El nombre otorgado al mes de Iyar en la Biblia es simplemente "el segundo mes", siguiendo la numeración ordinal, al igual que el resto de los meses del año hebreo en la Biblia. Es nombrado por primera vez en el Libro del Éxodo: "Partieron de Elim, y toda la comunidad de los israelitas llegó al desierto de Sin, que está entre Elim y el Sinaí, el día quince del segundo mes después de su salida del país de Egipto" (Éxodo 16:1).Este año 2013 comenzara a partir de la Luna Nueva del día 10 de abril.
Iyar (hebreo: אִייָּר; del idioma acadio ayaru "luz, luminosidad", por ser un mes soleado de plena primavera (boreal), es el octavo mes del calendario hebreo moderno, cuyo cómputo comienza a partir del mes de Tishrei según la fecha de la Creación del mundo, y el segundo mes según el ordenamiento de los meses en la Biblia, que comienza por el mes de Nisán, en conmemoración de la salida de los hebreos de la esclavitud en Egipto. De acuerdo con el relato bíblico el calendario hebreo comienza a girar en el inicio del mes de Nisan, el primer mes lunar. Iyar siempre tiene 29 días.
El mes de Iyar es comúnmente conocido como el mes de la curación, ya que su nombre es un acrónimo de las palabras "Yo soy Dios, tu Sanador" ( אֲ נִי י - הוה רֹ פְאֶךָ ).
El símbolo del mes de Nisán es el cordero. Por naturaleza, se juntan en grupo y pierden su individualidad por el rebaño. Simbolizan la unidad, también el cordero pascual que en Pascua nos limpia de todo pecado.
Cristo es uno y nosotros somos parte de su cuerpo, así como Él venció a la muerte, nosotros vencimos por Él.
Así, el cordero y el mes de Nisán representan la conquista sobre el pecado y la victoria sobre la muerte.
En contraste, el símbolo mes de Iyar es un buey. Este representa la individualidad, jalando el arado y haciendo otras faenas usualmente por sí solo, pero para poder hacer su trabajo debe ser guiado y para eso tiene sobre sus lomos una yunta, lo que le permite recibir la dirección en que debe caminar.
Así, el buey y el mes de Iyar son lo opuesto al cordero y al mes de Nisán.El buey simboliza la mansedumbre de quien ha podido dominar las irracionales fuerzas de su propio interior.
En lo natural, el buey también representa la prudencia, la meditación y el estudio. Los antiguos cristianos utilizaban la figura del buey como símbolo de la transformación interior por medio de la meditación de los Palabra , condición necesaria para que el hombre progrese en su vida espiritual : en el conocimiento de Dios y de sí mismo.
En la alta edad media, el buey se asociaba al esfuerzo y al estudio.
En un sentido amplio el buey representa lo relativo al esfuerzo cotidiano, sufrimiento, paciencia y trabajo. También simboliza el ánimo de todo aquel que tiene a buscar seguridad material, pero a costa de acciones lentas y decisiones bien meditadas.El buey también representa el vigor y la fuerza física. De allí que la figura simbólica del buey también esté asociada a la perseverancia y al progreso tanto personal como social a base de esfuerzo y tenacidad
En un sentido amplio el buey representa lo relativo al esfuerzo cotidiano, sufrimiento, paciencia y trabajo. También simboliza el ánimo de todo aquel que tiene a buscar seguridad material, pero a costa de acciones lentas y decisiones bien meditadas.El buey también representa el vigor y la fuerza física. De allí que la figura simbólica del buey también esté asociada a la perseverancia y al progreso tanto personal como social a base de esfuerzo y tenacidad
En la visión del trono donde los cuatro seres vivientes están adorando, se ha simbolizado mediante un buey al evangelio Lucas, que comienza con la visión de Zacarías en el Templo, donde se sacrificaban animales como bueyes, terneros y ovejas. El evangelio de Lucas comienza y termina en el Templo; los Hechos de los apóstoles constituyen la segunda parte del evangelio de Lucas. Si en el evangelio encontramos el camino de Jesús, en los Hechos tenemos el camino de las comunidades que siguieron a Jesús. El libro de los Hechos termina llegando Pablo a Roma, ciudad que, para Lucas, representa "los confines del mundo".
Hablándonos de un Lucas que presenta todo un cuadro completo desde sus comienzos, mas allá de lo lógico que sería hablar de la vida de Jesús, él nos lleva a contemplar toda la obra divina, y nos muestra que tiene un propósito, el llegar a cumplir el mandato de Cristo.
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