En serio, no más.
Por fin he decidido terminar esta agonía de corazón que hasta hoy luchaba por hacer entender a mi cerebro que la razón duele menos que el corazón.
Es verdad y lo sabes, me está costando la vida intentar olvidarte como yo quisiera y entender que nunca me amaste tanto como lo deseaba y mucho menos de lo que decías.
Gracias por todo lo que este tiempo me dabas sin darme nada, lo tenía guardado en ese mi lugar especial pero ya decidí hacer limpieza en el corazón, quiero que se vayan a la basura esos latidos que me dabas de más cuando estábamos juntos, desechar tus sonrisas que daban sentido a cada segundo, esas notas de colores con caritas sonrientes y corazones junto la flor que se marchitó como se marchitó tu interés por mi, las horas de cine con historias de aventura, drama, alegría, sueños, pero siempre de ficción, tus favoritas. Salen de mi habitación las estrellas que me bajaste en esa velada tan nuestra, y ¿la luna?, ahora entiendo por qué la luna no brillaba tanto, porque nunca se llenó de tus mentiras como yo, al mismo tiempo me quito ese brillo de luz que me regalaste como polvo de hadas con tus cuentos de amor y fantasía.
No es fácil limpiar tantos recuerdos manchados de inocencia, inocencia de corazón, de acción y de fe, tantos besos que presumía tener de ti cuando tú guardabas mis labios en un archivo oculto de tu mundo, tanta falsa seguridad de sabernos juntos, tantos proyectos tejidos con los hilos de la esperanza que nunca fueron a nuestra medida real, tantas veces que sentí la luz de tus ojos guiándome en las obscuridades de mis momentos tristes y hoy se apaga, todas las veces que tus brazos me daban fuerza para llevar mis cargas que en realidad eran livianas, tantos “tantos” que hoy son menos, porque quiero que sean nada.
Limpiar los recuerdos de ti no es fácil cuando aun sigues aquí, cuando te veo en todos lados, cuando te siento en cada momento, cuando te respiro en cada latido de corazón, por eso te pido de favor, ¡no más!, márchate de mi vida, márchate para siempre que quiero de nuevo vivir la mía, sí, esa que no quieres incluir de tiempo completo en la tuya.
Por favor, ¡márchate!, pero, pero…pero también tomate tu tiempo.
Si te vas, vete ya, pero caminando lento, ¿para qué correr? toma tu paso, nunca te gustaron las cosas de prisa y hoy a mi menos que nunca, si quieres no me digas nada, más que “adiós” pero que ese “adiós”, dure toda la vida, que lo pueda escuchar cada día sin ti pero de tu voz en mi oído y si no te molesta, mándame un mensaje de texto diario diciéndome que te fuiste y estás lejos.
Oye, por favor no cierres la puerta al salir, déjala así, entre abierta, por si de pronto olvidas algo, por si aun quedó alguna cosa tuya conmigo vengas y la tomes, tampoco quiero verme como alguien que abusa, no quiero reclamos después, ya sabes, por más limpieza que uno haga, siempre hay rincones a los que no se puede llegar por descuido o por un deseo guardado en lo profundo del ser.
Vete de mi vida, sal de una vez, pero revisa bien el clima, si sientes que hace frío afuera, mejor no salgas, espérate un poquito aquí, igual mañana estará mejor el día, por mi puedes quedarte aquí, pero sólo una noche, una noche de esas que son eternas.
Por favor no quiero verte más, ya te he pedido el taxi y viene en camino, le di la dirección equivocada para que nuestro abrazo de despedida dure algunos años, eso ya lo decidí, un último abrazo, no por una esperanza futura, sino por lo que no fue, por lo que pudo haber sido, y por la debilidad que Dios mira en mi. Esa debilidad que tiene tu nombre y no puedo soltar y que sé que Él no me la va quitar porque no me la dio, pero lo que sí sé es que me dará las fuerzas de que un día por fin este:
“¡NO MÁS!” …sea verdadero y para siempre.
Yo no puedo, pero “…todo lo puedo en Dios, que me da la fuerza.”
pacopalafox
Nov.6 2015
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