El día 7 de julio en el atardecer iniciamos un nuevo mes, llamado en la Biblia el Cuarto, luego renombrado por el pueblo hebreo en el exilio como mes de Tammuz.
Leemos sobre este tiempo, en las Escrituras y nos encontramos con un becerro de oro, incredulidad e idolatría un tiempo para revelar a los verdaderos hijos de Dios, aquello que le han creído mas allá de toda circunstancia.
Es un tiempo oportuno para brillar e irradiar la presencia de Dios en tu vida; así que permite que tus ojos se abran para ver todo lo que Él tiene preparado para ti en el futuro.
Es un mes de adoración a Dios y de rechazar a los ídolos que pueda haber en tu corazón.
Es el tiempo para profetizar sobre tu futuro, en vez de quejarte y ver lo que aún te falta.
En este mes dedica tiempo para remover tu viejo escudo y tus inseguridades, ve a tu pasado, a lo que Dios declaró sobre ti, toma esa palabra profética y entra a tu futuro, a un nuevo ciclo de bendición.
Este mes es un tiempo oportuno para revisar cómo nuestro pasado afecta nuestro futuro.
Es un tiempo de revelación, marcado con la premisa que
" Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anuncien los hechos maravillosos de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable." 1° Pedro 2:9No podemos olvidar quienes somos, por eso los invito a rever lo que ya publicamos en este blog sobre el tema.
Mi identidad en Dios
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