¡¡Padre mío, mi Dios, mi Señor!! Fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; gracias por guardar tu misericordia sobre nuestra generación y en este día, perdónanos Señor, y destruye nuestra iniquidad, borra nuestras rebeliones, y perdona nuestros pecados, los confesados y aun los ocultos y no confesados por desconocimiento.
Hoy me levanto con la autoridad que me has dado, y quebranto, deshago y destruyo la maldición de pobreza heredada o puesta sobre nosotros como resultado de transgresiones, e iniquidades
Quebranto, deshago y destruyo la maldición de pobreza heredada o puesta sobre nosotros, por nuestros antepasados o por nosotros mismos, como resultado de haber pertenecido a fraternidades o hermandades como la Masoneria, Rosacruces, Caballeros de Colon, Illuminati, etc, o cualquier otra denominación similar.
Quebranto, deshago y destruyo la maldición de pobreza y carencia puesta sobre nosotros por haber participado en actividades ocultistas o puestas sobre nosotros por cualquier miembro de nuestra familia o persona conocida o desconocida o por brujos o trabajos de hechicería y ocultismo.
Quebranto, deshago y destruyo la maldición de pobreza y carencia, escasez como resultados de expresiones auto-impuestas o por cualquier
palabra dicha en contra mía o de cualquiera de mis antepasados.
Quebranto, deshago y destruyo la maldición de desánimo, duda, confusión, incredulidad y desaliento espiritual.
Quebranto, deshago y destruyo la maldición de pereza, desprolijidad, descuido, negativismo, desorganización, desidia, desgano, miedo al compromiso a cumplir mi palabra y cumplir con mis deberes y obligaciones.
Quebranto, deshago y destruyo la maldición a cualquier apego desordenado al dinero y a los bienes materiales, capacidades intelectuales, talentos, y tiempo. Renuncio ahora a todos estos pecados y se van de mi vida ahora en el nombre de Jesús.
Renuncio y echo fuera de mi vida los efectos de toda experiencia negativa,todo trauma que haya dejado la pobreza, ruina y escasez.
Quebranto, deshago y destruyo la maldición que ha puesto límites, bloqueos, obstáculos en mi mente y mi pensamiento para que no reciba las bendiciones de Dios. Ahora soy libre de esa maldición y no tengo límites, bloqueos, ni obstáculos para prosperar.
Quebranto, deshago y destruyo la maldición de cualquier defecto o error en el proceso de mi formación, aun en el vientre de mi madre, error en mi educación, malos hábitos que me llevaron a tener una relación errada con el dinero y los bienes materiales.
Quebranto, deshago y destruyo la maldición de cualquier programación mental negativa, errada, fantasiosa o desenfocada hacia los bienes materiales que me hayan transmitido mis antepasados por la línea sanguínea.
Quebranto, deshago y destruyo la maldición al miedo a la prosperidad y al éxito.
Quebranto, deshago y destruyo la maldición de rebeldía a cualquier mandato cuando trabajo, actitudes de fracaso que inconscientemente me llevan a boicotear cualquier posibilidad de crecimiento y éxito.
Quebranto, deshago y destruyo la maldición de tormento de confusión y doble confusión que no me permite tomar decisiones correctas en mi trabajo, que me hace posponer un proyecto, que hace que pierda oportunidades de trabajo, que engaña y bloquea cualquier posibilidad de éxito y avance.
Quebranto, deshago y destruyo la maldición de DOBLE ÁNIMO, que me hace ser inconstante e irresponsable en mis caminos.
Quebranto, deshago y destruyo toda maldición que haya venido a causa de los pleitos, chismes, murmuraciones, enemistades, divisiones, alejamientos entre padres e hijos; entre hermanos; entre parientes. Sujeto ahora y desalojo a estos inmundos de mi linea sanguínea y de mi posteridad, en el nombre de Jesús y ahora vuelven el amor, la paz y la armonía a mi hogar para siempre.
Padre ahora te confieso y pido perdón por mis actitudes pecaminosas, cosas que guardo en mi mente y mi corazón y me han mantenido cautivo en la pobreza. Pido perdón por todo en nombre mío y de mis antepasados, clamo a ti por liberación renunciando a todos ellos:
Renuncio y resisto a todo espíritu de estancamiento, fracaso, amargura, frustración, de auto rechazo y de autodestrucción.
Renuncio y resisto a todo espíritu de falta de gratitud a Dios y alabanza por los dones y bendiciones que hemos recibido.
Renuncio y resisto a todo espíritu de despilfarro de dinero o de otros bienes y a las secuelas negativas que haya heredado.
Renuncio y resisto a todo espíritu de apego al dinero, cosas, personas o cargos.
Renuncio y resisto a todo espíritu de avaricia y de mezquindad, de egoísmo y de falta de solidaridad.
Renuncio y resisto a todo espíritu que me lleve a experimentar el miedo a la pobreza, al desamparo y al hambre.
Renuncio y resisto a todo espíritu de miedo de perder mi imagen y prestigio.
Renuncio y resisto a todo espíritu de desequilibrio psíquico que me impide conseguir o conservar un trabajo.
Renuncio y resisto a todo espíritu de desequilibrio psíquico que no me permite concluir el trabajo que he comenzado, dejándolo todo a medias dañando con esto mi credibilidad y confianza en mi trabajo.
Renuncio y resisto a todo espíritu de desequilibrio psíquico de tormento de confusión y doble confusión, de auto-engaño que no me permite avanzar con mi trabajo.
Renuncio y resisto a todo espíritu que me encadena a alguna adicción, afectando mi vida personal, familiar y trabajo.
Renuncio y resisto a todo espíritu de rebeldía y contienda que me impide tener una buena relación con mi jefe, con toda autoridad, o con algún compañero/a de trabajo.
Renuncio y resisto a todo espíritu de autosuficiencia, soberbia, vanidad,status, materialismo, consumismo, robo, hurto, fraude, estafa y engaño.
Renuncio y resisto a todo espíritu de miedo de hablar en público, de presentar propuestas, de ser creativo, de tener éxito.
Renuncio y resisto a todo espíritu que impide a Dios bendecirme con prosperidad y ha entrado a mi vida o a la vida de mi familia, afectando y bloqueando todo mi trabajo, mis ideas y mi producción.
Renuncio y resisto a todo DOBLE ANIMO.
Ahora sujeto, inactivo y echo fuera de mi vida a todos estos inmundos y nunca más tendrán derecho, poder, ni influencia sobre mí, porque obedezco a Dios y me someto a El completamente, así que el enemigo huye de mí y de mi familia, de mi descendencia, en el poderoso nombre de Jesucristo el Mesías. Amén, amén y amén.
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