cebollas.
Supe de cierta familia que tenía un gato, llamado Felix y que luego de un tiempo con ellos se dieron cuenta que se habían equivocado, la noche en que dio a luz una camada gatitos dorados, los niños de la casa inocentemente les decían vayan con su padre para que les amamante.
Muchos se ofendían, otros reían.
Hoy nos enfrentamos a muchos que dicen ser una cosa, pero lamentablemente son otra.
Está verdad va desde aquel que compro un título de medico sin haber estudiado en su vida y trato a gente durante años. Hasta aquellos que dicen ser Hijos de Dios y nunca lo fueron.
Cuando el Señor dijo en Mateo 7 "Por sus frutos los reconoceréis" se refería al hecho que nuestros ojos pueden engañarnos, nuestras emociones pueden estar erradas, pero la evidencia es la evidencia.
Ante un tribunal judicial, el abogado defensor solo debe presentar pruebas sobre aquello que se le puede probar, lo demás son dichos.
Esto es así en lo legal, y en lo espiritual es igual, yo puedo decir que, por ejemplo soy profeta, pero debo tener no solo el título debo dar evidencia de ello.
Una persona que dice amar, da evidencia del amor, amando. De está manera puede demostrar que Ama.
Una persona que dice confiar, da evidencias de la confianza, confiando.
Parecería un trabalenguas, pero es lo que la Palabra nos dice:
EVIDENCIAS.
También tenemos otro caso, un árbol que da fruto y luego al probarlo son incomibles, en una región de argentina, muchos se asombran que por las calles arboles de naranja estén llenos de fruto y que nadie lo recoja, pero los que conocen la zona saben que esas naranjas pertenecen a una variedad amarga que es incomible.
Por lo tanto, Sí da fruto pero no sirve para alimentarse.
Cuantos dan evidencia de un fruto que al querer probarlo se torna agrio.
Será por eso que en la Palabra nos dice que además de dar buen fruto, debe ser de testimonio.
Como dijo alguien "no solo hay que serlo sino también parecerlo"
Cuando hablamos de gente de Buen testimonio, no hablamos de ser santos de madera, que tienen la cara de palo, ni de santos de piedra, con el corazón de piedra, sino de hombres y mujeres con el corazón del Padre.
O que padre si su hijo le pide pan le dará una roca.
Ese es el fruto que se espera de nosotros Hijos del Dios de Amor, Amar, si nuestro Padre es Amor nosotros debemos darlo a todos por igual.
Y eso no está ordenado a los diáconos sino a todo el cuerpo de Cristo. Como ejemplo Pablo siendo Apóstol se ocupaba de la salud de Timoteo.
Bernabé no miró a ¿Quién? sino que fue y oró por un enfermo, Saulo.
El llamado no es para cobardes sino para valientes.
Los valientes del Padre
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