¿Dónde se originó la Navidad? ¿De la
Biblia o del paganismo? ¿Cuál es el origen real de Santa
Claus — el muérdago — los árboles de Navidad — las guirnaldas de flores — y la
costumbre de intercambiar regalos? Muchos están preocupados acerca de “poner a
Cristo de vuelta en la Navidad”. ¿Estuvo Él allí alguna vez? ¡He aquí las
asombrosas respuestas!
Cada año, después del día de Acción de
Gracias, la mayoría de los pensamientos de las personas se tornan hacia la
Navidad. Este es el tiempo que los cristianos profesos están supuestos a
enfocarse en Jesucristo. ¡Después de todo, es la temporada de su “natividad”!
Rodolfo el reno de la nariz roja, las
guirnaldas de flores, los árboles decorados, el muérdago, los saludos de
temporada, la música de temporada, las castañas asándose en un fuego abierto y
Santa Claus están todos asociados con esta festividad. Todos estos traen
sentimientos cálidos a aquellos que la celebran.
Yo crecí en una familia que celebraba
la Navidad, y era un gran evento en nuestro hogar cada año. No dejábamos fuera
ninguno de los arreglos apropiados usuales para esta ocasión. El 24 de
diciembre la emoción crecía con cada minuto que pasaba. Mis padres incluso
preparaban café negro para Santa, justo antes de enviarnos a la cama. Siempre
me pregunté cómo sabían que a Santa le gustaba el café negro — tal como a ellos
les gustaba el suyo. Después de ir a la cama en la víspera de Navidad, no podía
dormir ni esperar a levantarme a la mañana siguiente para ver todo lo que
“Santa” me había traído.
La Navidad es considerada por muchos
como un tiempo maravilloso, que enfoca a los participantes en dar, en la unidad
familiar, en la música y las decoraciones hermosas, en festejar y cantar
villancicos navideños por todo el vecindario (tal como lo hacía mi familia cada
año). Todo esto se centra, supuestamente, en la adoración a Cristo. Seguramente
la Biblia nos instruye hacer todo esto — ¿cierto?
¡Las respuestas le impactarán!
¿Por qué piensan las personas que la
Navidad es maravillosa? Ésta ciertamente se sentía maravillosa
para mí. Yo creía en lo que mis padres me decían. No tenía razón para dudar de
ellos. Ellos simplemente me estaban enseñando lo que sus padres les habían
enseñado. ¡Jamás cuestioné el verdadero origen de la Navidad!
La mayoría jamás reflexiona acerca
de por qué cree lo que cree o hace lo que hace.
Nosotros vivimos en un mundo lleno de costumbres, pero pocos buscan alguna vez
entender su origen. Generalmente las aceptamos sin cuestionar. La mayoría de
las personas básicamente hacen lo que todos los demás hacen — ¡porque es fácil
y natural!
Examinemos cuidadosamente las raíces de
la Navidad. Veamos por qué las
personas siguen las costumbres asociadas a ésta. ¿Por qué es celebrada el 25 de
diciembre? ¿La celebró la Iglesia temprana del Nuevo Testamento? Este folleto
está lleno de hechos históricos que, al ser puestos juntos, describen un cuadro
completo. ¡Evitemos toda suposición y aceptemos sólo lo que puede ser probado!
En 1990, la junta escolar de Solon,
Ohio (un suburbio de Cleveland) prohibió todas las escenificaciones de
natividad y otras actividades navideñas en cualquier propiedad escolar, porque
sentían que esto violaba la separación de iglesia y estado. Fueron desafiados en
la corte cuando los padres indignados se opusieron, sintiendo que la Navidad
les estaba siendo robada a sus hijos y a la comunidad. ¡La junta perdió el caso! La ciudadanía había
argumentado que la Navidad era una tradición universal que no era parte de la
religión, sino que la trascendía. La Navidad fue considerada como secular —
parte de prácticamente todas las culturas del
mundo.
¡La decisión de la corte afirmó que la
Navidad no tiene raíces cristianas! Sin embargo, la opinión de la corte también
hizo notar que la lectura de la Biblia y la oración sí están obviamente asociadas con el cristianismo —
¡una admisión extraordinaria! La corte concluyó que observar la Navidad y las
escenificaciones navideñas podían permanecer porque no eran realmente parte del
cristianismo, ni de la religión — sin embargo, la lectura de la Biblia y la
oración, que sí son parte, ¡debían seguir excluidas de las escuelas!
Casi todos los aspectos de la
observancia de la Navidad tienen sus raíces en la costumbre romana y en la
religión. Considere la siguiente admisión de un gran periódico americano (The Buffalo News, 22 de noviembre de 1984):
“La primera referencia a la Navidad que marcó el 25 de diciembre viene del segundo siglo después del nacimiento de Jesús. Se considera, de igual manera, que las primeras celebraciones de la Navidad fueron en reacción a la Saturnalia romana, un festival de cosecha que marcaba el solsticio de invierno — el regreso del sol — y honraba a Saturno, el dios de la agricultura. La Saturnalia era un tiempo de alboroto, al cual se oponían hasta los más austeros líderes en la aún minoritaria secta cristiana. Según dice un erudito, la Navidad se desarrolló como un medio para reemplazar la adoración del sol (del inglés sun) con la adoración del Hijo (del inglés son). [Nota: en inglés sol se traduce sun e hijo se traduce son; ambas palabras se pronuncian igual.] Para el año 529 d.C., después que el cristianismo se hubiera convertido en la religión oficial del estado en el Imperio Romano, el emperador Justiniano hizo de la Navidad una festividad cívica. La celebración de la Navidad llegó a su cúspide — algunos dirían que a sus peores momentos — en el período medieval, cuando se convirtió en un tiempo para consumo conspicuo y juerga incomparable”.
Considere estas citas de la Enciclopedia Católica, edición de 1911, bajo el título
“Navidad”: “La Navidad no estaba entre los primeros
festivales de la Iglesia… la primera evidencia de esta fiesta es de Egipto”. Además, “las costumbres paganas que se
centran alrededor de las calendas de enero, gravitan alrededor de la Navidad”.
Bajo el título “Día Natal”, Orígenes, un antiguo autor católico, admitió:
“…en las Escrituras no se registra que alguien haya guardado una fiesta u ofrecido un gran banquete en su cumpleaños. Son sólo los pecadores (como Faraón y Herodes) los que hacen grandes regocijos del día en que vinieron a este mundo” (énfasis mío).
La Enciclopedia Americana,
edición de 1956, añade: “La Navidad… no era observada en los primeros siglos de
la iglesia cristiana, ya que la usanza general era celebrar las muertes de las
personas notables, en lugar de su nacimiento… una fiesta fue establecida en
memoria de este evento [el nacimiento de Cristo] en el siglo IV. En el siglo V, la iglesia occidental
ordenó que la fiesta fuera celebrada en el día de los ritos del
nacimiento del sol, y al cierre de la Saturnalia, ya que no existía
conocimiento certero del día del nacimiento de Cristo”.
No hay lugar para error en el origen de
la celebración moderna de la Navidad. Muchas fuentes adicionales podrían ser
citadas y volveremos a esto más adelante. Comencemos a atar algunos otros
hechos.
Pasaron 300 años después de Cristo
antes que la iglesia romana celebrara la Navidad, y no fue sino hasta el siglo
V que fue ordenada su observancia en todo el imperio, como un festival oficial
en honor a “Cristo”.
La justificación más común que alguien
escuchará respecto a la Navidad es que las personas han reemplazado las
antiguas costumbres e intenciones paganas al afirmar que ahora se están
“enfocando en Cristo”. He escuchado a muchos decir que están “honrando a
Cristo” en su observancia de la Navidad. ¡El problema es que Dios no dice que
esto sea aceptable para Él! De hecho, ¡ordena claramente en
contra de ella! ¡Guardar la Navidad deshonra a Cristo! ¡Él considera todo lo
relacionado con la Navidad como una abominación! Pronto veremos por qué.
Cristo dijo:
“Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de
hombres” (Mat. 15:9).
La Navidad no es un mandamiento de Dios — es una
tradición de los hombres.
Cristo continuó: “Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar
vuestra tradición” (Marcos 7:9). Cada año, alrededor del mundo,
el 25 de diciembre, ¡cientos de millones hacen justamente eso!
Veremos que Dios ordena claramente: “No
sigáis el camino de los paganos”. Pero la mayoría de las personas no temen a
Dios, y Él les permite que tomen sus propias decisiones. Los seres humanos son
agentes con libre albedrío — ¡libres para obedecer o desobedecer a Dios! Pero
¡ay de aquellos quienes ignoren la clara Palabra de Dios!
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