Lucas 11.13 - "Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre Celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?"
Este nombre enfatiza el carácter moral del Espíritu, pero no significa que el Espíritu es más santo que el Padre o el Hijo. Este título tiene preferencia a Su carácter oficial. Él es el autor de Santidad. Este título lo distingue de todo otro espíritu en el mundo.
A Él ha sido encomendada la obra de ejecutar santidad divina en todo el universo, y en el hombre. Este título, Espíritu Santo pone el énfasis, no sobre la persona, sino sobre el poder, la manifestación y la operación del Espíritu.
Efesios 4:30 - "Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención".
Este título enfatiza el origen divino, el carácter divino y el poder divino del Espíritu. El Espíritu está específicamente relacionado con el Padre, pues procede del Él. Además representa al Padre aquí en la tierra, y es el canal del poder de Dios. Hay once títulos en las Escrituras que prueban Su relación con el Padre:
1-Espíritu de Dios
2- Espíritu del Señor
3- Espíritu de nuestro Dios
4- Su Espíritu
5- Espíritu de Yavhé
6- Tu Espíritu
7- Espíritu del Señor nuestro Dios
8- Espíritu del Padre
9- Espíritu del Dios viviente
10- Mi Espíritu
11- Espíritu de Él.
El Espíritu Santo ha sido prometido por Dios, dado por Él, y enviado de Él, con el fin que Él cumpla la buena voluntad del Padre.
EL ESPÍRITU DE DIOS.
Romanos 8.9 – "... Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él".
El Espíritu Santo está muy especialmente relacionado con el Señor Jesucristo. El imparte la vida de Cristo (Romanos 8:2), Él produce el fruto de Cristo (Filipenses 1:11), Él revela las cosas de Cristo (Juan 16:16), Él imparte el poder de Cristo (Hechos 1:8 y Juan 14:12) y Él toma el lugar de Cristo ascendido (Juan 14:16-18).
Cinco títulos relacionan al Espíritu Santo con el Hijo:
1-Espíritu de Cristo
2- Espíritu de Cristo Jesús
3- Espíritu de Jesús
4- Espíritu de Su Hijo
5- Espíritu del Señor.
El Espíritu ministra para hacer a Cristo presente en la Iglesia, y para formar a Cristo en el creyente tan real como Él formó el cuerpo del Jesús humano antes de Su nacimiento aquí en la tierra.
EL CONSOLADOR
Juan 14:26 - "Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho".
"Consolador" es el título dado al Espíritu Santo en el Evangelio de San Juan capítulo 14:16. La Palabra "Consolador" viene de la palabra "paracletos" en el idioma original griego y significa: "Uno llamado al lado de otro para el propósito de ayudarle". El Espíritu Santo como Paracleto es Aquél que está listo para proveer: coraje, fuerza, sabiduría, y gracia para toda necesidad. Él puede suplir todo cuanto un compañero amante puede proveer al corazón humano anhelante. Él Espíritu Santo como Consolador representa al Señor Jesucristo al creyente. El Espíritu es dado para que Él sea a los creyentes aquí en la tierra lo que Cristo sería si Él estuviere presente personalmente.
EL ESPÍRITU DE GRACIA.
Hebreos 10:29 - " ... e hiciere afrenta al Espíritu de Gracia?".
Aún cuando Cristo es el origen y la fuente de Gracia, el Espíritu Santo es el canal por el cual esta gracia es transmitida a la humanidad. Hace real en la vida de los creyentes las provisiones potentes del don de la gracia. La designación del Espíritu Santo por medio de este título implica que su bondad para con los hombres no depende de la dignidad de los hombres.
EL ESPÍRITU DE GLORIA (GLORIOSO).
1º Pedro 4:14 - "Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, por que el glorioso Espíritu de Dios..."
El espíritu Santo se dedica a traer gloria para Dios, e impartir "gloria" en el corazón de los creyentes. "Gloria" lleva en sí la idea de honor y de alabanza ascripta en la adoración.
El Espíritu Santo, al llenar al creyente con un sentido de lo divino, le mueve a rendir este honor y alabanza.
Juan 16:13 - "Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda verdad..."
Pero cuanto Dios es el autor de la verdad, Su Espíritu, es el Espíritu de verdad. El Espíritu es aquél que revela la vedad, un testigo de la verdad, y la personificación de la verdad, opuesto al espíritu de error. Una prueba bien definida de que el creyente ha sido llenado del Espíritu es si su vida y mensaje están en armonía con la verdad. Fue Jesús quien dio este título al Espíritu Santo. Lo usó tres veces. Puede decirse que el Espíritu Santo manifestó completamente Su palabra como espíritu de verdad al inspirar a los escritores de la
Biblia.
Fue allí donde dio testimonio del Padre y del Hijo en toda verdad. El error y el engaño están en abierta contradicción con la naturaleza del Espíritu Santo, y fue por esta causa que Ananías y Safira perdieron la vida. Hechos 5:1-11.
EL ESPÍRITU DE VIDA.
Romanos 8:2 - "Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte".
El Espíritu de vida nos libra de la ley del pecado, nos da vida espiritual y produce en nosotros fruto. El Espíritu vivifica al hombre muerto en delitos y pecados, y les imparte nueva vida. En la presencia del Espíritu Santo, la ley del pecado y de la muerte que es la herencia natural de hombre es reemplazada por un torrente de vida divina que fluye dentro del creyente.
EL ESPÍRITU SANTO DE LA PROMESA.
Efesios 1:13 – "En el también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa".
Es así llamado porque el recibimiento de su poder y de su gracia constituye una de las bendiciones sobresalientes prometidas en el Antiguo Testamento. Ezequiel 36:27; Joel 2:28.
Él cumple las promesas del Señor en las vidas de los creyentes y en el corazón del creyente da seguridad de que todas las promesas del Señor serán cumplidas. El Espíritu Santo está relacionado con las promesas concernientes al Señor Jesucristo en Su primera y segunda venida, y también a las promesas de Dios a Cristo durante su venida aquí en la tierra.
EL ESPÍRITU DE ADOPCIÓN.
Romanos 8:15 - "...sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!".
Cuando una persona es salvada, no solamente se le da el nombre de hijo de Dios, y es adoptado en la familia divina, sino que también recibe dentro de su espíritu la conciencia de que es participante de la naturaleza divina. El Espíritu Santo que imparte esa conciencia al creyente de que es hijo de Dios, y es Su presencia en el creyente la que constituye el impartimiento de la naturaleza divina dentro del ser del creyente.
El ESPÍRITU DE SABIDURÍA
Éxodo 28:3 – "...a quienes yo he llenado de espíritu de sabiduría..."
Toda la sabiduría verdadera procede del Espíritu Santo y Él es el autor y el canal de la sabiduría. Véase en Isaías 11:2; Efesios 1:17.
EL ESPÍRITU DE ARDIMIENTO (DEVASTACIÓN).
Isaías 4:4 - "Cuando el Señor lave las inmundicias... con espíritu de juicio y con espíritu de devastación (ardimiento)".
La función de ardimiento del Espíritu enfatiza el ministerio del Espíritu en buscar, refinar, consumir la escoria, e iluminar.
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