“Cuando una idea ensancha una mente, esa mente nunca regresa a su forma original” (Oliver Holmes)
Dios nos ha creado con la capacidad de seguir aprendiendo hasta que muramos. Aprender no es un lujo, es un derecho. Pero en algún lugar del camino, dejamos de ampliar la mente y comenzamos a vivir de recuerdos. Dejamos de crear el futuro y comenzamos a repetir el pasado. Y ese día dejamos de vivir y comenzamos a morir, porque dejamos de aprender. Cuando el alma se deja de asombrar, la mente deja de aprender.
Si dejas de usar cualquier parte de tu cuerpo, incluso la mente, se atrofia, es el síndrome del desuso. Y cuando la mente se atrofia, el alma se marchita. A medida que mas usemos el cerebro se crean nuevas conexiones entre las neuronas, la neurogénesis persiste en la vida del cerebro adulto, si es que sigues aprendiendo.
“Educación” deriva de dos palabras en latín que significan “Sacar hacia fuera”. Es curioso, porque cualquiera pensaría que significa “Amontonar adentro”; la mayoría de los programas académicos giran en darnos conocimientos pero no en despertar nuestra curiosidad.
La cosa es que en la vida perdemos lo mas importante: el amor al aprendizaje, y la curiosidad va muriendo. Cuando acumulamos conocimientos, rara vez llegan al alma.
Las 500 compañías de la lista de la revista Fortuna, gastan miles de millones en investigación y desarrollo. Saben que las innovaciones no son optativas. Es la clave de la supervivencia. Saben que tienen que innovar, desafiarse, salir, invertir.
Necesitamos nuevas mentes que moldeen la cultura en las aulas, los noticieros y las salas de programación.
Necesitamos mentes nuevas que compongan canciones, hagan películas, redacten normas y planten compañías.
Necesitamos mas innovadores y menos comentaristas.
Menos críticos y mas creadores.
Menos imitadores y mas soñadores.
No le tengas miedo a pensar y a ser curioso.
Por lo pronto...yo seguiré aprendiendo.
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