Por Joey LeTourneau
Jeremías 29:11: “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes, afirma el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza”. En mi cumpleaños número 16 mis padres me preguntaron si podían darme una “bendición del Padre” para mi cumpleaños. Estaba renuente mientras imaginaba las otras cosas que me podían dar en un cumpleaños a los 16 años, pero terminé recibiendo un regalo que alteró mi vida, mi familia y mi propósito para siempre. Una de las frases particulares que mi padre pronunció sobre mí dice: “Espero que nunca creas que porque no eres como yo en cada área de la vida pienso que eres un perdedor; esta es una creencia común entre los hijos de padres tipo A. De hecho, creo que la mejor esperanza para el nombre LeTourneau descansa justo en los caminos que son diferentes a los míos”.
¡Qué afirmación tan revolucionaria! Como pueblo cristiano podemos tener problemas para no juzgar a otros o esperar que se conformen a nuestros caminos. Con frecuencia condenamos diferencias que en realidad son parte del diseño creativo de Dios. Con frecuencia queremos que la gente reconozca nuestra manera de hacer las cosas como la “forma correcta”. Pero aquí, en una relación padre-hijo donde esas expectativas conformadas con frecuencia pueden estar en estándares elevados, mi papa en realidad estaba bendiciendo mis diferencias; reconociendo y ayudándome a reconocer que esas mismas diferencias en mi vida que no son como él, probablemente hagan la gran diferencia en el mundo. Tiendo a pensar que nuestro Padre celestial ve las cosas de la misma manera.
1 Corintios 12:4-6: “Ahora bien, hay diversos dones, pero un mismo Espíritu. Hay diversas maneras de servir, pero un mismo Señor. Hay diversas funciones, pero es un mismo Dios el que hace todas las cosas en todos”.
Alcanzará gente que yo nunca alcanzaré. Usted tiene dones que yo nunca soñé. Está llamado a lugares diferentes, por caminos diferentes a los míos. ¡Eso es algo hermoso! Pero esas diferencias intencionales diseñadas por el corazón del Padre, también se deben a que con frecuencia peleamos por vivir fuera de nuestro propósito, porque es diferente al de la persona que se encuentra a nuestra derecha o izquierda. ¡Con frecuencia nosotros también comparamos y terminamos escondiendo la misma luz que se supone que se debe levantar y brillar desde nuestro interior!
Identificadores para ayudar a “conectar los puntos”
Esta es una piedra fundamental como una senda de identificadores que lo pueden ayudar a reconocer partes importantes y diferentes de su vida y cómo pueden encajar con otras piezas que Dios le entregó. Estas áreas de nuestras vidas se pueden ver como un gran puzzle para “conectar los puntos”, mientras tratamos de decidir cuál buscar. Pero comenzamos a conectar los puntos y solo podemos ver la imagen que Él está tratando de mostrarle al mundo a través de nosotros.
Sueño: ¿Qué le quiere dar al mundo, en un sentido amplio? ¿Quiere darle esperanza? ¿Una segunda oportunidad? ¿Educación? ¿Recursos? ¿Nuevas ideas e inventos?
Compasión: ¿Por quienes o por qué se quebranta naturalmente su corazón? Puede ser por una causa o por un tema que siempre agita su corazón cuando lo ve en una película o en una historia. Puede ser algo por lo que usted o alguien cercano haya atravesado. ¿Su compasión es hacia los huérfanos o las viudas? ¿Los pobres o los oprimidos? ¿Quizá por las familias quebrantadas o quizá por aquellos impactados por el tráfico de esclavos? Su corazón probablemente ya estuvo hablando con frecuencia con Dios sobre su compasión, debemos detenernos para reconocerla e identificar que quizá sea Él hablándonos.
Pasión: ¿Qué temas le gustan? ¿Qué talentos o dones le entregó Dios? ¿Es arte o música? ¿Deportes? ¿Medios de comunicación o tecnología? ¿Quizá negocios, gobierno o educación? Cuando usted combina su compasión con su pasión, puede comenzar a ver de una manera nueva que le permitirá alcanzar aquello por lo cual siente compasión.
Propósito: ¿Cómo va a hacer un impacto? ¿Abrirá una sucursal o comenzará un nuevo negocio? Puede enseñar, guiar o mentorear a otros de una manera formal o informal. ¿Puede escribir o hablar, o quizá viajar para alentar o desatar recursos? Quizá sea un simple profesional en su campo, pero también hay muchas otras formas.
Naciones: Esta parte se explica a sí misma. ¿Dónde? ¿Qué nación, comunidad, cultura o vecindario atrapa su corazón? ¿Es su nación o su vecindario? ¿Es una nación asiática o africana? Quizá sea una nación europea o algún otro lugar. Hay muchas posibilidades y la suya es importante.
Imagine su inicio conectando esos puntos: ¿Qué sucedería si quisiera dar nuevas ideas e invenciones a los pobres, usando su pasión para los negocios para abrir sucursales en un área urbana? ¿Qué sucedería si quisiera darles esperanzas a las víctimas de traficar en una nación asiática usando el arte como un método para revivir sus espíritus?
Primeros pasos
La verdad es que no solo somos llamados a tener grandes sueños, debemos tener el coraje para perseverar y darles vida. Todo esto comienza dando el primer paso en lo que puede comenzar como un territorio desconocido. Rara vez nuestro impacto viene por tratar de vivir algunas grandes cosas o edificar un gran ministerio. Creo que comienza de una manera muy simple cuando dejamos de ver lo que no tenemos en nuestras manos y comenzamos a mirar las piezas que Él puso dentro de nuestro corazón. Manifestar una gran fe con frecuencia es un poco menos que una gran obediencia en presencia de las dificultades, la oposición o lo desconocido. Nuestra obediencia comienza simplemente por dar aquellos primeros pasos con Él hacia el “sí”.
Nuestros primeros pasos deben ser escribir nuestras metas o nuestro plan. Quizá comenzar a investigar más sobre nuestra compasión. Incluso puede hacer un viaje exploratorio para visitar la gente o el lugar donde está llamado, no necesariamente tiene que haber hecho algo antes, solo para preguntarle al Señor qué está haciendo y cómo lo está llamando a unirse a Él. Cada punto en su vida no le aclarará mucho las cosas, pero juntos representarán algo asombroso. Ya sea que su compasión sea atraída por una nación o que su corazón se sienta bien por la herida y la esperanza al mismo tiempo. Para vivir verdaderamente su propósito no debe mirar solo al camino que sigue hacia uno de los puntos como un destino en su vida. Debe ser como un niño ante Dios y jugar el juego para conectar los puntos junto a su Padre. Debe ver la imagen que Él ya pintó dentro de su espíritu, la imagen que está tratando de revelarle al mundo a través de su vida.
Isaías 60:1: “¡Levántate y resplandece, que tu luz ha llegado! ¡La gloria del Señor brilla sobre ti!”.
Joey LeTourneau
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