A veces publico un post de cualquier tema y suelen aparecer TRES tipos de personas:
Los que se asustan del debate y opinan: "¿Por qué causar disensión y provocar críticas?" (son los que le tienen miedo a pensar, lo cual es un ejercicio muy saludable y siempre amplía las estacas de nuestra mente).
Luego están los que como no están de acuerdo y como no tienen la altura intelectual ni espiritual para debatir un tema, insultan, denigran, escriben palabrotas o mensajes cargados de odio, resentimiento e improperios (a estos siempre los vamos a bloquear, por una cuestión de higiene y fundamentalmente para que no toxifiquen este perfil de buenos amigos).
El pueblo evangélico es la única comunidad del mundo que se falta el respeto a si mismo.
Es el único ejército del mundo que mata a sus propios soldados.
Hasta cuando se ha ejecutado a criminales, se les dice: "Dios se apiade de su alma". Sin embargo, yo mismo he recibido mensajes de evangélicos que me dicen: "Cómo disfrutaré cuando te vea arder en el infierno!" (A lo que me lleva a preguntar: ¿Cómo cree que me verá? ¿Pretenderá hacerme compañía solo para no perderse el "gozo" de verme arder?)
Por providencia divina, también están los que pueden no estar de acuerdo y debatir sin insultar, sin perder la integridad como cristianos, sin perder la cordura, sin dejar de lado la elegancia del buen escribir, de la inteligencia bien entendida.
Yo podría debatir por horas sin tener que decirle a alguien: "Demonio! Engendro de satanás! Apóstata! Falso!". Los que necesitan decir groserías para defender su postura o una "doctrina", me atrevo a creer que nunca tuvieron un real encuentro con el Señor. Cuando te encuentras con El, lo primero que dejas es de insultar, de rebajar, de maldecir. Tu lenguaje y forma de expresarte es uno de los principales cambios de una vida regenerada, además de una gran compasión por las almas (aún las que consideras que están perdidas).
Hace poco, el escritor y filósofo italiano, Umberto Eco, acusó a las redes sociales de haber generado una "invasión de gente que habla cualquier cosa sin fundamento".
"Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de tontos que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos rápidamente eran silenciados, pero ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los necios", afirmó Umberto Eco, según informa el diario 'La Stampa'.
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