Por Luc Niebergall
Unos
meses atrás, experimenté una señal profética interesante del Señor que creo
describe algo que Él está haciendo en su Iglesia a escala global. Mientras
ministraba en una conferencia en Canadá, el Espíritu Santo me susurró una
palabra del Señor. Mientras hablaba, el Señor me dijo que soltara esta palabra
en público: “Están soplando vientos
de cambio”.
Justo después de finalizar el servicio,
comenzó a soplar un viento inusualmente fuerte sobre esta ciudad en particular.
De hecho, los vientos eran tan fuertes que con mi esposa no pudimos dormir toda
la noche debido a la intensidad del viento. También tuve un sueño hace poco
donde estaba de pie en el Edén, mirando hacia el Árbol de la Vida.
Repentinamente, los vientos de cambio comenzaron a soplar sobre el árbol y a
través de las hojas. Estas hojas luego comenzaron a descender sobre las
naciones, trayendo gran sanidad.
Apocalipsis 22:2: “… y corría por el centro de la calle principal de la ciudad. A cada lado
del río estaba el árbol de la vida, que produce doce cosechas al año, una por
mes; y las hojas del árbol son para la salud de las naciones”.
Percibo que el Señor está declarando que los
vientos de cambio están soplando sobre la Iglesia ahora mismo. Dios está
soplando transición sobre gran parte del Cuerpo de Cristo. Recientemente me
encontré con mucha gente que me dijo que en este tiempo Dios los estuvo
moviendo y realineando. Existe una gran cantidad de personas en tiempos de
transición ahora mismo, donde están siendo reubicados físicamente, en su visión
o en su trabajo ministerial, o se están realineando los deseos de su corazón.
Muchas nuevas puertas inesperadas se
estuvieron abriendo para la gente, así como muchas puertas del pasado que se
cerraron. Dios está haciendo un realineamiento divino con su pueblo para
lo que está por hacer en la tierra, para que puedan recibir apropiadamente lo
que está impartiendo a escala global. En la medida que la Iglesia abrace el
alineamiento divino que Dios está implementando, comenzaremos a experimentar
las hojas del árbol que están descendiendo, para traer sanidad a las naciones
de una manera nueva que nunca antes hemos visto.
Vientos que alimentan las llamas
También estuve hablando con muchas personas
donde el viento de cambio de Dios estuvo soplando en sus vidas, aunque sus
circunstancias aún no terminaron de cambiar. Si usted está en un tiempo donde
se siente extremadamente agitado, podría ser que Dios esté preparando su
corazón para la transición. Quizá se sienta de esta manera porque aunque
sigue habitando en su tiempo presente, Dios está declarando cosas nuevas en su
corazón. Esto le dará el coraje para salir de lo viejo y entrar en lo nuevo.
Con frecuencia Dios transforma nuestros corazones antes de cambiar nuestras
circunstancias.
En la medida que los vientos de cambio están
soplando sobre la Iglesia, creo que estos vientos alimentarán las llamas del
fuego que Dios estableció en nuestros corazones. Tuve una visión del trono de
Dios sobre las naciones. En la visión había dos ríos fluyendo desde el trono.
Sin embargo, los ríos no eran de agua, eran ríos de fuego. El primer río se
llamaba “Fuego de avivamiento”. El segundo río se llamaba “Fuego
refinador”. Mientras miraba sobre los ríos de fuego fluyendo por las
naciones, Jesús habló desde su trono diciendo: “No puedes tener uno sin el
otro”.
En la medida que los vientos de cambio de Dios
están soplando sobre la Iglesia, creo que no solo hará que ocurra una
transición en las circunstancias de la gente, también está decretando un
realineamiento y un orden en los corazones. Sin embargo, vivimos en un tiempo
donde Dios quiere alimentar las llamas del avivamiento, también necesitamos
abrazar sus vientos para avivar el “fuego refinador”. El fuego
refinador viene sobre los corazones de los hijos de Dios para quemar la paja de
la orfandad, revelándolos como hijos e hijas refinados. Acomoda los corazones
para que puedan ser capaces de administrar de una manera sana y ordenada todo
lo que Dios quiere soltar sobre la Iglesia.
El carácter de Dios
Mucho de lo que hago en la Iglesia mientras
viajo, es entrenar a la Iglesia global para moverse en las cosas del Espíritu,
dentro del ministerio profético y de sanidad. Sin embargo, recientemente Dios
estuvo cambiando el tema de las sesiones de entrenamiento para que enseñe más
acerca de su carácter. La razón por la cual ahora me enfoco más en entrenar y
equipar para desarrollar un alma sana que refleje el carácter de Dios, es
porque estas cosas sostienen un mover del Espíritu.
El carácter y la sabiduría son la columna
vertebral para los dones y el poder. El poder de Dios afinará un movimiento,
pero la sabiduría y el carácter piadoso establecen lo que se debe dar a luz
para que se pueda sostener. La mayoría de los avivamientos que perduraron en la
historia, lo hicieron debido a que los dones fueron compensados por el
carácter. En realidad, el espíritu del pueblo fue más maduro que sus almas,
entonces sus almas pudieron moverse en la dirección de la expresión del
Espíritu. Dios quiere llevarnos hacia un lugar donde cuando se derrame, lo que
Él entregue se pueda sostener apropiadamente porque la Iglesia permitió que la
equipe con algo más que los dones. Sin embargo, debemos permitirle edificar en
lo más profundo de nuestro ser. Así es como operan juntos el fuego del
avivamiento y el fuego refinador.
Dios está llamando a la Iglesia a abrazar los
vientos de cambio que está soltando, sea que esté realineando nuestras
circunstancias, nuestra visión o nuestra dirección, o sea que traiga cambios
dentro de nuestro corazón para traer un orden fresco. Dios está soplando sus vientos
de cambio para que las hojas del Árbol de la Vida puedan traer sanidad a las
naciones. El Señor está avivando las llamas del fuego de avivamiento y el fuego
refinador. Entonces no solo seremos capaces de atrapar lo que el Señor está
soltando, podremos administrarlo a lo largo del tiempo.
Sea valiente. Sea humilde. Tenga
contentamiento.
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