Desde el principio de la Creación hasta el final, Dios manifiesta una y otra vez su profundo deseo de comunión con Su Creación, en especial con el Hombre (varón y hembra). El tema de la presencia gloriosa de Dios en medio de Su Pueblo, simbolizado a través de un tabernáculo, permea todas las Sagradas Escrituras desde Génesis hasta Apocalipsis (Gén. 3:8; Éx. 13:21-22; 40:34-38; 2Sam. 6:17-18; Am. 9:11-12; Hch. 15:16-18; Ap. 21:2-3). Su significado, valor y validez permanece y continuará aún hasta el final de los tiempos (Zac. 14:16-18).
La palabra tabernáculo viene de tres palabras hebreas:
1. Mishkán (Strong: 4908), residencia, choza, tienda temporal, cortina, cabaña, habitación, morada, residencia (Éx. 25:9; 26:1,6-9; 35:11-18; 36:8-32; 40:2-9, 17-38; ; Lv. 8:10; 15:31; 17:4; 26:11-12; Núm. 1:50-53; 3:25-38; Jos. 22:19,29; 2ºSam. 7:6; Sal. 74:7; 78:60; 132:7; 1ºCró. 6:48; 16:39; 17:5; 21:29; 2ºCró. 1:5; 29:6; Ez. 37:27).
2. Ojél (Strong 168; verbo ajál 167: cubrir, acampar, poner una tienda), tienda de campaña, cabaña, campamento, casa, cubierta, habitación, hogar, morada (Éx. 26:12-36; 27:19-21; 29:4,10-11,30-44; 30:16-36; 31:7; 33:7-11; 36:37; 38:8; Lev. 1:-5; 3:2-8; 4:4-16; 8:31-35; 16:7-33; Núm. 2:2, 17; 3:7-8; 4:3, 33-47; 11:16-26; 18:2-31; Dt. 31:14-15; Jos. 18:1; 19:51; 1ºSam. 2:22, 29; 1ºRey. 1:39; 2:28-30; 8:4; 1ºCró. 6:32; 6:48; 9:19, 21; 2ºCró. 1:3, 6, 13; Sal. 15:1; 19:4; 27:5-6; 61:4; Is. 16:5; Ez. 41:1).
3. Sukká (Strong: 5521; 5523 plural sukkót): choza, cabaña, cortina, enramada, guarida, morada, refugio (Lev. 23:34, 42-43; Dt. 16:13,16; 31:19; 2ºCró. 8:13; Esd. 3:4; Neh. 8:14-17; Sal. 31:20; Am. 9:11; Zac. 14:16-19).
Y la palabra griega para tabernáculo es skénos (Strong: 4636; verbo sknenóo 4637) choza o residencia temporal (Jn. 7:2); tienda, casa (como templo de Dios o de ídolos. Hch. 7:43-44, 46; 15:16; Heb. 8:2,5; 9:2-21; 13:10; Ap. 7:15; 13:6; 15:5; 21:3); fig. el cuerpo humano (como morada del espíritu. 2ºCor. 5:1,4).
Vemos pues, que tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, el tabernáculo da la idea principal de una residencia o habitación temporal; y eso concuerda con la enseñanza de Pedro cuando nos enseña que como discípulos de Jesucristo, somos "extranjeros y peregrinos" en este mundo, y por lo tanto debemos abstenernos de los deseos carnales que batallan contra el alma (1ºPe. 2:11). Esto también concuerda con la declaración del Señor cuando dijo que sus discípulos --"no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo" (Jn. 17:14-18). Los hijos de Dios estamos en transición viviendo en un viejo orden de cosas, que están bajo maldición, esperando mejores cosas en el reino de nuestro Señor Jesucristo (Fil. 3:17-21; 2ºPe. 3:11-13).
Con en esta idea en mente el apóstol Pablo también nos enseña que nuestro cuerpo presente, es una morada terrenal y temporal, es un tabernáculo que está deshaciéndose; pero Dios nos tiene preparadas edificios, casas, moradas, habitaciones permanentes, eternas y celestiales (2ºCor. 5:1-3). ¡El contraste es impactante! Aquí en la tierra tenemos una tienda, una morada temporal; pero en Su reino, Dios nos promete un edificio, una habitación celestial llena con Su gloriosa presencia.
Y más adelante, cuando el apóstol nos enseña que somos "Templo del Dios viviente" (2ºCor. 6:14-18), y por lo tanto, debemos vivir en santidad, consagrados a Él y a Su voluntad, cita Levítico 26:11-12 que dice:
"Estableceré mi morada (mishkán) en medio de ustedes, y no los aborreceré.
Caminaré entre ustedes. Yo seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo"
Mishkán, como vimos arriba, es la principal palabra hebrea para tabernáculo; así que su promesa es "estableceré mi tabernáculo (mi casa, mi morada) en medio de ustedes". ¡Y el apóstol Pablo cita el Levítico para enseñar y exhortar a la Iglesia del Nuevo Testamento a vivir en santidad para Dios!
Pero Pablo, muy probablemente usando la traducción griega del Antiguo Testamento (llamada Septuaginta) cita el mismo pasaje de esta manera:
"Habitaré (enoiquéo) y andaré entre ellos,
Y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo"
Enoiquéo literalmente sería "en-oiko", es decir estar o morar en una casa, habitar; es decir Dios promete "estar en casa", morar con Su pueblo en una casa, que según la cita de Levítico esa casa es un tabernáculo. ¡Eso nos asegura que podamos vivir en santidad y disfrutar a plenitud Su gloriosa presencia! Y esta promesa de habitar y morar en santa comunión, la repite Jesús a Su Iglesia en el Apocalipsis (Ap. 3:18-20).
El significado de la Fiesta de los Tabernáculos es aplicable hoy para el pueblo del Nuevo Pacto en Jesucristo.
1. La celebración de la presencia de Dios;
2. la celebración del reposo de Dios;
3. la celebración de la bendición de Dios;
4. la celebración del gozo de Dios;
5. y la celebración de la gloria de Dios.
Todos esos significados son una realidad en nuestras vidas por la obra preciosa y completa que nuestro Señor Jesucristo hizo a nuestro favor y por el Espíritu Santo que Él ha hecho morar en nosotros, conforme a Su plan original desde el principio. ¡Nosotros podemos celebrar hoy esta Fiesta con mayor sentido e intensidad porque ya vivimos su cumplimiento!
Celebramos no como un ritual, sino que celebramos el hecho de que ÉL mora en nuestro corazón.
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